Cubadebate.- El ministro de Transporte de la República de Cuba, Eduardo Rodríguez Dávila, realizó una publicación en su página de Facebook sobre una reciente denuncia. A continuación se la compartimos.
El domingo 10 de marzo fue denunciado en esta plataforma un hecho de indisciplina grave, que involucró a un vehículo de la Empresa de Ómnibus Nacionales (EON), perteneciente al Grupo Empresarial Automotor (GEA) del Ministerio del Transporte.
El chofer de este carro, que presta servicio de transportación al equipo de béisbol de Mayabeque (como parte de la Serie Nacional de ese deporte), fue acusado de efectuar el cobro excesivo de 500 CUP por la ruta Matanzas-La Habana (el precio establecido del pasaje es de 30 CUP).
El hecho motivó que la máxima dirección del GEA y de la Empresa de Ómnibus Nacionales se trasladara de inmediato hacia Matanzas e hiciera el análisis con el chofer. Se esclarecieron esta y otras violaciones cometidas por él.
Me informan que la decisión del chofer de salir del estadio Victoria de Girón, en Matanzas, con destino a La Habana, no fue consultada al puesto de dirección de la EON ni a la unidad empresarial de base a la que pertenece. Tampoco lo puso en conocimiento del otro chofer.
El ómnibus no pasó por la terminal de Matanzas a recoger pasajeros, y realizó el viaje interurbano con un solo chofer (algo que no está permitido por seguridad). Todas, violaciones de lo establecido.
Ante tales hechos, la dirección de la unidad empresarial de base decidió aplicarle la separación definitiva de la entidad por considerarlo responsable de las violaciones. Asimismo, aplicar el Decreto Ley 249, sobre la responsabilidad material, para que sea resarcido el gasto generado a la empresa por el consumo de combustible asociado a las violaciones cometidas.
Nada justifica que personas con medios de una empresa estatal a su cargo, con el destino social de la transportación de pasajeros, lucren con ellos para sus intereses individuales, en detrimento de la empresa y la población, aprovechándose, además, del delicado contexto y la necesidad de movilidad de las personas, muchas de ellas trabajadores y estudiantes. No es ético, no es humano y no es legal.
Son tiempos difíciles, para todos, incluyendo choferes, pero el perjuicio al otro y la deshonestidad no son el camino. Y aunque sabemos que estos hechos ocurren con cierta frecuencia, naturalizarlos es una forma de impunidad.
A nuestros choferes y trabajadores, no permitan que estos hechos empañen el prestigio de miles de transportistas que cada día entregan su esfuerzo en función del bienestar del pueblo.
Hacemos también un llamado a denunciar cuando ocurran violaciones e indisciplinas como esta. Es un derecho de las personas y parte del control popular, y es un deber de las administraciones del transporte en todos los niveles y en todo el país, el de ser consecuentes y rigurosos en cada análisis.