Activistas LGBTI razonaron con dirigentes juveniles comunistas sobre discriminación por orientación sexual e identidad de género

Paquito el de Cuba.- Una experiencia inédita y enriquecedora resultó ser el encuentro que sostuvimos el viernes último activistas de mi grupo Humanidad por la Diversidad (HxD) con dirigentes de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) de La Habana Vieja.

Cuando nuestro coordinador, Carlos Caballero, nos dijo que la secretaria municipal de la Juventud de ese populoso y céntrico municipio capitalino nos facilitaría el encuentro con sus secretarios y secretarias generales, enseguida me pareció una estupenda noticia.

Sin dudas, esta posibilidad de dialogar con otras organizaciones y estructuras oficiales de la sociedad cubana, para avanzar desde la base en la comprensión de la diversidad sexual y de la necesidad de reconocer y ampliar los derechos de personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex, constituye una de las líneas de trabajo estratégicas que debe caracterizar a grupos como HxD, pertenecientes a las redes sociales del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).

A partir de un video, llegó el intercambio de dudas y experiencias.

A partir de uno de los audiovisuales que cada año realiza el Cenesex para resumir las Jornadas Cubanas contra la Homofobia, comenzó el intercambio con los dirigentes juveniles comunistas, quienes no dudaron en plantear sus dudas, anécdotas y preocupaciones alrededor de la convivencia en sus colectivos laborales y estudiantiles con orientaciones sexuales e identidades de género diferentes a la norma social impuesta.

La confesión de un sueño erótico ¿una falta de respeto?

Un joven instructor de arte a quien un día otro profesor le confesó haber tenido un sueño erótico con él, lo cual le ofendió tanto que lo delató con la dirección de la escuela y a la larga lo llevaron a pedir la baja de la escuela.

Una maestra de primaria que tiene en su aula a un niño que no aceptaba a su madre lesbiana y hasta intentó huir de la casa cuando esta comenzó a vivir con su pareja, lo cual la obligó a ella como profesora guía a interceder para lograr la progresiva comprensión y respeto del estudiante hacia su mamá.

Otra trabajadora que tenía una colega y amiga lesbiana y que tuvo que parar en seco a un individuo que comenzó a hacer insinuaciones sobre ellas.

Carlitos coordinó el encuentro a solicitud de la secretaria del Comité Municipal de la UJC en Habana Vieja

Sobre estas y otras situaciones que contaron durante el encuentro varios secretarios y secretarias de la UJC, articulamos la conversación —en la cual nos acompañaron además una asesora jurídica del Cenesex y un representante de la red de Jóvenes—, para intentar mostrarles cuántos prejuicios y atavismos todavía nos quedan en relación con la homosexualidad y otros temas, y cómo nos llevan, muchas veces sin percatarnos, a posturas discriminatorias.

Una buena oportunidad para repasar la política del Partido contra la discriminación por orientación sexual.

La oportunidad nos permitió también repasar los principales documentos del Partido Comunista de Cuba que ya recogen de forma explícita la necesidad de enfrentar la discriminación por orientación sexual, en particular los objetivos de trabajo de su Primera Conferencia Nacional y los Estatutos modificados de la organización, así como verificar la política actual de la UJC al respecto en materia de crecimiento a sus filas, sobre la base del respeto a la diversidad sexual.

Aunque como principio, todos y todas coincidieron en la importancia de no ser personas homofóbicas, así como en el avance en la aceptación de la diversidad en las estructuras de la militancia comunista —allí conocían y mencionaron a varios secretarios y secretarias generales, integrantes del buró y del comité municipal de la UJC que no esconden su homosexualidad— todavía es posible percibir confusiones y desconocimientos.

La diferencia entre los conceptos de orientación sexual e identidad de género, la asociación exclusiva y prejuiciosa de rasgos de mala educación y conductas indisciplinadas con la condición de persona homosexual o trans, la incomprensión sobre el derecho ajeno a la expresión pública de la sexualidad en igualdad de condiciones y sin que eso deba interpretarse como una “agresión” a las personas heterosexuales, son algunas de las principales disonancias entre la teoría del aparente entendimiento y la práctica de la discriminación más o menos sutil que todavía predomina en la sociedad cubana.

Nos escucharon con atención y ganas de saber.

No obstante, el interés mayoritario de tales dirigentes juveniles por escucharnos —solo uno casi desde el inicio abandonó el salón ¿presumiblemente molesto?—, su atención y franqueza al plantear lo que pensaban, así como el agradecimiento y entusiasmo que varios nos manifestaron al concluir el encuentro de más de hora y media, nos hizo crecer un poquito más como activistas —también percatarnos de las lagunas y los errores que todavía tenemos en nuestra argumentación y forma de comunicarnos—, y ojalá también a ellas y ellos como comunistas y probables líderes del futuro.