Mesa Redonda.- El impacto en nuestra sociedad de la incesante labor de la Federación de Mujeres Cubanas durante sus 55 años de historia, la impronta y el simbolismo de Vilma Espín, los retos presentes y futuros de la organización femenina y la garantía de su continuidad, con la participación de la Secretaria General de la FMC y otras mujeres destacadas.


 

Mensaje de felicitación a las mujeres cubanas

Por los 55 años de la fundación de la FMC, son reconocidos los logros de una organización con más de medio siglo de vida

Queridas Federadas:

Más de medio siglo transcurrido ha validado las ideas de nuestro Comandante en Jefe y de nuestra querida Vilma acerca de la importancia del trabajo de una organización femenina para impulsar de manera decisiva la Revolución de las mujeres dentro de la Revolución Socialista. En los logros alcanzados en la construcción y consolidación de nuestra sociedad ocupa un lugar cimero la organización que representa a las mujeres cubanas, que de beneficiarias se convirtieron en protagonistas de su propia transformación.

Las federadas cubanas alcanzan mayoritariamente un alto nivel cultural, político e ideológico y somos parte activa de la obra revolucionaria. Contamos con la legislación que reconoce y protege los derechos de las mujeres. Se ha incrementado la presencia femenina en todos los ámbitos y hemos aprendido a pensar y actuar como seres hu­manos plenos.

Sin embargo, es necesario avanzar en la batalla por la igualdad, al persistir viejas formas de pensar, prejuicios y estereotipos sobre todo en el ámbito privado, por lo que debemos incrementar nuestra labor de influencia en la educación a la familia.

Como hace 55 años ¡aquí estamos las cubanas!, protagonizando como parte de nuestro pueblo una colosal batalla en esta nueva etapa, asegurando el futuro de la Revolución que se fortalece cada día; una Revolución que nos ha hecho mujeres dignas, fieles al legado de nuestras mambisas, de las combatientes de la Sierra y del llano, de Vilma, Celia, Melba, Haydée, de las de hoy, que en diferentes partes de Cuba y el mundo ponen en alto el nombre de las cubanas.

A ustedes; las fundadoras, las que continuaron el camino, a las que están comenzando, llegue nuestro reconocimiento y respeto en este aniversario.

Federadas:

Somos una Organización comprometida con el adelanto de las mujeres. Las convocamos a ser consecuentes con el momento histórico que nos ha tocado vivir, para asegurar que la FMC se fortalezca, avance y continúe trabajando por nuevas victorias de la Patria y el Socialismo.

Reforcemos con nuestro ejemplo el concepto de unidad de nuestro Comandante en Jefe.

“Unidad significa compartir el combate, los riesgos, los sacrificios, las ideas y estrategias”.

¡Muchas felicidades y que juntas sigamos mostrando mayores y renovados éxitos!

¡VIVA LA FMC EN SU ANIVERSARIO 55!

¡VIVA VILMA!

¡VIVAN FIDEL Y RAÚL!

¡VIVAN LAS MUJERES CUBANAS!

Es tiempo de dialogar con nuestras mujeres

“Hemos convocado a las 81 000 delegaciones de base en el país a ampliar los espacios de diálogo para que ellas digan cuáles son sus intereses, perspectivas, cómo se sienten mejor representadas con la organización de la que formamos parte”, refirió la secretaria general de la FMC

Lisandra Fariñas Acosta - Foto: Jose M. Correa - Granma.- Hay en Cuba más mujeres que hombres. El último censo de población y viviendas mostraba una relación de masculinidad de 995 hombres por cada 1 000 mujeres. Pero, y las féminas, que son entonces mayoría ¿cuánto han logrado avanzar en cuanto a igualdad de derechos y oportunidades? Demos un rápido vistazo a algunas cifras:

En el sector estatal civil el 48 % de la fuerza laboral es femenina. El 66 % de la fuerza técnica y profesional del país son mujeres mientras que estas representan el 80 % de la fuerza técnica y profesional de los ocupados en la economía. Son el 31 % de los trabajadores por cuenta propia y el 53 % de las personas que están hoy en las cooperativas no agropecuarias. Ellas son el 60 % del personal médico cubano, y el 64 % de los profesionales que cumplen misión internacionalista.

Sepa usted que el 80 % de las juezas del país son mujeres, así como el 35 % de las delegadas del Poder Popular. En las asambleas municipales un 50,6 % de féminas ocupa el cargo de presidenta y vicepresidenta. Tenemos nueve ministras, mientras que representan el 42 % del Consejo de Estado.

Es evidente que estos números, sin dejarnos seducir por ellos, nos hablan de que hemos avanzado muchísimo, comenta a Granma Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la Fe­de­ración de Mujeres Cubanas (FMC), organización que celebra su aniversario 55. Y de inmediato agrega: “Todavía es posible y necesario seguir haciéndolo porque los desafíos son múltiples y nuestra mayor fortaleza para saber qué necesitan y demandan las mujeres es el trabajo en las comunidades“.

TIEMPO DE RENOVACIÓN

La FMC es una organización que llega a sus 55 años dispuesta a renovarse y fortalecerse. “Hemos convocado a las 81 000 delegaciones de base en el país a ampliar los espacios de diálogo para que ellas digan cuáles son sus intereses, perspectivas, cómo se sienten mejor representadas con la organización de la que formamos parte”, refirió la secretaria general.

“Es un proceso que se articula con la continuidad de los objetivos de la FMC de defender los derechos de nuestras mujeres; con las necesidades de estos tiempos donde debemos realizar una labor más diferenciada, fortalecer el trabajo en las comunidades en alianza con el resto de los organismos y con métodos de convocatoria más atractivos, que de verdad motiven a esas mujeres que ya tienen empleos, nivel educacional, autonomía, a seguir fortaleciendo su desarrollo”.

Para Amarelle Boué, es tiempo de educar también a las más jóvenes federadas en no asumir como natural lo que hemos logrado hasta hoy porque es el resultado de muchas batallas para que ellas sigan avanzando en la igualdad de oportunidades y posibilidades.

“¿Cuál es la mayor insatisfacción que tenemos? Pues que en no todas las comunidades hay un funcionamiento adecuado de la federación. Es hoy un reto incorporar a las jóvenes a las direcciones de base y que en su proyecto de vida esté también responsabilidad desde el activismo. No obstante, que el 90 % de las mujeres cubanas mayores de 14 años sean federadas por voluntad propia habla de la capacidad de convocatoria y movilización de la FMC para lograr que la mujer siga participando de la vida económica, social y política del país”.

“El trabajo integrado de la federación con los diferentes ministerios es otra de las conquistas de esta organización para retroalimentarse del estado de pensamiento e intereses de las mujeres. No hay una sola política pública que se apruebe sin que se tenga en cuenta la opinión de la FMC, por tanto la de las mujeres cubanas. Como nuestra organización está estructurada en todo el país, ello nos permite comprobar el cumplimiento de esas políticas y también promover modificaciones si fuese necesario”, explicó.

NUEVOS ESCENARIOS, MAYORES RETOS

“La familia cubana al calor de la actualización del modelo económico del país se ha transformado y ha asumido nuevos desafíos. Hoy vemos familias que funcionan, por ejemplo, como unidad productiva; y en estos nuevos escenarios, es preciso fortalecer el trabajo por cuenta propia y las nuevas formas de gestión sin ningún estigma, pero tratando de que prevalezcan los valores de solidaridad, amor, convivencia y respeto”, comentó Teresa Ama­relle a este rotativo ante la interrogante de qué rol juegan las mujeres en el nuevo entramado económico de la nación.

“Desde el propio Centro de Estudios de la Mujer estamos investigando cómo se comporta el papel de la mujer en estas nuevas formas económicas, pero también nos nutrimos de investigaciones de otras instituciones que nos sirven en la toma de decisiones. Con el amplio voluntariado monitoreamos y hacemos auditorías sociales en muchas de las formas que están apareciendo, para evitar que la mujer sea discriminada, cuidar que cumpla con el horario de trabajo que le corresponde, esto y el intercambio con las trabajadoras sobre cómo no admitir que se pierdan en este nuevo sector las conquistas logradas, es esencial”, señaló.

La entrevistada refirió que en ocasiones existe el falso concepto de trabajar 10 o 12 horas sin tomar el descanso, cuando incluso el Código de trabajo en nuestro país precisamente protege además a este sector no estatal. “En Cuba no es un sector informal para nada, tiene derechos y oportunidades como mismo las tienen los trabajadores del sector estatal. Hay que evitar que las mujeres sean discriminadas y se les respete el derecho a la maternidad, por ejemplo. En este punto hemos avanzado mu­cho en la capacitación desde las Casas de Orientación a la Mujer y la Familia a las trabajadoras de este sector, con la ayuda de la ONAT y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social”.

Entre los problemas que han sido identificados, la secretaria general de la FMC refirió, por ejemplo, el hecho de que en algunos lugares los propietarios de los negocios quieran emplear solamente a mujeres jóvenes, y las que no lo son tengan que asumir otro tipo de labores. “Tenemos que seguir incorporándonos a estos nuevos em­pleos, pero con todas las garantías que el Estado ha promovido para las trabajadoras y trabajadores que hoy están aportando también a la economía del país desde el sector no estatal”.

POR UNA CULTURA DE IGUALDAD

“Los 55 años de federación y 57 de Revolución —que en su programa de desarrollo integral siempre tuvo en cuenta la emancipación de las mujeres— no son suficientes para eliminar estereotipos y rasgos de una cultura patriarcal que ha existido siempre en la sociedad. El hecho de que las mujeres hayan avanzado de la forma que se ha hecho y aprovechado las muchas oportunidades que se les ha brindado no basta para poder lograr esa cultura de la igualdad que está recogida en los objetivos de trabajo de la conferencia del Partido”, dijo.

“Aun cuando existe en Cuba un programa de igualdad concreto, palpable, desde la propia Constitución, que elimina la discriminación; cuando las políticas que se aplican son para hombres y mujeres por igual, no cabe duda que las mujeres tenemos intereses particulares que hay que seguir abordando”.

“Por ejemplo, aunque institucionalmente en Cuba existe igualdad de derechos y oportunidades todavía en algunos lugares aparece alguien que dice ‘no te puedo contratar porque estás embarazada’, cuando en el país existen reglamentaciones, leyes, para la protección a la maternidad de la mujer trabajadora”.

Recordó Amarelle, que incluso el Decreto 234 de la Maternidad de la Trabajadora incorporó desde el año 2003 a los hombres. “Sin embargo cuando un hombre en un centro de trabajo pide todavía la licencia postnatal para poder dedicarse al cuidado de los hijos no siempre se le autoriza. Este es un derecho que él tiene, cuando la familia decide quién debe asumir el cuidado del bebé después que la madre terminó la lactancia materna, y responde a los intereses de la familia y a su propio proyecto de vida. Persisten estereotipos en este sentido de burla o considerarlo más débil, cuando cuidar a un hijo es también aportar a la sociedad”.

Como otro de los retos de las féminas, la entrevistada mencionó el hecho de que aun cuando son mayoría en varios centros de trabajo, falta que estas asuman responsabilidades de dirección muchas veces. “No pocas veces nos estigmatizan por el hecho de tener dos o tres hijos y consideran que no estamos en capacidad de asumir, cuando la vida ha de­mos­trado que sí se puede”.

Otros espacios en los que la FMC trabaja hoy —mencionó la secretaria general— están relacionados con la violencia de género, intrafamiliar y la violencia simbólica que refleja a la mujer como objeto sexual y al hombre como violento; con el hecho de avanzar cada vez más puertas adentro del hogar donde aún persisten contradicciones con los logros alcanzados en el espacio público. “Somos una organización de mujeres, para las mujeres, pero que ha tenido a la familia en el centro de su trabajo”.

Nuestras luchas, dijo, son las que impone la sociedad cubana hoy, y trabajamos con el espíritu de lo que Fidel llamara “las luchas de Vilma”, que siempre tuvo la visión al frente de esta organización de darse cuenta dónde quedaban las vulnerabilidades para continuar la lucha por la igualdad. “La fortaleza más importante que tiene la federación es que las mujeres fueron protagonistas de toda la construcción social del país y de todo lo que hizo la federación, y Vilma así lo concebía. De beneficiarias pasaron a ser protagonistas de nuestro desarrollo individual. Ahí está hoy el mayor reto, que las mujeres de hoy quieran tanto a su organización y la defiendan como esas fundadoras.

Cincuenta y cinco años con la misma sonrisa

La Federación de Mujeres Cubanas llega a este 23 de agosto con el espíritu de quienes la fundaron en 1960, inspirada en el ejemplo de Vilma y defendiendo los sueños conquistados

Yoerkis Sánchez Cuéllar - Juventud Rebelde.- Aquel día de verano la sala parecía un torbellino. El teatro Lázaro Peña nunca antes se había desbordado «de tanto optimismo, de tanta alegría, de tanto espíritu combativo», como dijera el hombre que, con uniforme de campaña, hablaba ante cientos de cubanas agradecidas por las oportunidades que les ofrecía la Revolución naciente. A su lado, estaba una muchacha esbelta y locuaz, que resumía en sí misma la entereza de sus compatriotas.

En Cuba existían hasta ese entonces diversas organizaciones de mujeres, como la Unidad Femenina Revolucionaria —que reunía a un gran número de campesinas—, la Columna Agraria, las Brigadas Femeninas Revolucionarias… También estaban los llamados Grupos de Mujeres Humanistas, la Hermandad de Madres y otras.

Resultaba necesario unir estas fuerzas y constituirlas en una única organización. Fue así que el 23 de agosto de 1960 surgía, ante la presencia del entonces Primer Ministro Fidel Castro, la Federación de Mujeres Cubanas. Vilma Espín, que ya había probado su valor e inteligencia durante la lucha en el llano y en la sierra, la joven que defendía la igualdad de género y los derechos que durante los años anteriores al triunfo fueron vedados a la mujer, resultó electa su Presidenta.

Luego de recordar la proeza de Mariana Grajales, la valentía de combatientes asesinadas como Lidia Doce y Clodomira Acosta y el sacrificio de las madres que perdieron a sus hijos durante la lucha contra la dictadura batistiana, Fidel se refirió a las misiones de la nueva estructura:

«La mujer está realizando una tarea activa —dijo— y la mujer organizada puede contribuir grandemente a hacer desaparecer los últimos vestigios de discriminación. Las mujeres pueden ser útiles en todos los sentidos; las mujeres pueden manejar las armas y las mujeres pueden combatir. (...) Debe dárseles oportunidad en todos los órdenes, y deben estar preparadas para todas las tareas; y deben ser, sobre todo, la gran reserva en la lucha; deben ser las que sustituyan a los combatientes cuando caigan, si tenemos que luchar.

«Por eso contamos con la mujer cubana, ¡la Revolución cuenta con la mujer cubana!».

Desde entonces, no existe faena en la que ellas, con su ternura y tenacidad, hayan dejado de estar presentes. Cuando resultó necesario fueron hasta Girón para defender la nación agredida, o subieron las montañas para alfabetizar a los campesinos y a sus hijos. Desde un inicio marcharon también a otras tierras en misiones médicas o a salvar a pueblos africanos de la bota segregacionista y colonial. Impactan las imágenes de su presencia en zafras azucareras, en la recogida del café, en la construcción de escuelas y centros científicos, o en el momento en que exhiben su medalla en competencias deportivas.

Ahí está también para corroborarlo «Teté» Puebla, quien ostenta los grados de generala que se ganó con su dedicación permanente y «la consagración de su ejemplar existencia a la digna causa del pueblo, desde las filas del Ejército Rebelde primero y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que la ha convertido en legendario símbolo de nuestras heroicas mujeres de siempre», como expresaba su orden de ascenso firmada por el Comandante en Jefe.

De esa misma estirpe es Concepción Campa (Conchita), con sus aportes imprescindibles a la salud como la obtención de la Vacuna antimeningocócica BC, resultado de un grupo de investigación que ella dirigió en los años ochenta del pasado siglo.

¿Y qué decir de la proeza de la jabalinista María Caridad Colón, primera latinoamericana medallista en Juegos Olímpicos, o de la gran hazaña de Ana Fidelia Quirot, cuando después de sufrir un accidente, volvió sobre las pistas y retornó a lo más alto del podio? ¿Quién no se estremece ante Yunidis Castillo, que ha superado todas las barreras y hoy constituye un paradigma para la juventud?

Como ellas, que por el alcance relevante de sus hechos resultan más conocidas por el pueblo, existen muchas otras que en cada jornada brindan su aporte, desde el anonimato muchas veces, pero con la misma disposición y coraje de las grandes. Esto solo puede ser posible por la existencia de una Revolución que defiende el derecho de la mujer a ser protagonista permanente de la obra colectiva.

Logros que emanan orgullo

«Nos sentimos orgullosos de nuestras mujeres», expresó el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en las jornadas finales del Congreso de la FMC, celebrado en marzo del pasado año. Con cerca de cuatro millones de integrantes mayores de 14 años, la organización adecua sus métodos a los nuevos tiempos para apoyar la implementación de los Lineamientos y cumplir los Objetivos de la Conferencia del Partido.

Para Teresa Amarelle Boué, su secretaria General: «La inserción de las cubanas en el proceso de desarrollo del país como beneficiarias y protagonistas activas, debe calificarse como uno de los fenómenos sociales más exitosos ocurridos en Cuba».

En una reciente intervención ante Naciones Unidas, para abordar cómo la Isla cumple con los objetivos de la Conferencia de Beijing sobre Adelanto de la Mujer (1995), Amarelle expresó que las profundas transformaciones en la condición y posición de las cubanas en el transcurso de los últimos 50 años son indiscutibles. Para ello mostró algunos datos:

«Las cubanas representan el 48 por ciento del total de las personas ocupadas en el sector estatal civil y un 46 por ciento de los altos cargos de dirección. En el año 1995, la tasa de desocupación femenina era de un 13 por ciento y en el año 2013 resultó inferior al 3,5 por ciento».

La Secretaria General de la FMC refirió, además, que la presencia femenina en Cuba en puestos de toma de decisiones ha mostrado un desarrollo ascendente en las últimas dos décadas. «En el año 1993, solo un 22,8 por ciento de la composición del Parlamento eran mujeres y en la actualidad, asciende a 48,86 por ciento. Ello nos sitúa como el primer país de América y el tercero en el mundo en alcanzar este alto nivel de participación. Actualmente somos 13 mujeres miembros del Consejo de Estado, lo que representa un 42 por ciento del total. Además, de los cinco vicepresidentes, dos son mujeres», dijo ante este organismo internacional.

Agregó que se garantizan servicios gratuitos y universales de educación y salud, y que los derechos sexuales y reproductivos son una realidad, incluidos el derecho al aborto y la elección libre y responsable sobre su fecundidad. Puso también como ejemplos que la tasa de mortalidad infantil es de 4,2 por cada mil nacidos vivos y la esperanza de vida al nacer para las mujeres resulta de 80,45 años.

No obstante —reconoció Amarelle—, en Cuba se mantiene como un desafío continuar trabajando en la transformación de la mentalidad de hombres y mujeres acerca de los roles dentro de la sociedad, a fin de romper los estereotipos sexuales heredados.

No puede olvidarse que aunque muchos de estos logros resultan hoy cotidianos, para conquistarlos un importante rol debió desempeñar desde su fundación la FMC, que siempre contó con la voluntad política del Estado revolucionario, ante barreras psicológicas y viejas mentalidades.

Sería un error creer que 56 años de Revolución y 55 de fundada la organización femenina son suficientes para borrar los patrones de la influencia de una cultura patriarcal. Se necesita seguir sembrando conciencia, y en esa justa tarea educativa debe estar no solo la FMC y sus más de 170 Casas de Orientación a la Mujer y a la Familia, sino también el resto de las organizaciones, los organismos de la Administración Central del Estado y toda la sociedad.

Vilma vive en su legado

Cuando este 23 de agosto la Federación festeje sus 55 años, el legado de Vilma estará presente en cada bloque. Ella soñaba desde aquellos tiempos fundacionales con una organización femenina dialéctica, preocupada por los problemas sociales, que se ganara el prestigio con su quehacer diario y el protagonismo ante las tareas desde la propia comunidad.

Especial atención dio siempre a las más jóvenes, con quienes departía en cada visita, les contaba anécdotas y les narraba lo oprobioso del pasado y la necesidad de alcanzar una cultura que promueva el ambiente de respeto a los derechos para hombres y mujeres por igual. Fue crítica acérrima del mal gusto, la banalidad y la chapucería, sobre todo, ante aquellos que utilizaban el cuerpo femenino como objeto, hechos que calificaba de inaceptables y denigrantes.

Vilma veía la FMC como una organización educativa, preventiva y para nada excluyente, con las herramientas necesarias para atender los problemas de las mujeres y defender sus conquistas ante una violación cometida en cualquier sitio. Defendió siempre la iniciativa de sus integrantes, las oportunidades para hacer con sus propias manos e inteligencia, de sentirse verdaderamente útiles y con una alta autoestima.

Se preocupó por ampliar el conocimiento sobre las cuestiones de igualdad de género y llegó a promover cátedras especializadas para evitar la reproducción de estereotipos sexistas. De igual forma introdujo conceptos que protegen a la mujer en el Sistema de Salud, como los de maternidad y paternidad responsables, por la importancia que siempre le concedió a la familia como célula fundamental de la sociedad.

De Vilma y de la huella que dejó en la historia patria las federadas aprenden cada día. Rendirle tributo a ella es un homenaje también a cada cubana. Su sonrisa se multiplica y este domingo baña de felicidad las cuadras de la Isla. Es la misma alegría de aquel 23 de agosto en el teatro Lázaro Peña, cuando sin poder llegar a un acuerdo entre las asistentes para el nombre de la organización, la esbelta muchacha anunció: «Una compañera propuso dar un voto de confianza al doctor Fidel Castro para que escogiera un nombre, acordándose hacerlo por unanimidad. Hemos consultado con él y puedo anticipar que la nueva organización se llamará Federación de Mujeres Cubanas».

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