Cariñosa como siempre, me volví a encontrar con Elaine en el III Encuentro de las Redes Sociales Comunitarias vinculadas al Centro Nacional de Educación Sexual, la semana pasada en Pinar del Río.
La primera entrevista que le hice en aquel evento sobre Estudios de Géneros y Sexualidades no Heteronormativas sobre sus empeños precedentes en el grupo Somos de la Primera Iglesia Bautista de Matanzas y el proyecto Abriendo brechas de colores, quedó sin transcribir en mi grabadora, por culpa de mi pereza habitual y las urgencias posteriores de otras circunstancias.
Pero aquella impresión inicial fue imborrable y esperanzadora.
Luego comenzamos a trabajar juntos en la distancia. Fuimos cómplices en varias gestiones para canalizar denuncias y la solución de conflictos por actos discriminatorios contra personas gais y trans en Matanzas, donde ella vive, ama y trabaja.
Mi anuncio reciente en Facebook de que Elaine iniciaba un escarpado camino como pastora de una nueva iglesia cristiana en Cuba con un ministerio positivo para las personas LGBTI, desató una polémica entre varias personas queridas, buenas y creyentes.
Esa reacción me permitió comprender mejor la trascendencia de su iniciativa y la alta sensibilidad y complejidad de un tema sobre el cual casi todo lo desconozco, por mi falta de religiosidad. Pero entendí que era urgente esclarecer a fondo la naturaleza de esta buena nueva:
El nacimiento de una iglesia, que según sus propias palabras, “está llamada a confrontar la injusticia de la pobreza, el sexismo, el racismo, la homofobia y la transfobia, mediante la acción social, y donde las personas LGTBIH sean parte del Cuerpo de Cristo, la comunidad cristiana y el liderazgo, sin prejuicio alguno”.
Pero dejemos que sea Elaine quien nos lo explique mejor.
El 25 de septiembre de 2015 fue el primer culto de una nueva iglesia cristiana en Cuba. Cuéntanos de qué se trata y por qué surge esta nueva institución.
Esta es una comunidad cristiana, que no difiere de cualquier otra, en cuanto a su declaración de fe. Para nosotras y nosotros, la cristiandad es la revelación de Dios en Jesucristo y es la religión establecida en las Escrituras. Fundada con el interés de ofrecer una iglesia hogar a todos aquellos que confiesen y crean en esa fe. La Fraternidad Universal de Iglesias de la Comunidad Metropolitana se mueve dentro de la corriente principal del Cristianismo. Nuestra fe está basada sobre los principios trazados en los credos históricos: El Credo de los Apóstoles y el Credo Niceno.
Creemos:
- En un Dios trino, omnipotente, omnipresente y omnisciente, de una sola sustancia y en tres personas: Dios, nuestro Padre y Madre Creador; Jesucristo, el hijo unigénito de Dios, Dios hecho carne y humano; y el Espíritu Santo, nuestro Dios sostenedor.
- Que la Biblia es la Palabra de Dios inspirada divinamente, que presenta a Dios a cada persona a través de la ley y los profetas, y final, completa y definitivamente en la persona de Jesucristo en la Tierra.
- Que Jesús, el Cristo, es Dios encarnado, de nacimiento humano, totalmente Dios y totalmente humano, y que siendo uno con Dios, Jesús ha demostrado de una vez y para siempre que toda las personas somos igualmente hijos(as) de Dios, hechos espiritualmente a la imagen de Dios.
- Que el Espíritu Santo es Dios que hace saber el amor de Dios y Su interés por todas las personas. El Espíritu Santo es Dios, que es accesible y que trabaja a través de todos aquellos que deseen poner su bienestar bajo el cuidado de Dios.
- Cada persona se justifica por la gracia de Dios a través de la fe en Jesucristo.
- Somos salvados de la soledad, desesperanza y degradación a través del don divino de la gracia, como fue declarado por nuestro Salvador. Tal gracia no se gana, es un mero regalo de un Dios de amor puro. Encomendamos a la comunidad de fieles a una vida de oración; a buscar el auténtico perdón de aquellos actos inconsiderados, poco amables y de desamor; y a una vida comprometida al servicio Cristiano.
- La Iglesia sirve para atraer a toda la gente a Dios por medio de Cristo. Para este fin, deberá organizar servicios regulares de adoración, oración, interpretación de las Escrituras y edificación a través de la enseñanza y predicación de la Palabra.
Nuestros Sacramentos son el Bautismo y la Santa Comunión, ahora no tenemos una línea direccionada, a la hora de realizar el bautismo, pues para ser definitivamente inclusivos, respetamos la tradición u opción de la persona. En cuanto a la Santa Eucaristía, sí promovemos la mesa abierta para todos y todas.
Algo que nos caracteriza es el tener un Ministerio abierto y positivo para las personas LGTBIQ
¿Qué significa ser una iglesia con un ministerio básico y positivo para la comunidad LGBTI? ¿En qué difiere de otras iglesias ya existentes en Cuba?
Esto tiene una gran significación para toda persona que quiera vivir el Evangelio liberador, de misericordia, de paz, de justicia, de inclusión y de amor de Jesucristo. Esta iglesia está llamada a confrontar la injusticia de la pobreza, el sexismo, el racismo, la homofobia y la transfobia, mediante la acción social. Motiva a la creación de comunidades sanadoras y reconciliadoras, a través de la fe, la esperanza y el amor.
Un ministerio básico y positivo para la comunidad LGTBI significa: Que las personas LGTBIH sean parte del Cuerpo de Cristo, la comunidad cristiana y el liderazgo, sin prejuicio alguno. Una iglesia que legitime la cultura LGTBI, sus valores, sus historias de vida y su problemática. Un espacio donde las personas LGTBI sean percibidas como parte de la sociedad con los mismos derechos que otros y otras. Una comunidad donde las familias homoparentales sean valoradas, y apoyadas. Donde las personas LGTBIH puedan demostrar su afectividad y amor. Donde las personas LGTBIH puedan acceder al ministerio pastoral y a otros ministerios, incluyendo a las personas trans. Donde la sexualidad/espiritualidad pueda experimentarse de manera positiva e inseparable. Donde dos personas puedan recibir la bendición de su amor, sin cuestionar la orientación sexual o la identidad de género. Que los textos de terror (textos bíblicos usados para condenar a las personas LGTBI) sean analizados sin prejuicios dominantes y apoyados por métodos exegéticos y la crítica textual. Que nuestra comunidad LGTBI pueda encontrar en las Escrituras nuestras historias de vida, nuestra sexualidad y sobre todo nuestra espiritualidad, para nosotras es como beber de nuestros propios pozos. Es como un llegar a casa (Hogar o espacio seguro) sin tener que dejar tu sexualidad o identidad, en la puerta de entrada. Es reconocer nuestra experiencia, de Dios, de la Biblia, de la Iglesia, de la sexualidad, de nuestros cuerpos, como una fuente de revelación y con ellas orientarnos a lo Divino.
En cuanto a en qué difiere nuestra iglesia de otras comunidades cristianas, creo que leyendo la primera parte de la entrevista, ya el lector con un conocimiento mínimo del tema religioso, puede entender nuestros contrastes y particularidades. Y creo que es más sano dejar esto a consideración del público.
Quiero aprovechar para hablar sobre algo que, aunque no está contemplado en las preguntas, me parece medular apuntar; y es que aunque tenemos un ministerio de este tipo, este no es el único, como ya he expuesto anteriormente. También aclarar que esta es una comunidad que está abierta a cualquier ser humano que busque el amor de Dios y su justicia, solo que sucede, que por tener estas posiciones tan definidas, en temas tan controversiales para la sociedad y para la iglesia, como es el de la sexualidad y la identidad de género; las personas que no comulgan con estas ideas, nos acusan de ser una iglesia separatista, solo para personas LGTBIQ, y esta no es para nada la realidad. Han sido pocas las personas heterosexuales que están dispuestas a confraternizar y hermanarse a una comunidad como la nuestra, todavía existen muchos prejuicios al respecto. En varias ocasiones personas se le han acercado a alguien de nuestra comunidad y le dicen, sal de ahí que van a decir que tú eres… Por eso quiero a provechar para resaltar y dar gracias a Dios por la vida de nuestros hermanos y hermanas heterosexuales que forman parte de nuestra comunidad y nos acompañan en este camino, pues ellos han tenido que sufrir bullying a causa de los prejuicios. Oro mucho porque algún día no tengamos necesidad de hablar de personas LGTBIQ y heterosexuales.
¿Cuáles fueron sus antecedentes, tanto para ti en lo personal como para el resto de sus feligreses?
El 14 de mayo del año 2010 y con motivo de las Jornadas contra la Homofobia que ha organizado el CENESEX, se articularon algunos líderes religiosos cubanos, quienes de manera independiente decidieron intervenir en dicho evento con un panel que discursó sobre el tema. En ese programa participó también la doctora Cari Jackson, Pastora Principal de la Primera Iglesia Congregacional de Stamford, Connecticut, EE.UU, y André Sidnei Musskopf, Doctor y Maestro en Teología, y Coordinador del Grupo de Celebración Ecuménica Inclusiva. Ese fin de semana el Movimiento Estudiantil Cristiano (MEC) y el Centro de Servicios Sociales Educativos (CESERSE), convocaron a algunos cristianos y cristianas gays y lesbianas para realizar un taller con André Sidnei Musskopf en sus planteles en Varadero. Ese fue uno de nuestros primeros contactos con las llamadas teologías indecentes.
Luego se constituye, en septiembre de 2012, el grupo Somos, en la Primera Iglesia Bautista de Matanzas (PIBM); conformado por personas gay, lesbianas y bisexuales. Aquí se comienzan a congregar personas cristianas de diferentes iglesias de la ciudad, personas que no profesan ninguna religión y de religiones afrocubanas. La PIBM tiene una historia increíble en cuánto ha como ha ido entendiendo su ministerio y su papel profético, en los contextos y circunstancia que le ha tocado vivir, y esto es un orgullo inmenso para todos y todas los que se sienten parte de ella. No es menos cierto, tampoco, que nuestro hermanamiento con una Iglesia como la de Pullen, en Carolina del Norte, otra comunidad profética y con un evidente accionar en la sociedad norteamericana —una iglesia abierta e inclusiva para las personas LGTBIQ—, ha influido en la formación teológica y en el corazón de la PIBM. Este relacionamiento por años y el amor entre las personas de ambas comunidades ha sido muy positivo en este sentido y en otros.
El 17 de febrero de 2014 se constituye el proyecto “Abriendo Brechas de Colores”(ABC) y se comienza a trabajar en varias cuestiones fundamentales: Apoyando el grupo Somos y otros grupos locales y personas LGTBI; promoviendo una Jornada Socio-teológica en el Seminario Evangélico de Teología de Matanzas (SET); apoyando las Jornadas contra la Homofobia que promueve el Centro Nacional de Educación Sexual en Cuba (CENESEX); integrándonos a otros centros que trabajan el tema del derecho y la no discriminación. Desde la constitución del Proyecto hemos estado invitados para la preparación litúrgica de la Celebración Ecuménica que se celebra todos los años en el Pabellón Cuba, como parte de las actividades que promueve el CENESEX en la Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia. Hemos participado en actividades científicas promocionadas por las ciencias sociales, representando al proyecto y con un discurso desde la religión: I Evento Nacional sobre Estudios de Géneros y Sexualidades no Heteronormativas, Cienfuegos, enero 2015; Jornada Científica Provincial HABANASEX 2015, del 6 al 10 de abril; Jornada Científica Por espacios laborales más inclusivos, La Habana, 6 de mayo de 2015; 7mo Congreso Cubano de Educación, Orientación y Terapia Sexual, el cual se celebró del 16 al 18 de septiembre de 2014, en La Habana, Cuba. Hemos coordinado encuentros locales de lectura de las Escrituras desde una perspectiva de inclusión en materia de raza, género, sexualidad e identidad de género. Proyectamos películas con el tema de la sexo-género-diversidad. Realizamos actividades en conjunto con el Centro de Prevención de las ITS y VIH- SIDA de la ciudad de Matanzas.
Pienso que haberme formado y haber pertenecido a la Fraternidad de Iglesias Bautistas de Cuba, una denominación que surge en el año 1989, con una historia muy interesante; pues se formó por la unión de algunas iglesias que fueron expulsadas precisamente por su manera de entender el evangelio, su ministerio, su compromiso con el pueblo cubano, que abrazó la teología de la liberación, que ordenó a mujeres al ministerio pastoral, fue medular en la teología que abrazo hoy. También el haber estudiado en un seminario como el Evangélico de Teología de Matanzas (SET), que marcó mi formación académica. También el haber encontrado allí profesoras valientes que incluyeron en sus clases las teologías gay, lesbianas, queer y subversivas que fortalecieron mi aprendizaje en materia de teología y debo destacar, entre esas profesoras a Clarita Ajo y Daylins Rufín. También me influyó muchísimo mi relación de entrañable amistad con la Pastora Raquel Suárez Rodés, y su pasión por el ministerio inclusivo y por la vida de la iglesia cubana.
Quiero resaltar el coraje y el valor de algunos pastores y pastoras que han estado apoyando y discursando sobre la inclusión de las personas LGTBIQ en la Iglesia y en la sociedad, pues sabemos cuánto se han jugado por llevar el evangelio de amor, la justicia y la misericordia. En cuántas oportunidades han estado junto con nuestra comunidad, en las marchas contra la homofobia y la transfobia, en las celebraciones ecuménicas y en eventos que tratan este asunto.
También quiero resaltar el trabajo que iglesias de la fraternidad y otras comunidades de otras denominaciones han realizado con respecto al tema de la inclusión. Gracias a todo esto es que hoy, sin lugar a dudas, puede existir una ICM en Cuba.
Sabe Dios también cuánto nuestra comunidad ha sufrido por hacer valer sus derechos, cuánto queremos sentirnos amados y amadas por Dios, ser parte del Cuerpo, de su mesa, alabarle, adorarle y llevar el evangelio de amor, paz, misericordia e inclusión, sin que nuestra orientación sexual o identidad de género sea un impedimento u obstáculo; sino un Don y una bendición. Gracias a los que están y a otras personas que han precedido este trabajo. Gracias a Dios por los pastores y pastoras por las comunidades valientes y por ICM en nuestro país.
¿Cuántas personas participan en esta ICM de Cuba y en qué fase está su proceso de registro jurídico? ¿Cómo puede alguien unirse a esta iglesia? ¿Dónde radican? ¿Solo en Matanzas?
Somos ICM en Cuba es una comunidad con características particulares, dado su génesis y contexto, por lo que es bueno recalcar que algunos de sus integrantes pueden pertenecer también a otra comunidad de fe, siempre y cuando haya transparencia por parte de esta persona, a la hora de relacionarse con ambas partes; lo que pedimos es que la persona no niegue su asociación con ICM, y esté en comunión con nuestros principios y estatutos. Nuestra comunidad cuenta, en estos momentos con 41 integrantes aproximadamente.
Estamos en una etapa muy incipiente de conversaciones para obtener la personalidad jurídica, un proceso que en estos momentos está detenido para cualquier iglesia, pues se está haciendo una revisión de las leyes que favorecerá los procedimientos, el cual estamos conscientes de que es largo y complejo, por cuestiones de seguridad y del proceso mismo. En estos momentos estamos en conversaciones con algunas instituciones con las cuales queremos relacionarnos, tanto del ámbito religioso como secular. Nos encanta la idea por ejemplo, de seguir trabajando relacionados con el CENESEX y el Centro de Prevención de las ITS y VIH/SIDA, instituciones con las que ya veníamos relacionándonos por el proyecto ABC. Así también con los centros, iglesias e instituciones religiosas que nos han estado acompañado y/o apoyando.
Si alguien quiere unirse solo tiene que acercarse a nuestra comunidad de fe y comulgar con nuestro ministerio. Hay algunas personas en nuestro grupo que le han hecho un rechazo a la religión cristiana por algunas cuestiones que les han dado inseguridad y falta de credibilidad, pero que forman parte de nuestro trabajo, asisten a nuestros cultos de adoración y se sienten, luego del contacto con nuestra comunidad de fe, cristianos y cristianas también. Hay otros, y esto es un tema tan conflictivo como lo es la orientación sexual y la identidad de género, que profesan otras religiones y/o espiritualidades, pero que también asisten a nuestras liturgias cristianas, a modo de acompañamiento a la comunidad de amigos y amigas, porque se identifican con nuestro ministerio, e increíblemente con la Biblia como texto Sagrado y Jesucristo. Esta es otra de las cuestiones que tenemos que defender, con cuidado y con cultura de paz, ante algunos detractores y detractoras.
Radicamos en la ciudad de Matanzas, aunque tenemos una pequeña casa culto en la ciudad de Cárdenas. En Matanzas, provisionalmente, nos reunimos en la terraza de la casa en la que convivo con mi pareja, allí hemos acondicionado el lugar para tener una celebración litúrgica bella, donde nos acompaña la luz de la luna, de las estrellas y de nuestra comunidad de amigos y amigas, en la misma fe. Incluimos siempre una frase que dijera desde un principio nuestro Obispo fundador, Reverendo Elder Troy Perry, “estás en el lugar correcto”. Una frase que siempre nos inspira y nos convierte en una comunidad que alaba al Dios de la vida que nos acoge y nos protege, tal y como nos creó. Anteriormente dije provisionalmente, pues estamos viendo la posibilidad de comprar un local, donde nuestra iglesia pueda desplegar su ministerio y sus proyectos, entre los que está ABC y otros proyectos en formación.
¿Cómo han transcurrido sus primeros cultos, qué impresiones y sentimientos te dejaron a ti y a otras personas asistentes?
Al principio un poco complicado, por la cuestión de entenderse la diversidad, pues hay disimiles procedencias denominacionales, culturales, religiosas y tratar de poner en dialogo estas tradiciones es un poco complejo.
Somos una comunidad que trata de no repetir ritos sin antes ser entendidos y sobre todo, donde toda la vida litúrgica sea atravesada por la inclusión, el amor y la fe. Nos entendemos como devotos y activistas, para poder expandirlos a todas las personas mediante nuestros proyectos comunitarios y nuestra cotidianidad.
¿Qué incidencia podría tener este ministerio en la actual coyuntura cubana de mejores relaciones entre el Estado y las iglesias, en paralelo al enfrentamiento social a la homofobia y un mayor activismo a favor de los derechos de las personas LGBTI?
En primer lugar una iglesia que visibilice, de manera bien explícita, porque además su trabajo está plenamente direccionado hacia el ministerio positivo de las personas LGTBIQ y a la plena inclusión social, con igualdad de derecho y responsabilidades ciudadanas; es ya en sí misma una iglesia que puede ser llamada activista en esta materia. Pero si además a esto le agregamos que nuestra iglesia trabaja articulada a instituciones estatales que trabajan estas temáticas; entonces estamos hablando de una comunidad que se entiende como una comunidad que tiene mucho que aportar, que decir y que se ve a sí misma como parte de la sociedad civil cubana. En este sentido hacer activismo desde la formalidad de una institución religiosa, y hacerlo con la sotana puesta, será un impacto inmensísimo para la sociedad en general y para cómo se está entendiendo la iglesia en la actualidad. Pienso que este ministerio vendría a ser como un nuevo referente que entraría en este escenario con propuestas concretas y radicales. Entonces oro por que podamos tener una personalidad jurídica que nos ayude a visualizarnos desde una oficialidad, aunque con o sin oficialidad seguiremos en esta apasionante y ardua empresa.
