Durante el encuentro, la doctora en derechos humanos Roxana Arroyo Vargas de, Costa Rica, comentó que el derecho en muchos casos norma los cuerpos, que con la violencia se subyuga a las mujeres de acuerdo a la región y el lugar donde viven y que sus cuerpos aún son vistos como territorio en disputa.
“Los derechos humanos, desde una teoría crítica del derecho, se construyen a partir de las aspiraciones y las necesidades de los sujetos y en el caso de la mujer, son un reflejo de construcciones complejas a nivel histórico de los movimientos sociales”.
“Las féminas, desde las normas jurídicas internacionales y con la intención de lograr una igualdad de género, han cambiado la lógica y la interpretación de los derechos, es decir, la madera de aplicarlos”, explicó la Dra. Arroyo Vargas.
Aseguró además que los obstáculos históricos niegan la posibilidad de construir un paradigma social fundamentado en la equivalencia, los derechos humanos y la ciudadanía plena de las mujeres, así como también que la igualdad no es estática.
En su conferencia se refirió a tres aspectos fundamentales que se deben tomar en cuenta a la hora de analizar el fenómeno de la violencia: la interseccionalidad, la violencia y la discriminación y, por último, la obligación estatal.
Para trabajar en su erradicación, son esenciales tres componentes: el formal, referido a las leyes aplicadas, el estructural, relativo a cómo los funcionarios aplican estas leyes y por último el cultural, que se vincula a los estereotipos y el imaginario social.
Durante la clausura del taller, la Dra. Clotilde Proveyer expuso un resumen de la sistematización sobre estudios publicados y/o localizados, relativos a experiencias de atención a mujeres víctimas de violencia de género en Cuba y sus principales resultados.