Casandra - Cimarronas.- La menarquía en sí no fue traumática para mí, en el momento en que ocurrió ya sabía de sobra lo que era y no me causó dolor. Pero en algún punto, la menstruación se transformó en un proceso engorroso e incapacitante: había un grupo de actividades que yo no realizaba en los días de sangrado, como ir a la playa, a excursiones, correr, tener sexo, montar bicicleta… en ese sentido, la organización de mi vida giraba en torno al ciclo menstrual y yo sentía que mis amigos y parejas varones eran mucho más libres.
La naturaleza me castigaba. ¿Qué sentido biológico tendría gastar energía y nutrientes en preparar al útero para recibir un embrión inexistente, y luego pasarse una semana sangrando? Nunca he tenido sexo con el fin de procrear, pero, incluso cuando aún no era sexualmente activa, mi cuerpo se desgastaba en esperar cada mes a un imposible óvulo fecundado…
No faltará quien alegue, con argumentos seudocientíficos, que la finalidad del sexo es siempre perpetuar la especie y que tenerlo solo por placer no es natural. Sin duda, cuando no existían métodos anticonceptivos, las mujeres menstruaban mucho menos, pues se pasaban la vida entre embarazos y puerperios...
Sin embargo, ni somos la única especie que tiene sexo por placer ni es tan común la menstruación en el reino animal.
Además de nosotras, solo unos pocos animales menstrúan: muchos de los primates, algunos murciélagos y las especies del orden «Macroscelidea», conocidas comúnmente como musarañas elefante. ¿Tenemos algo más en común?, pues sí…
La ovulación está oculta en las mujeres, lo que significa que no existe relación entre esta y nuestra disposición a tener sexo. Ello determina que podamos copular en cualquier momento del ciclo reproductivo, a diferencia de otros mamíferos, que lo hacen solo durante la llamada «etapa de celo» u ovulación. A esto se le conoce como «cópula prolongada» y es una característica que compartimos con el resto de los animales menstruantes.
Pero esta «libertad copulatoria» tiene sus contratiempos, pues significa que el óvulo puede tener varios días de envejecido al ser fertilizado y dar lugar a embriones anómalos, razón por la que muchos embarazos se interrumpen en las primeras semanas.
Aunque la causa por la que algunos animales menstrúan, no están del todo clara, se cree que pueda estar relacionada con esta particularidad, ya que, en estos animales es el cuerpo de la madre quien controla el revestimiento de la pared uterina, mientras que en la mayoría de los mamíferos estos cambios son producidos por señales del embrión.
Sobre las actividades que no se pueden realizar durante la menstruación: tuve la suerte o la fatalidad de que el ejercicio físico fuerte y el estrés me propiciaran el sangrado. Ya de poco valió que me planificara: cuando me iba a escalar montañas, a recorrer el curso de un río, me excedía pedaleando, me entrenaba para un maratón o tenía una importante entrega de trabajo, la regla se me adelantaba y no me quedaba más remedio que seguir adelante, descubrí, entonces, que en realidad no tenía ninguna limitación.
Así que la menstruación no es un castigo divino ni un mal diseño de la naturaleza, tampoco nos hace menos libres, al contrario. Después de todo, ¿quién querría tener sexo solo cuando ovula o solo para procrear?
