Prensa Latina.- Cuba rechazó hoy todo intento de otorgar más poderes al Consejo de Seguridad y destacó que la reforma de ese órgano de la ONU debe contribuir a hacerlo más democrático, representativo, responsable y efectivo, indica PL.
"Debemos asegurar que la agenda del Consejo refleje las necesidad y los intereses tanto de los países en desarrollo como subdesarrollados de manera objetiva, racional, no selectiva y no arbitraria", dijo el embajador cubano Rodrigo Malmierca.
El jefe de la misión cubana intervino para fijar las posiciones de su país en el primer día de debates en la Asamblea General sobre el aumento del número de miembros, representatividad y otros asuntos relativos a ese organismo de la ONU.
Malmierca destacó la renuencia de su país a toda tendencia de pretender equiparar la reforma de la ONU con la concesión de más poder al Consejo.
Al respecto, insistió en la necesidad de que los Estados miembros de la ONU "pongan fin a cualquier intento de trasladar al Consejo de Seguridad temas que son del dominio de la Asamblea General".
"Cuba continúa especialmente preocupada por el establecimiento de normas y definiciones por parte del Consejo de Seguridad que van más allá de sus esferas de competencia", indicó el diplomático.
Ese organismo de la ONU de 15 miembros, cinco de ellos permanentes -Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China-, tiene la responsabilidad de atender aquellos asuntos que representen una amenaza para la paz y la seguridad internacional.
En ese sentido, Malmierca se refirió a la decisión del Consejo de iniciar debates formales u oficiosos sobre la situación en cualquier Estado miembro o asuntos que no reúnen esas características.
El tema de la reforma del Consejo de Seguridad permanece estancado desde años por las agrias controversias en el seno de la ONU en torno a las propuestas de ampliar su membresía.
Sobre este asunto, el embajador cubano expresó hoy ante la Asamblea General que el aumento del número de miembros del Consejo debe abordar la falta de representación en el mismo de los países en desarrollo.
Pero Malmierca señaló que la reforma del Consejo no debe limitarse a la cuestión de la membresía sino que también debe abordar cuestiones sustantivas relativas a la agenda, métodos de trabajo y el proceso de tomas de decisiones.
Al respecto, propuso la toma de medidas como aumentar el número de sesiones públicas del Consejo y que brindar oportunidades reales para que se tengan en cuenta las opiniones del país no miembros del Consejo cuyos asuntos se estén tratando en ese organismo.
"Debemos asegurar que la ampliación del Consejo contribuya a hacerlo un órgano más democrático, representativo, responsable y efectivo", dijo el diplomático cubano.
