Julio Fumero - Prensa Latina.- Masiva fue hoy la respuesta de los mexicanos a la convocatoria del Movimiento de Solidaridad con Cuba, para protestar en esta capital por la liberación del terrorista confeso Luis Posada Carriles. Unas ocho o nueve mil personas se concentraron ante la embajada de Estados Unidos, en repudio a lo que calificaron de infame decisión del gobierno de George W. Bush.
“Estimo que es la mayor movilización lograda por nuestra organización”, dijo a Prensa Latina su coordinador, Jesús Escamilla.
Al comenzar el acto ya sumaban algunos miles, pero poco después desfiló una multitud que, con la consigna continuada de “Cuba sí, yanquis no” y agitando banderas de la Isla, colmaron un buen tramo de la céntrica avenida Reforma, cerrado desde entonces al tránsito.
Poco importó el cerco metálico y policial a la sede diplomática, que dejaba a los manifestantes a algo más de 20 metros de la edificación, pues las voces de repulsa a Washington retumbaron como para que se oyeran en toda esta gigantesca urbe.
Dirigidos a Bush fueron los más fuertes epítetos de más de una decena de oradores, coreados por la concurrencia, como cuando fue calificado del más genuino representante de un sistema de terror impuesto al mundo.
También condenaron la liberación de Posada Carriles como una doble moral de la administración estadounidense, que dice combatir el terrorismo y protege a uno de los más connotados perpetradores de crímenes de ese tipo.
Mientras eso ocurre, compararon, en cárceles de ese país permanecen injustamente sufriendo amplias condenas los cinco antiterroristas cubanos que cumplían el deber de proteger a sus compatriotas e incluso los norteamericanos.
En ese pedazo de Reforma, frente a la representación del imperio –como dijo un orador-, la de hoy fue una jornada combativa de los mexicanos amigos de la mayor isla del Caribe, resistente al bloqueo y solidaria ella misma con todos los pueblos del orbe.
