Nuestro embajador aquí, Ricardo García Nápoles, el doctor Lorenzo Somarriba López, viceministro cubano de salud y coordinador general de la Brigada Médica Cubana, y la doctora Alina Cárdenas Díaz, secretaria del Partido del colectivo, entre otros funcionarios, recibieron a los miembros de la Henry Reeve, que se sumarán a los esfuerzos de los más de 1 000 colaboradores sanitarios de la mayor de las Antillas, la mayoría del Programa Integral de Salud (PIS), presentes en Haití para mejorar la salud de su pueblo y enfrentar esta peligrosa enfermedad, que ya ha contagiado en total a más de 91 000 haitianos.
Este nuevo grupo, que tiene experiencia en atenciones médicas a damnificados y lesiones por catástrofes naturales en países como China, Paquistán, Guatemala, Indonesia, Bolivia, Chile y el propio Haití, a partir de este sábado será ubicado en ocho de los diez departamentos de esta nación, de casi diez millones de habitantes.
Forman parte de estos cooperantes 14 médicos graduados de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), procedentes de Bolivia, México, Perú, Ecuador, Paraguay y Colombia, todos residentes de Medicina General Integral.
Los recién llegados se alojaron provisionalmente en tiendas de campaña en el Centro Operacional de la antigua Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Haití.
El embajador venezolano aquí, Pedro Antonio Canino, se sumó a la bienvenida e indicó que este esfuerzo conjunto forma parte de la alianza estratégica de los gobiernos revolucionarios de ambos países a favor de la vida de las personas más necesitadas de Nuestra América.
"Forma parte de la estrategia que diseñaron hace muchos años el Comandante en Jefe Fidel Castro y el comandante Hugo Chávez", añadió.
HABLAN LOS PROTAGONISTAS
El médico Raymundo Díaz Hernández, de México, y al frente de este colectivo de la ELAM, significó que para él es su primera misión internacionalista y su bautismo de fuego desde el punto de vista profesional.
"La idea de Fidel de la ELAM es algo muy humanitario, porque estamos demostrando que la formación de médicos con vocación de servicio pueden salvar muchas vidas en cualquier parte del mundo, y eso hacemos hoy en Haití", afirmó.
Por su parte, la enfermera de Ciego de Ávila Vilma Pérez Fernández, cuya madre nació en la tierra de Toussaint Louverture y habla perfectamente el creole, la lengua local, dijo sentir el orgullo de cumplir esta segunda misión en un pueblo hermano muy humilde, que requiere de cuidados médicos. Manifestó que anteriormente había estado aquí de 1999 al 2001, como parte del PIS.