Prensa Latina.- La oposición a la Reforma Tributaria del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, tiene un trasfondo político, pues se trata de una expresión de una corriente en decadencia, denunció hoy el economista Carlos Guzmán. Vivimos un proceso de cambio, porque Ecuador no soporta más toda la miseria y muerte sembrada durante los últimos años, destacó Guzmán en declaraciones a un canal de la televisión nacional.

Puntualizó que el proyecto Tributario persigue acabar con las preasignaciones, vía impuestos, destinadas a los gobiernos locales, que se escudan en un falso contexto de autonomía y solo beneficia a la partidocracia.

Guzmán alertó que "las autonomías obedecen a profundas diferencias culturales, de tradición e idioma, como en España", pero aquí con ese concepto se pretendió paralizar el Estado.

Esas autoridades seccionales, convencidas de que no pueden llegar al poder central, fortalecían sus ambientes regionales en base al clientelismo político, aseveró.

Y aclaró que el gobierno persigue con esta reforma recuperar la capacidad de administración, que constituye una herramienta de desarrollo.

Por ello, sostuvo que no están en medio de un problema jurídico, sino de una manifestación de lucha entre una corriente que surge y otra que declina "Los que estamos con la Revolución Ciudadana somos los que cada vez asumimos nuevos roles", porque queremos acabar con la corrupción y hacer un país mejor, enfatizó.

En tal sentido, recordó la protesta que el alcalde socialcristiano de Guayaquil, Jaime Nebot, pretendía realizar en Manta y Montecristi.

Preguntó ¿Cuándo el alcalde de Guayaquil se ha subido (ayer) a un bus (ómnibus) para ir a alguna parte? Lo que quiere Nebot es bañar en sangre al país, y el gobierno nacional lo evitó al impedir que se encuentren con los partidarios del jefe de Estado, señaló.