El voto en las urnas en el noviembre del 2006, para elegir al nuevo presidente del país, la consulta popular de abril último y la elección de los miembros de la Constituyente consolidaron el deseo de reforma en esta nación.
Estas elecciones marcaron el ritmo en este territorio andino y debilitaron a la oposición de derecha, que se muestra desmembrada y sin liderazgo, ante el clamor de una mayoría ciudadana que rechazó sus métodos neoliberales.
La decisión del jefe de Estado Rafael Correa de cumplir con sus promesas de campaña dio al gobierno el respaldo necesario para impulsar su denominada Revolución Ciudadana, cuya materialización está representada en la Asamblea Constituyente.
Se trata de la institución que reformará el marco institucional y elaborará una nueva Carta Magna, la vigésima de esta nación andina.
Los plenos poderes de esa Asamblea garantizan a los 130 asambleístas la posibilidad de gobernar, legislar, fiscalizar e incluso de administrar justicia.
Su máximo representante, el ex ministro Alberto Acosta, reiteró que se redactará una nueva Carta Magna para poner fin a la larga noche neoliberal que ha sumergido a esta nación en una década de crisis.
Se busca aprobar leyes y resoluciones que profundicen el proceso de reformas iniciado en este territorio el 15 de enero último, con la asunción al poder de Correa.
Entre los objetivos de esta Asamblea figuran impulsar revoluciones en lo político, económico y social que permitan implementar un sistema de planificación nacional y edificar una sociedad de productores y propietarios.
La Constituyente, cuya mayoría (80) de miembros pertenece al movimiento del presidente de la nación, Alianza País, sentará las bases legales para lograr una democracia activa y participativa.
La nueva Carta Política deberá asimismo recuperar los derechos a la propiedad, vivienda, seguridad social, ambiente sano y a la comprensión plena de que el país es formado por distintas etnias y culturas.
Educación y salud gratuita constituyen asimismo renglones a reivindicar por esta Asamblea para avanzar hacia una sociedad en el cual el hombre aparece como lo más importante.
La Asamblea, que sesiona desde el 29 de noviembre último en la Ciudad Eloy Alfaro, un complejo arquitectónico ubicado en el cantón Montecristi de la provincia de Manabí, dio ya su primera estocada con la aprobación en días pasados de la Reforma Tributaria.
Esta legislación que entrará en vigor mañana persigue una mejor distribución de las riquezas, incentivar la producción y acabar con la evasión fiscal.
Correa, quien destacó la aprobación de esta reforma, auguró para el 2008 otras leyes que beneficiarán a la clase media y baja de este país, en perjuicio de los más ricos.
Por ello, recalcó la necesidad de mantener la unidad en torno al proceso político, pues la oligarquía y grupos de poder ya comenzaron a sacar sus uñas y buscarán dividir la nación para frenar un cambio democrático en Ecuador.
La lucha apenas comienza, vendrán tiempos difíciles, pero unidos podremos avanzar y vencer: construir un país para todos, aseveró el Jefe de Estado.