La responsabilidad de la difícil coyuntura de la economía internacional está en el mundo desarrollado, pero sus consecuencias se sentirán en todo el planeta, particularmente en las sociedades más pobres advirtieron oradores en la cita.

El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, llamó a la construcción de un nuevo modelo financiero internacional con mecanismos efectivos de control para prevenir problemas como el actual.

El mito de la necesidad de alejar al estado del control de la economía llevó a una perversión, aseguró el jefe del gobierno español en su intervención en la Cumbre Iberoamericana.

“Vale la pena recordar que la crisis actual se gestó en un proceso de desregulación acelerada, es decir, un falso planteo de que los sistemas financieros pueden funcionar por sí solos”, dijo por su parte el presidente de México, Felipe Calderón.

Destacó el primer mandatario que, si bien esta es la situación más difícil desde 1939, la diferencia está en la articulación hoy de las sociedades de una manera más dependiente unas de las otras.

La región está más protegida gracias a su crecimiento sostenido del seis por ciento durante los últimos años, pero sería ingenuo pensar que una coyuntura tan grave dejaría de tener serios efectos en estos países, dijo Enrique Iglesias, Secretario Iberoamericano.

Asimismo, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, advirtió en su discurso durante la inauguración de la Cumbre Iberoamericana que las primeras víctimas de estas crisis serán los jóvenes sin una preparación adecuada.

Ellos son los últimos en ser contratados y los primeros en ser despedidos, aseguró la gobernante sudamericana.

Aunque el tema de la XVIII Cumbre Iberoamericana es la Juventud y el Desarrollo, los jefes de Estado y de Gobierno han expresado su preocupación por los efectos para el área de las turbulencias financieras provocadas en el mundo industrializado.