La pregunta obligada es: ¿qué le contestarán a Uribe los mandatarios que se reúnan en Argentina próximamente?
Según informa el diario oficialista colombiano El Tiempo, “ahora viene un proceso de revisión técnica por las instancias gubernamentales de cada país, que en Colombia significa el paso del documento por el Consejo de Estado”.
En un comunicado, la Cancillería colombiana confirmó el cierre de las negociaciones: “Dicho Acuerdo reafirma el compromiso de las partes en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo”.
A Estados Unidos viajó una comisión colombiana conformada por delegados de tres ministerios para discutir con las autoridades de ese país los pormenores del convenio.
El acuerdo incluye la presencia de militares estadounidenses en siete bases colombianas y ha sido calificado como un peligro y un factor de desestabilización por los países suramericanos, quienes abordaron el tema en la reunión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) realizada el pasado lunes en Quito, Ecuador, y a la que el Jefe de Estado de Colombia, Álvaro Uribe, se negó a asistir.
El mandatario colombiano ha tratado de justificar a través de los medios de comunicación la presencia de los marines en su país, afirmando que supone una “fase mejorada del Plan Colombia” y que fortalecerá la lucha contra los grupos irregulares.
Uno de los países que ha mostrado su preocupación ante el citado acuerdo de seguridad es Venezuela, que ha alertado sobre “los vientos de guerra que comienzan a soplar en la región” tras la instalación de las bases.
Entre las razones que presentó el gobierno venezolano para oponerse a la instalación de tropas y equipos militares estadounidenses en bases colombianas, es la violación del espacio aéreo de su nación y las tareas de espionaje que podrían realizarse y que colocarían al país en un estado de vulnerabilidad.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, enfatizó que EEUU será el que tome el mando de las acciones militares en Colombia, y que ni el mismo Uribe podría controlarlas, incluso aquellas que se ejecuten con el mismo Ejército colombiano.
“Se está formando un cuadro severo de amenazas contra Venezuela desde Colombia con la participación del alto gobierno y de los militares”, denunció Chávez.
Por su parte, el presidente boliviano, Evo Morales, afirmó que EEUU quiere usar bases militares en Colombia contra los “procesos revolucionarios que se gestan en América” y no para combatir a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o al narcotráfico, como se ha pretendido hacer entender.
El mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, calificó como un peligro y una preocupación la presencia de militares estadounidenses en las bases de Colombia.
Al respecto, el primer mandatario de Ecuador indicó que su país es uno de los que más sufre las consecuencias de un problema que no es de ellos, compartir frontera con una nación “que se desangra en una guerra civil de hace 50 años , siete años de fumigaciones, bombardeos y 300 mil desplazados”.
El nuevo convenio militar entre Colombia y EEUU suma dos bases del Ejército Nacional y dos de la Armada, a las tres de las Fuerza Aérea en las que ya se sabía que iba a haber operación de militares de Estados Unidos, de esta manera las bases de Cartagena, Larandia (Caquetá), Tolemaida (Cundinarca), Málaga, en el Pacífico son las nuevas que se suman a Apiay (Meta), Palanquero (Cundinamarca) y Malambo (Atlántico)
EEUU dice que acuerdo con Colombia es asunto “estrictamente bilateral”
Antes de que el acuerdo sea firmado, el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley había declarado que este es un asunto que no compete a la región.
Los planes de EEUU es sustituir las supuestas operaciones contra en narcotráfico que realizaba en la base de Manta, que el gobierno de Ecuador decidió cerrar.
Pero la Casa Blanca considera que el futuro acuerdo no es una cuestión que debe ser motivo de polémica en la región, porque se trata de un “asunto estrictamente bilateral”, afirmó Crowley.
“No quisiera predecir (nada), estamos en conversaciones con el Gobierno de Colombia sobre un acuerdo bilateral para promover la cooperación entre Estados Unidos y ese país contra el narcotráfico, el crimen trasnacional y el terrorismo”, dijo el funcionario.
El propio Crowly justificó que el acuerdo “nos permitiría acceso a instalaciones militares colombianas para poder llevar a cabo actividades conjuntas previamente acordadas. Si lo logramos, sería similar a acuerdos que tenemos con otros muchos amigos cercanos en todo el mundo. Pero estas conversaciones continúan”.
Según informa el diario oficialista colombiano El Tiempo, “ahora viene un proceso de revisión técnica por las instancias gubernamentales de cada país, que en Colombia significa el paso del documento por el Consejo de Estado”.
En un comunicado, la Cancillería colombiana confirmó el cierre de las negociaciones: “Dicho Acuerdo reafirma el compromiso de las partes en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo”.
A Estados Unidos viajó una comisión colombiana conformada por delegados de tres ministerios para discutir con las autoridades de ese país los pormenores del convenio.
El acuerdo incluye la presencia de militares estadounidenses en siete bases colombianas y ha sido calificado como un peligro y un factor de desestabilización por los países suramericanos, quienes abordaron el tema en la reunión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) realizada el pasado lunes en Quito, Ecuador, y a la que el Jefe de Estado de Colombia, Álvaro Uribe, se negó a asistir.
El mandatario colombiano ha tratado de justificar a través de los medios de comunicación la presencia de los marines en su país, afirmando que supone una “fase mejorada del Plan Colombia” y que fortalecerá la lucha contra los grupos irregulares.
Uno de los países que ha mostrado su preocupación ante el citado acuerdo de seguridad es Venezuela, que ha alertado sobre “los vientos de guerra que comienzan a soplar en la región” tras la instalación de las bases.
Entre las razones que presentó el gobierno venezolano para oponerse a la instalación de tropas y equipos militares estadounidenses en bases colombianas, es la violación del espacio aéreo de su nación y las tareas de espionaje que podrían realizarse y que colocarían al país en un estado de vulnerabilidad.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, enfatizó que EEUU será el que tome el mando de las acciones militares en Colombia, y que ni el mismo Uribe podría controlarlas, incluso aquellas que se ejecuten con el mismo Ejército colombiano.
“Se está formando un cuadro severo de amenazas contra Venezuela desde Colombia con la participación del alto gobierno y de los militares”, denunció Chávez.
Por su parte, el presidente boliviano, Evo Morales, afirmó que EEUU quiere usar bases militares en Colombia contra los “procesos revolucionarios que se gestan en América” y no para combatir a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o al narcotráfico, como se ha pretendido hacer entender.
El mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, calificó como un peligro y una preocupación la presencia de militares estadounidenses en las bases de Colombia.
Al respecto, el primer mandatario de Ecuador indicó que su país es uno de los que más sufre las consecuencias de un problema que no es de ellos, compartir frontera con una nación “que se desangra en una guerra civil de hace 50 años , siete años de fumigaciones, bombardeos y 300 mil desplazados”.
El nuevo convenio militar entre Colombia y EEUU suma dos bases del Ejército Nacional y dos de la Armada, a las tres de las Fuerza Aérea en las que ya se sabía que iba a haber operación de militares de Estados Unidos, de esta manera las bases de Cartagena, Larandia (Caquetá), Tolemaida (Cundinarca), Málaga, en el Pacífico son las nuevas que se suman a Apiay (Meta), Palanquero (Cundinamarca) y Malambo (Atlántico)
EEUU dice que acuerdo con Colombia es asunto “estrictamente bilateral”
Antes de que el acuerdo sea firmado, el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley había declarado que este es un asunto que no compete a la región.
Los planes de EEUU es sustituir las supuestas operaciones contra en narcotráfico que realizaba en la base de Manta, que el gobierno de Ecuador decidió cerrar.
Pero la Casa Blanca considera que el futuro acuerdo no es una cuestión que debe ser motivo de polémica en la región, porque se trata de un “asunto estrictamente bilateral”, afirmó Crowley.
“No quisiera predecir (nada), estamos en conversaciones con el Gobierno de Colombia sobre un acuerdo bilateral para promover la cooperación entre Estados Unidos y ese país contra el narcotráfico, el crimen trasnacional y el terrorismo”, dijo el funcionario.
El propio Crowly justificó que el acuerdo “nos permitiría acceso a instalaciones militares colombianas para poder llevar a cabo actividades conjuntas previamente acordadas. Si lo logramos, sería similar a acuerdos que tenemos con otros muchos amigos cercanos en todo el mundo. Pero estas conversaciones continúan”.
