Howell Llewellyn - Periodista, miembro de la Coordinadora Estatal de Solidaridad con Cuba (Madrid) – Cubainformación.- Siempre que llega un nuevo presidente de Estados Unidos para dirigir el Imperio, se dice que Cuba debe hacer concesiones si quiere un trato mejor del matón del norte. Esta vez, no es así. Con la llegada al poder el 20 de enero del undécimo líder de EEUU desde el triunfo de la Revolución hace 50 años, la pelota está en el tejado yanqui.

Texto publicado en Cubainformación en papel nº 8 - Invierno 2008-09.

La esperanza que conlleva Barack Obama, justificada o no, ha llegado no sólo a un mundo hartísimo de Bush, sino también a Cuba. Pero le toca a Obama poner en práctica sus palabras: diálogo sin condiciones con Cuba, y el levantamiento de las onerosas restricciones de remesas y visitas para los cubanoamericanos con familia en la Isla.

Estas promesas, hechas en mayo pasado en la sede de la Fundación Nacional Cubano–Americana (FNCA) en Miami, e incluso aplaudidas por la gusanera presente, tendrían su lógica continuación con el fin de la prohibición de visitas a Cuba por norteamericanos en general –o sea, el nacimiento de un turismo yanqui– y un paulatino cese del criminal bloqueo contra Cuba impuesto por el presidente Kennedy en 1962, y fortalecido por la ley Torricelli en 1992, la ley Helms-Burton en 1996, y el primer Plan Bush en 2004.

Además de la palpable inutilidad del bloqueo sobre las políticas revolucionarias cubanas, esencialmente van ocurriendo progresos en dos frentes.

imero, hay cambios dentro de EEUU, en la percepción de las medidas anti-Cuba. El pasado mes de diciembre, la Florida International University (FIU) reveló que por primera vez desde que empezaron sus sondeos en 1991, una mayoría de cubanoamericanos están en contra del bloqueo. Un 55%, para ser exacto.

Segundo, y sin duda más importante, es el hecho de que también en diciembre, Cuba volvió al corazón de América Latina 47 años después de su expulsión de la Organización de Estados Americanos (OEA). Raúl hizo su primer viaje al extranjero como presidente al asistir en Brasil a las reuniones de 29 jefes de Estado de la región, gracias a los esfuerzos del presidente conservador y pro-yanqui de México, Felipe Calderón, y especialmente del presidente de Brasil y amigo de Cuba, Luiz Inácio Lula da Silva.

Raúl dijo en Brasil: “Hoy no estamos solos frente al Imperio en este lado del océano, como ocurrió en los años sesenta, cuando los Estados Unidos impusieron el absurdo de expulsar de la OEA a Cuba”.

La celebración casi simultánea de Mercosur, Grupo de Río, Unasur y la Cumbre de América Latina y el Caribe (CALC) en Sauípe, Bahía, fue extraordinariamente significativa. Las reuniones eran las primeras de su peso sin la presencia de EEUU o la Unión Europea. La estrella de Sauípe fue Raúl Castro, quien subrayó que fue la primera ocasión en la que todos los países “al sur de Río Bravo” se habían reunido “sin exclusiones”.

Y para subrayar la importancia del momento, Lula le dijo a Raúl: “Ésta es la primera de las muchas reuniones en las que vamos a contar con su presencia, que es muy importante para todos nosotros”. Varios de los presentes ya van visitando Cuba: Martín Torrijos (Panamá), Rafael Correa (Ecuador), Michelle Bachelet (Chile), Cristina Fernández de Kirchner (Argentina) y Felipe Calderón (México).

Lula anticipó lo que ya habrán pensado muchos estos días: que la llegada de Obama podría significar que el bloqueo yanqui comienza a flaquear. Estados Unidos ya exporta unos 700 millones de dólares de comida a Cuba anualmente bajo una ley humanitaria del año 2000. Y respondiendo al presidente de Bolivia, Evo Morales, que exigió la retirada de embajadores latinoamericanos de EEUU si no se levanta el bloqueo, Lula dijo: “Esperemos a ver qué señales lanza el nuevo presidente Obama, en el convencimiento de que tiene que darse cuenta de que las cosas han experimentado un cambio formidable”.

Correa de Ecuador, en un nuevo mensaje a Obama, el 9 de enero en La Habana, le dijo a Raúl: “Yo estoy seguro que cuando se levante ese inmoral bloqueo, Cuba se va a disparar, nadie la va a parar… Tiene lo esencial para ser un país extremadamente próspero, tiene talento humano”.

Brasil ya ha dicho que quiere convertirse en el primer socio comercial de Cuba, y a tal efecto Lula ha firmado un acuerdo con Raúl para que Petrobras, el gigante brasileño, busque hidrocarburos en la zona cubana del Golfo de México.

Pero no sólo América Latina quiere dar un fuerte abrazo a la Cuba de 2009. Hacia finales de 2008, visitaron La Habana los presidentes de Rusia, Dimitry Medvedev, y de China, Hu Jintao. Además, Raúl va a visitar Vietnam este año. Brasil, Rusia, China, Vietnam… Obama y muchos de sus paisanos deben estar ansiosos por colarse en esta fiesta.

Si lo logran, no será por invitación cubana. El 1º de enero, en el 50 aniversario de la Revolución y refiriéndose a la posibilidad de un acercamiento a Obama, Raúl aconsejó en Santiago de Cuba a los futuros dirigentes: “No se reblandezcan con los cantos de sirena del enemigo y tengan conciencia de que, por su esencia, nunca dejará de ser agresivo, dominante y traicionero”.

Si Obama quiere colarse en la fiesta durante su legislatura, podría hacer un gesto buenísimo y reaccionar positivamente a la oferta hecha por Raúl en Brasil: Cuba liberaría a los llamados “disidentes” presos a cambio de la entrega de los cinco cubanos condenados a penas de entre 15 años y cadena perpetua por un tribunal de Miami, por supuesto espionaje.

Muchos analistas esperan ver algún gesto de Obama hacia Cuba antes de abril, cuando el ya presidente de Estado Unidos asista a una reunión de países del hemisferio en Puerto España, la capital de Trinidad y Tobago, nación caribeña situada junto a Venezuela.