Armando Hart Dávalos - Granma.- Hemos seguido con enorme interés los aspectos más relevantes de la recién concluida visita a Cuba del Cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano y persona cercana al Papa Benedicto XVI. La presencia de tan alto dignatario de la iglesia y el hecho de haberse erigido un monumento al Papa Juan Pablo II, en Santa Clara, constituyen eventos de enorme significación en la dos veces milenaria historia del cristianismo. Pienso que algún día se situará como un hecho trascendente en la historia de las ideas.

El carácter de las relaciones de la Revolución socialista de Cuba con el Vaticano y la Iglesia Católica tiene, sin duda, una significación universal y es uno de los más importantes sucesos dignos de estudiar por aquellos interesados en profundizar en el pensamiento cubano de hoy y en el futuro de la cultura cristiana. Sobresale la esclarecedora denuncia de las autoridades vaticanas contra el bloqueo a Cuba.

En declaraciones realizadas en el curso de su visita a Cuba, el Cardenal Bertone dijo sentirse impresionado por la figura y el pensamiento de José Martí, que fue descubriendo en el contacto con la realidad cubana. Esto nos recuerda una de las singularidades de nuestra cultura en la que está presente desde su momento forjador una ética de raíz cristiana.

Hemos rememorado en estos días también el aniversario 155 de la muerte en el exilio, en Cayo Hueso, de Félix Varela. La lección del padre fundador presente en nuestra memoria histórica adquiere un valor que nos resulta de Patria o Muerte investigar. Digo Patria o Muerte sobre la base del pensamiento del Apóstol cuando afirmó "Patria es humanidad". Habría pues que decir Humanidad o Muerte.

¿Cuál fue el hilo central de aquellas raíces que hoy adquieren dimensión universal? Varela con sus antecesores, el Obispo Espada, y con sus más inmediatos continuadores, José de la Luz y Caballero, asumió el cristianismo sin ponerlo en antagonismo con la ciencia. Se dejó el tema de la creencia en Dios a un asunto de conciencia personal. Llamo la atención sobre el hecho de que durante la Asamblea Constituyente de 1901, el patriota cubano Manuel Sanguily, hombre de pensamiento científico y que denunció la escolástica de la Iglesia Católica como reaccionaria, sin embargo, en las sesiones de la misma no se opuso, sino que propició se invocara en la Carta Magna el nombre de Dios, y es que no consideraba el combate a las creencias nobles, sino a las posiciones dogmáticas sectarias. Así, en la primera Asamblea Constituyente quedó la invocación a Dios.

El fundamento de todo esto se encuentra en que en la historia de las ideas cubanas no ha existido antagonismo entre ciencia y religión. La creencia en Dios quedó como algo perteneciente a la conciencia personal, es un asunto de este carácter. Esto permitió a la cultura cubana asumir el pensamiento de la modernidad y la investigación científica. Por ello, la ética cristiana fue asumida por creyentes y no creyentes y la ciencia mantuvo en el pensamiento Vareliano, y los combatientes antidogmáticos cubanos que le sucedieron, un valor que debía respetarse.

Y es que todas las religiones se han fundamentado en la necesidad de la ética. Los creyentes pueden decir que los principios éticos constituyen un mandato de Dios, si es así, el Todopoderoso se fundamentó para la atención a los hombres en la moral, en la ética. No ha existido civilización sin religión porque no la ha habido sin ética. Que cada cual extraiga sus propias conclusiones.

José Martí nos señaló que Dios está en la idea del bien. Los no creyentes, entendemos el bien como la necesidad apremiante para enfrentar los desafíos del mundo. Uno de los pensamientos de José Martí más recordado y mencionado en el mundo es, precisamente, "Ser culto es el único modo de ser libre"[1]. Estas líneas del Maestro van precedidas de otras que no se mencionan tanto: "Ser bueno es el único modo de ser dichoso".

¿Quieren ustedes ser dichosos en la vida? Practiquen el bien y encontrarán dicha personal. Hay numerosos ejemplos que nos brinda el sentido común.

Antonio Gramsci, el más importante pensador marxista tras la muerte de Lenin, dijo que la filosofía debía empezar por verdades del sentido común. Pues bien, para confirmar lo dicho por Martí de que la mejor forma de ser dichoso es practicar el bien, pongamos algunos ejemplos que nos indica la práctica. Los médicos se alegran enormemente cuando curan un enfermo, cuando salvan una vida; los maestros cuando sus alumnos crecen, se desarrollan y tienen éxitos; los padres aman a los hijos y los hijos a los padres. El amor, que dignifica y exalta la vida, está presente en todo el que hace un trabajo honesto y se hace también dichoso.

El fundamento filosófico que esto tiene se pone de manifiesto en lo siguiente: en la historia de las civilizaciones, el pragmatismo feroz ha ido fragmentando dos categorías fundamentales de los humanos: la inteligencia y las emociones. La cultura anglosajona, con su sentido práctico, ha derivado hacia un feroz practicismo, la de origen europeo en general se quedó muchas veces en el plano de los conceptos y de las ideas.

La manera de encontrar un camino científico y filosófico para el mundo del presente y del futuro es relacionar dos elementos que se hallan en la condición humana: las emociones y la inteligencia, y que ellas nos conduzcan a la acción. El amor, origen de la vida, no es solo conocido por los fundamentos de nuestra vida particular, sino también hoy se está probando en el campo de las investigaciones de las ciencias naturales. ¿Cómo nace la vida? Con el amor.

Recojamos este párrafo del libro de nuestro amigo Frei Betto La obra del artista:

En el colosal chaparrón, moléculas primitivas se fraccionaron alcanzadas por los rayos ultravioletas del Sol. Náufragos lúcidos, algunas se sujetaron de otras y se fundieron en un solo cuerpo, lo que engendró aminoácidos —la materia prima de la vida. Y muchos y muchos años después movidas por una inteligencia superior o, como insisten algunos, por un milagroso y caprichoso acaso, estas moléculas edificarían el complejo, asombroso y sofisticado edificio del ácido desoxirribonucleico (ADN), la fábrica de reproducción de las células. No obstante, hay quien defiende, como Fred Hoyle, que la vida vino del espacio, semilla de molécula de glicina cabalgando meteoritos.[2]

Pero es más, Segismundo Freud, quien no solía decir cosas agradables pero sí realistas, afirmaba que la primera categoría de la cultura es la justicia.

En fin, se necesita relacionar emociones e inteligencia para orientar nuestra acción. Cuando esto se vincula, aparece el amor. Las emociones pueden conducir al odio, a la envidia y a la quiebra del carácter humano cuando no son conducidas con inteligencia. Las emociones orientadas por la inteligencia humana producen el amor. Esto, en su más alto grado, está presente en José Martí, en Varela y en todas las grandes figuras de la historia universal.

En fin, extraigamos como lección que la tradición cubana generó una corriente de pensamiento que vinculó ciencia y conciencia. Digámoslo con una idea de Luz y Caballero. Dice Medardo Vitier, padre de nuestro gran Cintio, que en el pensamiento de Luz "El criterio sobre la verdad no radica objetivamente en el mundo exterior, no radica subjetivamente en nosotros; surge, se organiza como una congruencia entre lo objetivo y lo subjetivo."[3] He ahí el camino filosófico que tiene que recorrer el mundo, y siempre subrayo que si de algo se olvidaron los "materialistas" del siglo XX fue de que el hombre también es materia.

Nuestro Comandante en Jefe es un ejemplo notable en el que inteligencia y emociones se relacionan y articulan creando una integridad que lo ha hecho el más importante continuador de la obra de los próceres y pensadores cubanos. Estudiemos todos esta tradición, creyentes o no creyentes, y nos encontraremos con la fórmula del amor triunfante con que soñó nuestro Héroe Nacional.

Por estas razones, termino llamando la atención del lector sobre el título de este artículo que casi siempre aparece sin la otra frase, también de Martí, que le antecede y que a veces no es suficientemente destacada. El pensamiento completo del Apóstol es el siguiente:

Ser bueno es el único modo de ser dichoso. Ser culto es el único modo de ser libre. [4]

Con este pensamiento martiano expresado aquí de manera cabal, podemos investigar, estudiar y promover las ideas contenidas en su célebre definición "Patria es humanidad (... )".[5]

[1] J. Martí, O.C. t. 8, p. 289, Editora Nacional de Cuba, 1964
[2] Frei Betto. La obra del artista. Una visión holística del universo, Editorial Caminos, La Habana, 1998, p. 154
[3] Medardo Vitier. Las ideas y la filosofía en Cuba. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1970. p. 214
[4] José Martí, O.C. t. 8, p. 289, Editora Nacional de Cuba, 1964
[5] J.Martí: La revista literaria dominicense, Obras Completas, Editorial Ciencias Sociales, 1973, t. 5, p. 468 

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