Prólogo panfletario
por Vázquez de Sola
Si aún no estás totalmente decidido a adquirir este libro, recapacita.
Otro de los productos de mis elucubraciones, "Virgo potens, virgo clemens, virgo fidelis y otros virgos", editado por De la Torre y en venta en todas las buenas librerías, al ser valorado por uno de los lectores de la casa, fue catalogado como machista. Nada más lejos de mi pensamiento, de mis sentimientos, ni de mis convicciones. Pero él, un entendido, así lo entendió.
Ahora, con esta "Madre Negra", su pre-lectora, la secretaria que ha pasado a limpio el manuscrito, me ha preguntado si el libro -y por ende su autor- estaba en pro o en contra de la Revolución Cubana.
Y van dos.
Esto me preocupa. ¿Tan herméticos son mis dibujos y mis escritos? ¿Aún no sé, a mis años, expresarme con claridad, o es que soy, verdaderamente un facha integral que se ignora, capaz de destrozar virgos inocentes y otanearme, primermundonearme y americonearme, poniéndome de parte de quienes destripan niños, bombardeando países de geografía incierta, en defensa de intereses bastardo-yanquis?
No, lo digo bien alto: en mí no cabe machismo ni facho-americanismo que valga, ni voy a defenderme, a estas alturas, de tal insidia. Mi beata adoración ante las féminas quedaría patente si les pidieran testimonio a las muchas que he amado y a las pocas que me han correspondido y, si alguna espumilla de machismo parece flotar sobre el bodrio de mis textículos será debido a la expresión, excesivamente sutil para los tiempos que corren, de mi sarcasmo o al intento de probar por lo absurdo la soberbia estupidez del macho ibérico.
En cuanto a mis relaciones con la Perla del Caribe, aprovecho esta ocasión para proclamar solemnemente mi adhesión absoluta a la Revolución, sin el menor resquicio de duda, sin la más mínima reserva, y mi ardiente deseo de colaborar, en la medida de mis fuerzas, junto al pueblo cubano, hasta conseguir su triunfo completo y definitivo.
Me indigna comprobar que, en todo este mundo llamado "occidental", hayamos de creernos todo cuanto afirman los Estados Unidos de América, utilizadores de un servicio de propaganda mendaz, de una fábrica de noticias falsas y tendenciosas al servicio de sus propios intereses bélico-económicos, repetidas hasta la saciedad por sus secuaces.
El caso de Cuba es un buen ejemplo: una pequeña isla de doce millones de habitantes, aparece como el enemigo. Enemigo sólo por razones estratégicas: Cuba es el intencionado falso movimiento del trilero, para hacer adivinar al pánfilo cliente dónde esconde la bolita.
Quiero terminar expresando mi rechazo absoluto -aunque por este prólogo manifiesto y por las razones expuestas al principio se me vea el plumero- a convertir en un panfleto politicastrista estas historias que se pretenden de humor tierno, homenaje a mima Dinora, mi Madre Negra, agonizante en el Cerro.
por Vázquez de Sola
Si aún no estás totalmente decidido a adquirir este libro, recapacita.
Otro de los productos de mis elucubraciones, "Virgo potens, virgo clemens, virgo fidelis y otros virgos", editado por De la Torre y en venta en todas las buenas librerías, al ser valorado por uno de los lectores de la casa, fue catalogado como machista. Nada más lejos de mi pensamiento, de mis sentimientos, ni de mis convicciones. Pero él, un entendido, así lo entendió.
Ahora, con esta "Madre Negra", su pre-lectora, la secretaria que ha pasado a limpio el manuscrito, me ha preguntado si el libro -y por ende su autor- estaba en pro o en contra de la Revolución Cubana.
Y van dos.
Esto me preocupa. ¿Tan herméticos son mis dibujos y mis escritos? ¿Aún no sé, a mis años, expresarme con claridad, o es que soy, verdaderamente un facha integral que se ignora, capaz de destrozar virgos inocentes y otanearme, primermundonearme y americonearme, poniéndome de parte de quienes destripan niños, bombardeando países de geografía incierta, en defensa de intereses bastardo-yanquis?
No, lo digo bien alto: en mí no cabe machismo ni facho-americanismo que valga, ni voy a defenderme, a estas alturas, de tal insidia. Mi beata adoración ante las féminas quedaría patente si les pidieran testimonio a las muchas que he amado y a las pocas que me han correspondido y, si alguna espumilla de machismo parece flotar sobre el bodrio de mis textículos será debido a la expresión, excesivamente sutil para los tiempos que corren, de mi sarcasmo o al intento de probar por lo absurdo la soberbia estupidez del macho ibérico.
En cuanto a mis relaciones con la Perla del Caribe, aprovecho esta ocasión para proclamar solemnemente mi adhesión absoluta a la Revolución, sin el menor resquicio de duda, sin la más mínima reserva, y mi ardiente deseo de colaborar, en la medida de mis fuerzas, junto al pueblo cubano, hasta conseguir su triunfo completo y definitivo.
Me indigna comprobar que, en todo este mundo llamado "occidental", hayamos de creernos todo cuanto afirman los Estados Unidos de América, utilizadores de un servicio de propaganda mendaz, de una fábrica de noticias falsas y tendenciosas al servicio de sus propios intereses bélico-económicos, repetidas hasta la saciedad por sus secuaces.
El caso de Cuba es un buen ejemplo: una pequeña isla de doce millones de habitantes, aparece como el enemigo. Enemigo sólo por razones estratégicas: Cuba es el intencionado falso movimiento del trilero, para hacer adivinar al pánfilo cliente dónde esconde la bolita.
Quiero terminar expresando mi rechazo absoluto -aunque por este prólogo manifiesto y por las razones expuestas al principio se me vea el plumero- a convertir en un panfleto politicastrista estas historias que se pretenden de humor tierno, homenaje a mima Dinora, mi Madre Negra, agonizante en el Cerro.