Maite López Pino - Cubahora.- Cuando era una niña conocí al SIDA, una tarde de viernes en el parque central de mi municipio. Allí vi muchas mantas que contenían fotos, collares, libros, frases sueltas, fechas de nacimiento y muerte… La enfermedad era el hilo conductor de todos los murales tendidos en el césped.

Después de varias preguntas, libros y años puedo hacerme una idea. El SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es el estado final de la infección crónica producida por el retrovirus VIH (virus de la inmunodeficiencia humana). Esta enfermedad anula la capacidad del sistema inmunológico de defender al organismo de múltiples microorganismos que producen graves infecciones.

Se transmite por relaciones sexuales (la forma más común), contacto con sangre infectada y de madre a hijo, ya sea pre o post parto. El virus VIH permanece silente durante un tiempo variable en el interior de las células, y puede tardar hasta diez años en iniciarse la enfermedad.

Hasta el momento se han aislado varias cepas del virus VIH, el cual está experimentando continuamente mutaciones genéticas. Las mutaciones continuas dificultan la elaboración de una vacuna protectora. No obstante, en muy poco tiempo se ha obtenido un enorme progreso en el conocimiento de la estructura molecular del virus, sus modos de transmisión y sus mecanismos patogénicos.

En Cuba, la enfermedad afecta mayoritariamente al sexo masculino, en particular el grupo de hombres que tienen sexo con hombres (HSH), aseguró a Prensa Latina, María Isela Lantero, del Ministerio de Salud Pública.

La prevalencia de la enfermedad en la isla es una de las más bajas en la región (0,1 por ciento), siendo las relaciones sexuales desprotegidas la principal forma de contagio, acotó Lantero.

En tanto la transmisión materno infantil es mínima y la que se realiza a través de la sangre y hemoderivados se considera eliminada como problema de salud, agregó la experta, responsable del Programa de Prevención de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) VIH/SIDA.

Después de estos datos, se podría pensar que el problema del SIDA está resuelto en la isla. Pero la información hace la diferencia: las personas que viven con VIH y que tienen una orientación sexual que se opone a la preestablecida desde hace milenios por la sociedad, son victimas de un doble estigma. Se requieren de muchos esfuerzos para superar esta situación comenzando con una sensibilización y comunicación abierta al respecto.

Cubahora conversó con Félix Pedro López Pérez de 40 años, pintor, instructor deportivo, líder nato y portador de la enfermedad desde 1998, quién ofreció otros puntos de vista.

¿De que forma cambio su vida esta enfermedad?

"El único cambio que hubo en mi vida fue el de los planes y los sueños: sigo formulándolos pero ahora en un plazo más pequeño, por lo demás mi vida es normal. Al principio colaboré con los enfermos en el municipio y la provincia, ahora trabajo como instructor de ejercicios aeróbicos además de ser pintor.

"Soy una persona normal con una salud divina pero con un virus latente. No resulta grave ser portador con el virus si lo tienes bajo control y eres responsable socialmente. Me cuido un poco más ahora en cuanto a mi alimentación, horarios de sueño y medicamentos.

"Debo reconocer que mi generación no es la de hoy, a la cual no le interesa que la ayuden y toma el sexo a la ligera, mi generación tenía un poco más de conciencia social. Ahora realmente me preocupa la salud de esta juventud en general, tanto los homosexuales como heterosexuales."

¿Cómo es la relación sistema de salud-paciente?

"Nunca he tenido problemas, empecé en el Curso Ambulatorio del Sanatorio Los Cocos en La Habana. Después pasé a atenderme en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) y allí me relacioné con muchos pacientes que, a diferencia de mi caso, no contaron con el apoyo de su familia. Este apoyo es vital para aprender a vivir como seropositivo.

"Actualmente existen muchas personas irresponsables, porque el sistema de salud te brinda medicamentos y guía, el camino a seguir lo decide cada paciente, aquellos que no son responsables ni cuidadosos con su alimentación y horario de los medicamentos tienen menor calidad de vida.

"Por ejemplo, estuve sin tratamiento por seis años porque mi salud estaba bien, después comencé el medicamento con el cual llevo cinco años sin ninguna recaída y soy actualmente, una persona saludable portadora del VIH."

¿Cree usted que los tabúes y prejuicios obstaculicen la prevención del VIH, cómo?

"Si. Muchas personas deben ser educadas para bien, en el caso de los homosexuales hablamos de un grupo social que no tiene ningún espacio real en el cual reunirse, desarrollarse, educarse. Por tanto, como este es uno de los sectores más vulnerables, los proyectos para la prevención del VIH/SIDA deben incluir, activamente, a los afectados, darle más voz.

"El asunto no se puede quedar en los condones. Algunas personas no conciben la homosexualidad, la anulan, y es necesario hablar claramente de este tema. Cada vez que voy a mis consultas veo a muchos pacientes nuevos aumentan, y ello sin contar los que no se conocen.

"Por esta fecha se realizan muchas actividades, la entrega del premio Esperanza a personalidades que contribuyen con la causa; pero la lucha contra el VIH/SIDA no es de un día, es de todos las jornadas y de todos los cubanos."

¿Cómo contribuyen los Medios de Comunicación en la lucha contra esta epidemia?

"Muchas veces los medios no dicen lo necesario; las cifras son importantes pero casi nadie las domina. Algunas campañas no me parecen efectivas; la mayoría de los mensajes carecen de profundidad y rara vez abordan el tema de la homosexualidad.

"Todos los spot, carteles y promociones radiales deberían ser más persistentes, sobre todo en el tema de la homosexualidad. Nos ponemos tabúes de que no existen los homosexuales, o por qué marginarlos si son personas normales. La información logra mucho, si eres una persona bien informada todos los miedos se van.

"El VIH/SIDA es ya una cuestión de respeto a nivel mundial. No de tolerancia porque este término marca diferencias; debe ser inclusión de los homosexuales y de los seropositivos en la sociedad para potenciar así la educación y con ella, la prevención de todas las enfermedades de transmisión sexual.

"Que podamos hablar de estos temas en Cuba es un paso de avance, pero que se haga algo ya es importante. No nos podemos quedar en el decir, hace falta acción. Las personas deben entender que esta enfermedad es un peligro. El hecho de que la vida se prolongue con las pastillas no la hace más bonita.

"Debemos salirnos de las fechas, todos los días deben ser de la lucha contra el VIH/SIDA. Es necesario ofrecer más información a toda la población, para sensibilizar a las personas.

"Cuba, como país, atiende la enfermedad. El sistema de salud cubano cubre todas las atenciones de los seropositivos reconocidos, pero existen muchos que portan el virus sin saberlo que no son atendidas. El país hace un intento importante por controlarlo y es aquí donde los medios deben aportar más. Se han dado grandes pasos pero aún falta mucho."

Además de combatir científica, clínica y humanamente la enfermedad, es preciso aceptar la interrelación del virus con determinados comportamientos y estilos de vida. Todos los ciudadanos deben sentirse implicados en la prevención de esta grave enfermedad. Y especialmente los grupos y personas considerados de mayor riesgo de poder ser infectados.