La Jiribilla.- El primer Premio Nobel en lengua portuguesa (1998), autor de títulos emblemáticos como Ensayo sobre la ceguera, El evangelio según Jesucristo y Ensayo sobre la lucidez falleció a los 87 años en Lanzarote, su lugar de residencia. Poeta, novelista, periodista, dramaturgo, militante del Partido Comunista, Saramago tuvo a lo largo de su vida una preocupación social que iba de la mano con su alta calidad estética. “Prefiero decir que mi responsabilidad y mi actividad fuera de la acción estrictamente literaria es la responsabilidad del ciudadano que yo soy. Porque, desde mi punto de vista, no hay modo de separar al autor del ciudadano que es”, afirmaba en una entrevista con el crítico teatral cubano Omar Valiño en julio de 2005.


Su actitud hacia la izquierda en general pero sobre todo hacia la Isla y su Revolución se caracterizó siempre por el respeto y la comprensión más allá de supuestos distanciamientos momentáneos. Un texto suyo publicado en Casa de las Américas reflexionaba en torno a la imagen del Guerrillero Heroico: “Che Guevara, si tal se puede decir, ya existía antes de haber nacido, Che Guevara, si tal se puede afirmar, continuó existiendo después de haber muerto. Porque Che Guevara es solo el otro nombre de lo que hay de más justo y digno en el espíritu humano. Lo que tantas veces vive adormecido dentro de nosotros. Lo que debemos despertar para conocer y conocernos, para agregar el paso humilde de cada uno al camino de todos”.

Muchos años más tarde, en un mensaje enviado para el evento “La Declaración Universal de los Derechos Humanos, 60 años después” realizado en La Habana, el 10 de diciembre de 2008, afirmó: “Los derechos humanos están muertos en el mundo entero, todo está muerto en el mundo entero. Por lo menos en Cuba nunca nada está muerto”.

En junio de 2005, durante la presentación en nuestro país de su libro El evangelio según Jesucristo, Saramago llamó a la necesidad de ejercitar la capacidad de pensar, de poner en práctica esa cualidad capaz de darle sentido a la vida de cada uno y destacó como uno de los momentos más relevantes de aquel viaje la visita a la Escuela Latinoamericana de Medicina, “donde hay no solo estudiantes de esta región del mundo sino también de África y aun de EE.UU” y calificó la experiencia como “única”.

También en aquella ocasión el escritor portugués visitó la Casa de las Américas, el Centro de Estudios Literarios Onelio Jorge Cardoso y la Universidad de Ciencias Informáticas. Sobre este último sitio a la periodista Rosa Miriam Elizalde le contó que: “hubo un momento en que me emocioné mucho. Los chicos me contaron que allí se recibe a las personas que vienen de Venezuela con catarata, retinosis, y que los cuidan, que a veces llegan un abuelo y un nieto ciegos, y que han regresado a su país mirándose, uno al otro, diciéndole uno al otro: ‘Yo soy tu abuelo, y puedo mirarte’, y el nieto: ‘Abuelo, sí, ahora puedo yo mirarte’.  Estas cosas tocan directamente al corazón de uno. Que eso ocurra es maravilloso”.

En la misma entrevista reafirmaba su decisión, casi nunca destacada por los grandes medios de comunicación, de no recibir distinciones en los EE.UU.: “Ni premio, ni doctorado Honoris Causa, ni presentaciones de libros. No estoy dispuesto a ser humillado por la policía de EE.UU. Es cierto que yo podría colocarme en otra postura, que sería razonable. Esa es una puerta por donde uno pudiera salir, pero que a mí, personalmente, no me sirve.  Yo pudiera decir que haga lo que haga la policía de EE.UU. no puede humillarme. No es una reacción de mal humor, es un conjunto de cosas. La fisonomía fascista de EE.UU. hoy es bastante completa. Lo que antes sería objetivo más o menos disfrazado hoy está ahí con toda claridad y toda rotundidad.

“Está clarísimo que EE.UU. se está preparando para la Tercera Guerra Mundial, probablemente contra China. En Uzbekistán ya hay bases norteamericanas. Mi esperanza es que la opinión pública mundial, que a veces es una cosa muy abstracta, logre algo similar a lo que pasó con Vietnam, que paró la guerra. Despertar un gran movimiento en la opinión pública que frene el fascismo es algo posible si la gente se toma con gusto pensar que con su persona y con la persona de su vecino puede hacer algo”.

Hijo y nieto de campesinos, había nacido en noviembre de 1922 en la pequeña aldea de Azinhaga. Entre los múltiples oficios y profesiones que ejerció en su vida estuvieron la de cerrajero, mecánico, editor y periodista. También fue director adjunto del Diario de Noticias, de Lisboa. Otros títulos del Premio Nobel son Las pequeñas memorias, relato de su infancia; Tierra de pecado, su estreno como novelista; Manual de pintura y caligrafía (1977); la novela Levantado del suelo (1980); Memorial del convento (1982); El año de la muerte de Ricardo Reis (1984); La balsa de piedra (1986); Historia del cerco de Lisboa (1989); El evangelio según Jesucristo (1991). Ensayo sobre la ceguera (1995), llevado al cine por Fernando Meirelles en 2008; La caverna; El hombre duplicado; Ensayo sobre la lucidez o Las intermitencias de la muerte y Caín (2009).

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