Paulo Pécora - Telam.- El cineasta español Fernando Trueba emocionó al público del Festival de Cine de La Habana con su filme de animación “Chico y Rita”, una intensa historia de amor que sigue al son del jazz, la rumba y otros ritmos los encuentros y desencuentros que un pianista y una cantante cubanos sufren durante más de 50 años.

En una gigantesca sala de La Habana repleta de personas que ovacionaron el filme al final de la proyección, Trueba presentó a algunos de los protagonistas y músicos que participaron de la producción de esta película, que fue filmada en Cuba con actores reales y luego convertida en animación mediante la técnica de rotoscopía.

”Es una carta de amor a Cuba y a los músicos de vuestro país, y al mismo tiempo es un homenaje a todas las generaciones de músicos cubanos”, le confió a la audiencia el autor de “Belle époque” y “Calle 54”, quien se dio el gusto en esta nueva película de unir y satisfacer al mismo tiempo sus tres pasiones artísticas: el cine, la música y el dibujo.

Dirigida junto al afamado pintor e ilustrador Javier Mariscal, admirador de la cultura cubana y responsable de la apariencia y del diseño visual del filme, “Chico y Rita” contó además con los aportes de Tonio Errando, quien propuso rodar primero con actores cubanos en la escuela de San Antonio de los Baños y convertir luego ese material original en dibujos animados.

Trueba trabajó con numerosos músicos cubanos, algunos de los cuales viven en Barcelona y Madrid y ya habían colaborado con él en su documental “Calle 54”, “pero entre todos estos músicos hay uno muy especial a quien la película está dedicada, que es Bebo Valdés”, afirmó el cineasta y generó una explosión de aplausos en la sala.

Para el realizador, esta película “es un homenaje a los músicos cubanos, a los que se quedaron y a los que se fueron, pero principalmente es un homenaje a la gran cultura de este país, que es lo que sobrevive a todos los avatares políticos y sociales, y es lo que finalmente queda más allá de las cosas que puedan ocurrir”.

De eso justamente es lo que trata la película, de la supervivencia del amor más allá del tiempo, de los encuentros y desencuentros que unen y separan a un pianista y a una cantante durante más de 50 años entre La Habana, Nueva York y Las Vegas, y de una historia de amor sincopada por la música cubana y por el aporte criollo al llamado latin jazz.

Chico es un pianista negro, que busca una cantante para presentarse juntos a un concurso que entrega un premio en dinero y el acceso a un contrato para actuar en el Hotel Nacional de La Habana, mientras que Rita es una bellísima mulata, con una voz inigualable, que se prostituye en el malecón de la ciudad para poder subsistir.

La historia comienza en la actualidad, cuando Chico ya es un anciano que sobrevive lustrando zapatos, pero luego se retrotrae hasta 1948, una década antes de la revolución liderada por Fidel Castro, cuando La Habana todavía era una ciudad muy vivaz, dueña de una intensa vida nocturna, y existía un puente musical -a través del jazz latino- entre Cuba y Estados Unidos.

Los vaivenes amorosos entre Chico y Rita se acentúan cuando un productor estadounidense la contrata y la lleva a Nueva York, convirtiéndola en una estrella que incluso llega a filmar una película en Hollywood, mientras que Chico viaja a Europa para acompañar en una gira a algunos de los más grandes músicos de jazz.

Trueba, para quien fue “un gran honor” presentar su filme en “una sala llena de cubanos”, también participa en el festival con “El baile de la Victoria”, que protagonizan los argentinos Ricardo Darín y Abel Ayala, y que al igual que “Chico y Rita” forma parte de la sección “Cine español”, donde se incluyen filmes de Carlos Saura, Ventura Pons, Julio Medem y Alex de la Iglesia, entre otros.

”Fue una experiencia maravillosa trabajar en la escuela de San Antonio de los Baños con alumnos de todas las especialidades. La oportunidad de compartir el proceso con jóvenes estudiantes de todas las nacionalidades fue algo muy especial”, agregó.