La nueva Ministra española de Relaciones Exteriores y vieja amiga de Zapatero, debuta en Luxemburgo con un discurso a favor de una “nueva etapa” en las relaciones UE-Cuba.

Kadrinka Kadrínova – Cubainformación.- Contados días,  luego de ser designada en el cargo de su antecesor, Miguel Angel Moratinos, la nueva Ministra de Relaciones Exteriores de España, Trinidad Jiménez, apareció ante los proyectores en el encuentro de los Ministros de la Unión Europea en Luxemburgo, el 25 de octubre.

La rubia de 48 años de edad, con diploma de Jurista y con un amplio expediente en el Partido de los socialistas españoles, era ya conocida en su cargo anterior al frente del Ministerio español de Salud pública. Pero, luego que el Premier José Luis Rodríguez Zapatero materializara su sueño infantil de llegar a ser diplomática, y más que eso, la número uno de los diplomáticos, Trinidad Jiménez con facilidad encantó a sus colegas de la UE, en su nuevo contexto.

Según el diario español “El Mundo”, la Ministra se los ganó con su fogoso y perfecto inglés, a través del cual se lanzó a defender la posición española sobre la necesidad de entibiar las relaciones entre la UE y Cuba. Se trata de la posición, cuyo estratega y realizador fuera Moratinos. Jiménez no perdió ocasión para subrayarlo en Luxemburgo y así ganó nuevas simpatías, por la continuidad y el reconocimiento a su antecesor.

El gran logro de Moratinos había sido el acuerdo con Cuba de poner en libertad a la mayoría de los presos políticos,  antes del mes de noviembre, así como la realización de reformas económicas. Tales exigencias habían sido planteadas por la UE,  como condicionantes,  para la normalización de las relaciones con la Isla de la Libertad. Todo ello se logró. Cuba cumplió sus compromisos. Jiménez insistió en que la UE valorara el avance y  diera “la señal para buscar un cambio en la forma de las relaciones con Cuba para poder, más eficazmente, apoyarla en las reformas”

El encuentro en Luxemburgo reaccionó encargando a la Ministra para el  exterior de la UE, Catherine Ashton, en los próximos dos meses, de estudiar los cambios acaecidos y sondear los criterios para un acercamiento con la Habana y eventualmente, incluso,   lograr un acuerdo para una amplia colaboración, como la que la UE mantiene con la mayoría del resto de los países latinoamericanos.

Ashton deberá presentar sus consideraciones ante la reunión ministerial de la UE, en el mes de diciembre. Entusiasmada con esta decisión, Jiménez la denominó “una nueva etapa en las relaciones con la Isla”. Su entusiasmo resulta simpático, pero  anticipado. El viraje en las relaciones de la UE hacia Cuba tendría lugar sólo con el consenso de todos los 27 estados miembros.  Sin embargo, algunos de ellos, para nada se inclinan a compartir el positivismo español. Los menos propensos a ello son Alemania, Polonia, Chequia, Suecia, los cuales consideran que lo emprendido en la Habana no es suficiente.

Estos países continúan apoyando la llamada “Posición común” de la UE sobre el caso Cuba, aprobada desde 1996. En la misma se plantea el apoyo a la disidencia en la Isla y se hace un llamado al sistema multipartidista. Dicho documento molesta fuertemente a los cubanos, por considerarlo injerencia en los asuntos internos e impulso a la desestabilización del poder estatal.

La Habana, largamente, ha insistido en la anulación de la Posición común. En Luxemburgo, sin embargo, la validez del documento fue reconfirmada, mientras que Catherine Ashton, al asumir su misión con relación a Cuba, afirmó: “Pensaremos y reflexionaremos en los marcos de la Posición común, pero reconocemos también lo realizado por Cuba”.

Una señal, sobre la dirección por donde marchan las ideas, llegó el 21 de octubre, cuando el Parlamento europeo otorgó el premio anual “Andrei Sajarov”, por 50 mil euros, al disidente cubano Guillermo Fariñas. Este señor 23 veces ha emprendido e interrumpido las huelgas de hambre contra las autoridades de su país. En el Parlamento europeo ya fue anunciado también que, a partir de que Cuba autorice o no a Fariñas a presentarse el 15 de diciembre a la ceremonia para la entrega del premio en Estrasburgo, se valorará hasta qué punto Cuba es democrática.

En la Isla esto ha provocado malestar. Allí califican a Fariñas, y a otros como él,  como “mercenarios” y no cesan de ofrecer información sobre el apoyo financiero que los disidentes reciben de fundaciones extranjeras. Fariñas es el tercer enemigo de las autoridades cubanas, a quien se otorga el premio “Alexei Sajarov”, luego de Osvaldó Payá  (2002) y las Damas de Blanco (2006).

Cuba se indigna ante los dobles raseros , por estar convencida de que la gran violación de los derechos humanos de los cubanos es el embargo norteamericano que, hace más de medio siglo,  impide a sus ciudadanos importar productos y materiales de vital importancia, incluidos medicamentos.

A favor de la eliminación del embargo, de nuevo,  se votó en la ONU el pasado 25 de octubre . 187 estados votaron “a favor”, las Islas Marshal, Palau y Micronesia se abstuvieron y  “en contra”, como siempre, estuvieron los Estados Unidos e Israel.

Una vez más,  desde la ONU el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, dio respuesta a los acuerdos de Luxemburgo. El declaró que la Unión Europea “sueña”, si estima que puede normalizar las relaciones con Cuba sin renunciar a la Posición común. Según expresó,  la UE no tiene por qué preocuparse por los derechos humanos en otros países, hasta tanto no resuelva sus propios problemas con la inmigración, con la deportación de las minorías y con la violencia contra los manifestantes.

Sin dudas,  Trinidad Jiménez tiene claridad en cuanto a  todas esas complejidades entre Cuba y la UE.

En el período 2006-2009, ella era la Secretaria de Estado para las relaciones de España con América latina. Es ahora que resultará evidente cual ha sido la experiencia acumulada, junto al indiscutible as de la diplomacia. La prensa española, sin embargo,  no deja de recordar que, aún cuando la estima extraordinariamente, no fue hasta el 2009 que Zapatero se decidió a darle una responsabilidad ministerial, cuando la designó al frente del Ministerio de Salud pública. El se siente deudor ante ella desde el inicio de su carrera política, cuando en el año 2000 ella, no sólo lo acoge en su domicilio en Madrid, en su calidad de joven Diputado llegado de León, sino que le abre también las puertas de la élite del partido de los socialistas, hasta llegar a Felipe González. Y más tarde, gracias a los esfuerzos de Trinidad, el movimiento “Nuevo rumbo” en el Partido Socialista Obrero Español, impone a Zapatero como líder del partido.

En el 2003 él le devuelve el gesto, cuando la lanza como candidata a la Alcaldía de Madrid. Ella luchó con todas sus fuerzas, pero fue derrotada por el candidato de la derecha, Alberto Ruiz Gallardón, quien continúa al frente de la ciudad hasta hoy. El Partido Socialista toma el poder en el 2004, pero Trinidad continúa en el trabajo del partido hasta el 2006, cuando Zapatero la convierte en Secretaria de estado para América Latina. Es cierto que en el partido ella respondía por las relaciones internacionales, su actividad preferida, por lo que, incluso, en su momento se casa con un diplomático y  con él recorre África. A los 30 años se divorcia y comienza a edificar su propia carrera. Ahora Zapatero le ofrece la oportunidad de demostrar sus posibilidades.

Pero durante  la “Habanera” con que debutó en Luxemburgo, según “El Mundo”, su colega francés Bernar Kushner preguntaba constantemente: “Por qué, por qué cambiaron a Moratinos”?

Nota: Se aclara, al final del artículo,  que las “Habaneras” son un género musical bailable cubano del siglo XIX y llevado a España por los marineros españoles.

Kadrinka Kadrínova, periodista, es Presidenta de la Asociación de periodistas hispanohablantes de Bulgaria y miembro activo de la Asociación de Amistad Bulgaria-Cuba.