Padre Pablo/Foto © Virgilio PONCE.- ¡Nos han puesto a parir!, decían algunos por las calles de La Habana, refiriéndose al debate de las medidas económicas propuestas por el gobierno para que sea el mismo Pueblo que las discuta y las avale. Desde el primero de diciembre hasta el último de febrero del 2011; las cubanas y los cubanos, en plena calle, en sus centros de trabajo y en el seno de sus comunidades y familias; discutirán dichas propuestas o reformas económicas para después llevarla al V Congreso del PARTIDO de Gobierno para aprobarlas por consenso popular.


Es muy importante éste proceso “participativo y protagónico” del Pueblo Cubano, el cual nos recuerda aquellos días cuando nuestro Presidente, Hugo Rafael Chávez Frías, nos convocó a la Constituyente para que aportáramos a la Nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; por primera vez en la historia de nuestro País. Los cubanos(as) tienen un verdadero RETO para que todos(as) se hagan responsables de la economía productiva del País y no sigan dependiendo más de un “Estado paternalista” que se lo proporciona todo. Eso tenía algún día que cambiar y ha llegado la hora de hacerlo. No se trata, por supuesto, como algunos piensan, que Cuba va a volver al “capitalismo infernal con su libre mercado” ni mucho menos; se trata de estimular la producción social a través de la iniciativa; mas que “privada” (ya que privada, priva a los demás de sus frutos); personal, familiar o de micro-empresas con capital nacional o extranjero, para producir “bienes de consumo” (bienes, óigase bien; no “males de consumo”) que colaboren a la economía de la Nación y ayuden a mantener los logros del proceso Revolucionario Cubano que tanta sangre y lágrima le ha costado a nuestro Pueblo.

Un ejemplo significativo que expuse en uno de nuestros encuentros Internacionales allá en La Habana, es el caso de una “guarapera” que un amigo de mi padre montó en mi pueblo de Consolación del Sur (P. del Río). Este hermano y compañero inventó un sistema donde no es necesario “pelar” la caña manualmente, sino que ésta se coloca sobre una polea que la lleva por medio de un pequeño motor hacia un tubo con ocho cuchillas, que al pasar por allí, la caña sale pelada y limpia. A través de la polea es llevada a un trapiche que le extrae el jugo (guarapo) el “bagazo” lo suelta por el otro lado. Yo siempre le digo a los venezolanos que ellos no saben lo que es un auténtico “guarapo de caña” ya que aquí en Venezuela muelen la caña con concha y todo lo que ella contiene; es por eso que el “guarapo” (jugo) sale “verde oscuro” y en Cuba es de un “verde muy claro” porque es puro. Ese delicioso jugo lo vendía hace ya algunos años en “un peso cubano” (MONEDA NACIONAL); es decir, en unos 4 centavos de dollar; teniendo el dato que una “contaminante COCA-COLA” vale un dollar con veinte centavos (USA), (por sanción que tiene ésta moneda en Cuba). Este compatriota llegó a vender como cinco mil guarapos en un mes (se le hacían colas) pues no había comparación. ¿Qué pasó? La seguridad pasó por su negocio y le pidió cuentas ya que nadie tenía una entrada tan grande en toda Cuba. Como él era REVOLUCIONARIO, enseguida les dijo: Yo estoy dispuesto a pagar el 50% de mi producción al Estado pues yo tengo conciencia de que el Estado me proporciona servicio de salud y educación gratuito para nuestros hijos y familias. Yo uso nuestra materia prima (la caña) y la transformo en un “bien de consumo” para nuestro Pueblo. Al parecer, aceptaron su argumento y lo dejaron seguir produciendo y al cabo de unos años regresé a mi pueblo y me lo encontré en el parque (plaza) y después de saludarle, le pregunté: ¿Y como te va con la guarapera?; él me contestó: “tuve que cerrarla ya que me impusieron 75% de impuesto y así no me alcanzaba el presupuesto. Resultado de esa “política”: Se quedó el amigo sin trabajo, el Estado sin impuestos y el Pueblo sin guarapo. Y yo pregunto: ¿Quién ganó con esa medida? Se trata de que todos(as) ganemos y que el País se desarrolle solidariamente y no egoístamente. Este amigo no estaba explotando al Pueblo SINO QUE LE ESTABA PRESTANDO UN SERVICIO que también le producía, como es obvio, una ganancia personal que le permitía mejorar su nivel de vida, pero mejorando también el de los demás porque producía un “bien de consumo” y no “chatarra” o comida basura, como pasa en el capitalismo neoliberal que todo el mundo produce lo que le da la gana sin someterse a regulación alguna (la mano invisible del mercado) y si las hubiera, para eso está el “dios-dinero” para sobornar y comprar funcionarios, fiscales y jueces.

¡A parir, cubanos(as)! Llegó la hora de demostrar que somos capaces de producir bienes (NO CHATARRA) con todos y para el bien de todos, como lo diría nuestro APÓSTOL JOSÉ MARTÍ. Se trata de una producción SOCIALISTA (no capitalista); en LIBERTAD (no en libertinaje); con las debidas regulaciones e impuestos justos y no desproporcionados para aquel que se esfuerza y produzca bienes y servicios tenga también su beneficio y pueda mejorar su estándar de vida y sirva de ejemplo para los que pretendan “vivir sin trabajar”; a éstos hay que aplicarles la máxima bíblica: “El que no quiera trabajar, que no coma” (2 Tes. 3, 6-10) o como lo dice la doctrina social de la Iglesia: “toda propiedad tiene la carga del servicio social. Es un deber producir para servir a los demás y no para explotar a nadie. ¡Basta de “bloqueos”!

Foto © Virgilio PONCE

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