Lorena Sánchez y Eduardo Palomares Calderón - Granma.- Numerosas inquietudes y expectativas generó en la población el anuncio, en diciembre de 2013, de la ampliación del experimento —iniciado en la Isla de la Juventud— de la venta liberada de gas licuado del petróleo, en este caso para los territorios de La Habana y la ciudad de Santiago de Cuba, ampliando las opciones en los hogares para la cocción de los alimentos. La medida era el resultado del cumplimiento del Lineamiento 250, aprobado en el VI Congreso del Partido, que planteaba el estudio de la “venta liberada de combustible doméstico y de otras tecnologías avanzadas de cocción, como opción adicional y a precios no subsidiados”.


Cuestiones relacionadas con los contratos, los precios, los puntos de distribución, la estabilidad del servicio normado, entre otras, fueron en los primeros días las principales preocupaciones. Sin embargo, luego de casi siete meses de instaurado el servicio y de evacuadas ciertas dudas, los resultados de las ventas hablan por sí solos de hacia dónde se deben dirigir las miradas.

En La Habana, por ejemplo, según datos ofrecidos por la Empresa de Gas Licuado, solo se habían efectuado 3 mil 68 contratos, mientras que en Santiago de Cuba —contrario a las expectativas que desde el primer instante generó el anuncio de su inclusión en el experimento de la venta liberada de cilindros de 10 kilogramos— la empresa de ese territorio re­portaba la venta de 44 mil 998 de las popularmente llamadas “balitas”, y apenas 3 mil 343 contratos de servicio a nuevos clientes.

En opinión de Manuel Álvarez Izaguirre, director de la UEB de Gas Licuado, perteneciente a la Empresa Distribuidora de Com­bustible en la provincia oriental, en esa realidad inciden la garantía en la entrega de la reserva dos veces al año, el alto número de clientes acogidos a ciclos de entrega normada, y también el precio fijado para el gas, el cilindro y los diferentes acce­sorios.

Criterio similar sostiene Iosvany García Romero, técnico en distribución del punto de venta ubicado en Estancia y Lombillo, del municipio de Plaza de la Revolución en la ca­pital, quien asegura que en su entidad nunca ha habido desabastecimiento. “Hemos establecido 12 contratos, una cifra baja quizás porque en esta zona hay gas de la calle y los clientes no tienen la necesidad de adquirir el servicio liberado”, indica.

Desde esta perspectiva, Juan Fernández, vecino del lugar, refiere a Granma que en su apreciación quienes establecen los contratos lo hacen con el objetivo de tener un respaldo en caso de alguna afectación o rotura. “Los precios están caros, porque son 130 pesos para rellenar cada balita, más 500 pesos en el alquiler del cilindro. Esto último en mi opinión no está mal, pues al final se paga una sola vez”, dice, mientras añade que a pesar de ello, no todas las personas tienen los recursos para adquirirlos.

Por su parte, con 2 956 clientes, que lo convierten en el de mayor concentración de consumidores, el Punto de Venta No. 21, del Reparto Sueño, en Santiago de Cuba, atendido por Idael Barredo Hernández, es igualmente con 25 ó 30 cilindros expendidos de forma liberada diariamente, el que más ventas registra por ese concepto en la ciudad.

“Como es lógico —expresa Barredo Her­nández—, ese nivel de ventas mantenido entre diciembre del pasado año y marzo último, descendió drásticamente de abril a me­diados de mayo, periodo en el cual se distribuyó y consumió la primera reserva anual a 7 pesos, pero tras su agotamiento la gente ha vuelto a adquirir el gas a 130”.

Respecto a los contratos de nuevos clientes, el recorrido en Santiago de Cuba posibilitó conocer que la incidencia ha sido mayor en las zonas de Siboney, Verraco y Baconao, ya que en núcleos urbanos con dos cilindros registrados, cualquier familiar puede comprar con uno vacío el gas liberado, sin necesidad de tener que arrendar un cilindro en 500 pesos.

SI DE ESTABILIDAD EN EL SERVICIO SE TRATA

Una vez liberado el gas licuado, otra de las interrogantes de la población era si se tenían las condiciones para abastecer periódicamente los puntos de venta. Al respecto, Sara Puig Ortiz, directora de Organización y Atención al Cliente de la Empresa de Gas Licuado de La Habana, señala que la industria ha podido responder a las nuevas demandas, pues cuenta con los recursos materiales y humanos para ello. La directiva asegura que en los 301 puntos de venta de la capital se han mantenido las entregas superiores a las ventas, razón por la cual no se ha visto afectado el servicio normado ni el liberado, dato que Granma constató durante su recorrido.

En ese sentido, desde su experiencia como técnico en distribución, Iosvany García Ro­mero, del punto de Estancia y Lombillo, del municipio de Plaza de la Revolución en la capital, señala que hubo un tiempo, —anterior a que se estableciera la nueva medida de la venta liberada— donde el suministro se vio afectado, debido a la escasez de transporte, problema que se solucionó una vez que la empresa compró veinte camiones para la distribución de las balitas.

Mientras que Álvarez Izaguirre, director de la UEB de Gas Licuado, perteneciente a la Empresa Distribuidora de Combustible en Santiago de Cuba, precisó que excepto si­tuaciones puntuales por problemas de trans­portación o ajustes en la planta envasadora, se ha mantenido el suministro estable de cilindros a los puntos de ventas, donde el empleo de un solo inventario presupone que todos pueden ser adquiridos por cualquiera de las modalidades aprobadas, sin diferenciación alguna.

Además añadió que debido al sistema de monitoreo establecido, las inspecciones sorpresivas y la estrecha vinculación con la PNR, hasta el momento no ha sido sancionado ningún jefe de punto por ventas ilícitas o descontrol entre el número del cilindro recibido y el inventario existente.

La liberación de la venta del gas licuado ha representado la aparición de otra alternativa para que cada familia valore la opción que le resulte más efectiva a su cocina. Es por ello que evaluar adecuadamente los resultados de la experiencia resulta vital, pues determina en la decisión de extender el experimento a otros territorios en la medida en que exista la infraestructura adecuada.

En este sentido es alentador el anuncio de que a partir de este viernes 1ro. de agosto se comienza a aplicar la rebaja del alquiler y el llenado del cilindro, decisión que había sido adelantada en la pasada sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular por Marino Murillo Jorge, vicepresidente del Consejo de Ministros:

"A partir de este viernes 1ro. de agosto, en los territorios donde se viene aplicando el experimento de la venta liberada de gas licuado del petróleo —La Ha­bana, la ciudad de Santiago de Cuba y el municipio especial Isla de la Ju­ven­tud— se rebajarán los precios corres­pondientes al alquiler del cilindro y al llenado de este.

El alquiler del cilindro que antes va­lía 500 CUP, ahora costará 400 CUP.

En el caso del llenado de los cilindros de 10 kg, este servicio se rebaja de 130 CUP a 110 CUP."

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