Miguel Barnet, Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), recibió en su despacho de La Habana a un equipo de Cubainformación TV. Además de recoger sus impresiones sobre el trabajo del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), que cumple 30 años, y sobre las alianzas entre esta institución y la UNEAC frente a la homofobia y la transfobia, también conversamos sobre otro temas.


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30 años del Cenesex: Cuba vs Homofobia y Transfobia (diversos materiales, especial 2018)

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"Es completamente contrapuestos ser socialista y ser racista o discriminar a alguien por su orientación sexual", reflexiona. Pero, en Cuba, "afortunadamente, vivimos en un socialismo que, cada día, quiere ser más pleno, participativo y democrático".

Sobre el Cenesex no hay sino elogios del poeta Miguel Barnet: "El Cenesex ha sido una puerta abierta a la luz, un detonador de ideas nuevas, de una nueva ética, más compartida, de un concepto mucho más democrático de la diversidad sexual. El Cenesex es fundamental para el desarrollo y el mejoramiento del ser humano en Cuba". Por eso manifiesta un apoyo total a su trabajo desde la UNEAC.

Su "tarea es titánica, arriesgada y difícil, en un pais en vías de desarrollo donde todavía hay una mentalidad que no ha crecido lo suficiente" en este tema. "Sin una labor como la del Cenesex, que quita vendas, que eliminina prejuicios y que lleva el respeto sobre la diversidad sexual, estaríamos todavía en una posición muy retrógrada en este país". Aunque -puntualiza- "el cubano es, en esencia, no diría tolerante, porque no me gusta ese calificativo, sino un ser que comparte y dialoga con los demás".

"Todavía -enfatiza-, lamentablemente, aunque no sea voluntad política, hay prejuicios raciales y sexuales que debemos combatir. En la UNEAC no cabe la homofobia, ni la transfobia ni la disciminación racial".

Cubainformación TV realizó en la Isla diversas entrevistas y reportajes con motivo del 30 aniversario del Cenesex, institución que impulsa políticas de inclusión y organiza todos los años la Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia.

Edición: Ana Gil.

“Ni homofobia ni racismo deben caber en el socialismo cubano”

Entrevista: José MANZANEDA / Transcripción: Leonardo A. MESA SUERO / Cubainformación.- Acerca de la lucha contra la homofobia y la transfobia que encabeza en Cuba el CENESEX, el Centro Nacional de Educación Sexual, que cumple 30 años, hemos querido conversar con diferentes personalidades de la Isla, entre ellas Miguel Barnet, presidente de la UNEAC, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, quien nos recibió en su despacho en La Habana.

Miguel, ¿cómo valora el trabajo del CENESEX?

El CENESEX ha sido una puerta abierta a la luz, un detonador de ideas nuevas, de una nueva ética, de una moral más inclusiva, de un concepto mucho más democrático de la diversidad sexual. El CENESEX es fundamental para el desarrollo y el mejoramiento del ser humano en Cuba.

Trabaja muy cerca de la Unión de Escritores y Artistas. Pienso que la tarea del CENESEX es titánica, audaz y difícil en un país donde –como en tantos– todavía hay una mentalidad que no se ha expandido hacia las ideas más nobles sobre la diversidad sexual. Creo que el cubano tiene que ser, no tolerante, no me gusta el término tolerante: tiene que ser respetuoso y solidario. El CENESEX está cumpliendo una tarea muy importante y por eso lo apoyamos. Sin su labor, que quita vendas de los ojos, que elimina prejuicios, que lleva a la comprensión de la diversidad sexual y al respeto a la sexualidad de cada cual, estaríamos todavía en una posición muy retrógrada. El CENESEX ha sido una puerta abierta, un gran empujón hacia el futuro, hacia lo que tiene que ser este país en materia de sexualidad. Lamentablemente todavía existen prejuicios, no por voluntad del gobierno, no por voluntad política. Son prejuicios en la población; prejuicios raciales que hay que combatir, prejuicios sexuales que hay que combatir. Porque el CENESEX no está promoviendo ni la homosexualidad ni la heterosexualidad ni la bisexualidad; está educando.

¿Qué papel juega la cultura y la UNEAC frente a la homofobia?

En la UNEAC no cabe la homofobia ni puede caber la discriminación racial. ¡No caben! Aquí tenemos diversas comisiones, una de ellas es la “José Antonio Aponte”, que se ocupa de los problemas de discriminación racial, de los resabios y de las reminiscencias en ese terreno. Hay que respetar al prójimo, eso es lo que verdaderamente le hace bien a la sociedad. Cuando una persona vive en armonía y sabe que, si es homosexual o bisexual o transexual, no lo van a condenar, que no tiene motivos para “flagelarse”, vive más feliz. Tenemos que combatir todo tipo de discriminación. Y educar en esos términos desde temprana edad.

¿Han tenido la literatura y el cine cubanos un papel importante frente a la homofobia?

Un papel esencial. Por ejemplo, los filmes “Fresa y chocolate” y “Fátima o el Parque de la Fraternidad” –este último basado en mi novela– presentan la situación y dejan que el público haga su valoración.

Creo que la literatura también ha sido esencial. Tenemos mujeres y hombres que han escrito sobre el tema de la sexualidad, sobre la homosexualidad y la bisexualidad; cuentos y poemas. También el teatro ha hecho mucho por eliminar todo tipo de prejuicio. Vivir sin prejuicios es vivir el amor de una forma más plena, casi tangible. Es tan bello no estarle preguntando a nadie: ¿tú qué eres, cuál es tu sexualidad, cuál es tu preferencia? Pero falta mucho todavía, por eso hay que seguir combatiendo. Creo que esta Revolución ha llegado a un nivel en que tenemos que desarrollar una verdadera revolución de la sexualidad, con más conciencia, con más profundidad. No cabe en el socialismo ningún tipo de discriminación. ¡No cabe!

En un plano más general, ¿cuáles son los principales retos de la UNEAC actualmente?

La UNEAC se pasa la vida afrontando retos, pero el mayor es ser consecuentes con los principios del socialismo democrático y participativo. También estar en consonancia, en la medida de lo posible, con la política cultural trazada por el Ministerio de Cultura. No siempre coincidimos, a veces hay algunas dudas con relación al trabajo comunitario, con relación a las puestas en escena, a las publicaciones literarias. La política cultural de Cuba debe ser lo más unitaria posible, pero dentro de la gran diversidad que hay en este país. A veces la gente en el exterior no sospecha qué cosa es Cuba. Piensan que Cuba es un bloque monolítico, con un solo pensamiento, lo asocian a que hay un solo partido; no, no, dentro de nuestro partido hay muchos criterios y muchos matices y mucha diversidad de opiniones. Igual que en la cultura. Hay muchas cosas con las cuales yo no coincido, que no comparto. Por ejemplo, respecto a lo que a veces se proyecta, a lo que a veces promueven los medios masivos. Creo que hay un exceso de chabacanería, que hay un concepto de lo cubano un poco superficial, esquemático: lo cubano tiene que ser lo sensual, lo cómico que raya en lo grotesco…

Es verdad que somos un país muy excéntrico y ves personajes de todo tipo, incluso carnavalescos. Eso es normal en Cuba. El cubano es muy exagerado… y por eso es tan artista, porque en toda exageración hay un poco de arte. Yo creo que es un pueblo maravilloso, un pueblo con una gran riqueza creativa, con una creatividad indetenible. Yo diría que indómita.

La política cultural de Cuba es muy rica y muy diversa. Los retos de la UNEAC son muy grandes. Tiene que crecer y tiene que crecer en calidad porque siempre decimos: en la UNEAC radica la vanguardia artística y literaria. La mayor parte de nuestros miembros son los mejores artistas de Cuba, aunque hay que decir que hay gente de vanguardia que no pertenece a la UNEAC, porque tienen otro pensamiento o no quieren estar en una organización, o prefieren ser como “electrones sueltos”.

En la UNEAC somos críticos con la sociedad y con nuestro socialismo; se combaten las posiciones obtusas y esquemáticas. Nos pasamos la vida rompiendo esquemas. La Unión de Escritores y Artistas de Cuba fue una idea de Fidel Castro, la creó él. El primer presidente fue Nicolás Guillén, escritor y poeta, negro, comunista, con una obra inmensa reconocida internacionalmente, un hombre que conoció a Lorca y a Vallejo, que fue amigo de Neruda. Guillén fue presidente durante más de 25 años. Yo llevo aquí ya 11 años, antes de mí estuvo quien fuera muchos años ministro de Cultura, Abel Prieto, y Carlos Martí. Yo llevo ya demasiados años, este es mi último mandato. En fin, el reto mayor de la UNEAC es ser consecuente con la política cultural del país dentro de la diversidad, un recipiente donde cabe todo. Y no es que aspiremos a que el contenido adopte la forma del recipiente sino al contrario.

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