Fidel, el Che y Raúl en el Aeropuerto Internacional "José Martí", en la despedida del Jefe de Estado Argelino y su delegación, 1963. Foto: Osvaldo Salas / Sitio Fidel Soldado de las Ideas. Videos: TV Cubana.


Cuba rinde tributo a sus héroes con Jornada Camilo-Che

La Habana, 9 oct (Prensa Latina) Trabajadores, estudiantes y la población de todas las provincias de Cuba rendirán tributo hoy a sus héroes en el contexto de la Jornada Camilo-Che, que se celebrará hasta el próximo 28 de octubre.

Los homenajes iniciaron la víspera con labores voluntarias en centros productivos para recordar al guerrillero argentino cubano, Ernesto Che Guevara, en el aniversario 56 de su captura y posterior asesinato, en 1967, cuando participaba en la lucha por la liberación de Bolivia.

En la central ciudad de Santa Clara, urbe liberada por las tropas del Che, se rindió tributo al también conocido aquí como el Guerrillero Heroico, en el Memorial que guarda sus restos junto a los de sus compañeros en la gesta boliviana.

Estas iniciativas incluyen conversatorios, debates juveniles y actos patrióticos, entre otras actividades culturales, deportivas y políticas, y culminarán con el tradicional lanzamiento de flores al mar, en la fecha de la desaparición física del comandante Camilo Cienfuegos en un accidente aéreo, en 1959.

Fue precisamente el comandante Ernesto Guevara, jefe, amigo y compañero de Cienfuegos, el promotor de la hermosa tradición que convoca a los cubanos cada 28 de octubre a las costas, riveras y arroyos de todo el país para recordar a quien calificara como el Señor de la Vanguardia. El líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, encabezó el primer tributo masivo a Camilo Cienfuegos desde los arrecifes del malecón habanero, en 1960.

La prematura muerte de Camilo y del Che mientras cumplían misiones revolucionarias les convirtió en símbolos de compromiso y entrega a la causa iniciada en Cuba el 1 de enero de 1959, tras el triunfo del Ejército Rebelde contra la tiranía del dictador Fulgencio Batista.

Cuba. Un gigante moral cuya fuerza e influencia se han multiplicado por toda la tierra

Por Pedro Ríoseco López-Trigo. Resumen Latinoamericano, 08 de octubre de 2023.

El cuerpo de Ernesto Che Guevara fue baleado, hace 56 años, por un suboficial boliviano, en cumplimiento de órdenes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de EE. UU.; después de ser herido en combate y apresado en la Quebrada del Yuro, tras agotar todos sus proyectiles.

Fue llevado hasta una escuelita del pequeño poblado montañoso boliviano de La Higuera, desde donde su legado sigue expandiendo su mensaje antimperialista por todo el mundo.

Cada 8 de octubre, día de la captura, en 1967, del mítico Comandante guerrillero, personas de todas latitudes viajan a La Higuera, para rendir un espontáneo homenaje a quien encarnó, como ningún otro, el arquetipo del hombre nuevo.

En cada aniversario de nacimiento o muerte del Che, como es universalmente conocido, toman renovado impulso sus ideas y ese ejemplo y valor sin límites, que le hicieron sobreponerse al asma desde pequeño, viajar por países de América del Sur para conocerlos «por dentro», oponerse al golpe de Estado contra el presidente Jacobo Árbenz, en Guatemala, patrocinado por la CIA, y enrolarse en México en la expedición que preparaba Fidel para liberar a Cuba de una sangrienta tiranía, preludio de sus hazañas posteriores en el Ejército Rebelde.

Es conocida su enorme estatura como político, estadista, diplomático y nuevamente como guerrillero en el Congo y en Bolivia.

Es grande el valor de quien, sobre una silla de madera, en la escuelita de La Higuera, sin poderse mover por sus heridas, fue capaz de ordenarle a su atribulado asesino: «Usted viene a matarme. ¡Póngase sereno y apunte bien. Usted va a matar a un hombre!».

La personalidad del Che era multifacética. Además de su valor e innato talento estratégico como militar, era un analista profundo de los temas políticos y filosóficos, afincados en su concepción de que, para lograr el desarrollo de un país, lo primero que había que tener era independencia y soberanía plenas, y consolidar entonces su identidad cultural propia.

Así lo demostró luego del difícil desembarco del yate Granma, cuando tuvo que abandonar con dolor su maletín de médico, para cargar una caja de municiones y un fusil para volverse por siempre un combatiente. El Che fue un médico que se convirtió en soldado sin dejar de ser médico un solo minuto.

En fecha tan temprana como el 7 de octubre de 1959, a solo unos meses del triunfo revolucionario, el Che profundizó estas ideas, al afirmar, en una conferencia, que «la tarea de los poderes coloniales en todo el mundo ha sido siempre ahogar la cultura autóctona de la nación; destruir las creencias propias de un pueblo e inculcarle la cultura de su país de origen, sus costumbres…  Se pueden ver siempre las tentativas de los poderes coloniales por transformarlo todo, adaptan todo a su tipo mental, formas de vida y de organización».

Pretender sintetizar las facetas de su vida diciendo que fue estratega militar, médico, político con profundo sentido humanista, ideólogo promotor de la formación del hombre nuevo, economista, analista agudo, periodista y fundador de la agencia latinoamericana Prensa Latina, escritor y diplomático, sería como esquematizar su integralidad como revolucionario.

Pero omitirlas sería faltar a la realidad de quien, en su corta vida de 39 años, fue en Cuba comandante guerrillero, llevó la Revolución hasta el centro de la Isla, enfrentando un ejército de más de 20 000 hombres, presidente del Banco Central de Cuba, ministro de Industrias, diplomático en trascendentales misiones ante las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA) en Punta del Este, Uruguay, y las que llevaron a la firma de los acuerdos comerciales y militares con la Unión Soviética.

Pero el Che nunca olvidó el compromiso que le hizo prometer al líder de la Revolución Cubana, desde su unión al grupo en México, de que, una vez triunfada la lucha en la Isla, no le pondría obstáculos para continuar sus empeños por liberar otros países. Pensaba siempre en su natal Argentina, donde el periodista coterráneo Jorge Ricardo

Masetti, creó en 1964 un foco guerrillero en Salta, como Comandante Segundo, pues el Comandante Primero sería el Che, lo cual nunca pudo ser.

«HASTA LA VICTORIA SIEMPRE»

A principios de 1965, Guevara de la Serna escribió una carta de despedida a Fidel –que este leyó en la constitución del primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba–, renunciando a todos sus cargos, a la nacionalidad cubana, que le fue otorgada en 1959, y anunciando su partida hacia «nuevos campos de batalla». Finalizaba la carta con la frase Hasta la victoria siempre, convertida desde entonces en una convicción del pueblo cubano.

Tras una fallida experiencia africana en la lucha por liberar el Congo, el Che decidió concentrar sus esfuerzos en América Latina.

Consideró que Bolivia era entonces el país con mayor desarrollo de la conciencia popular, en especial del movimiento minero, que estaba en el corazón de Sudamérica, y limitaba con Argentina, Chile, Perú, Brasil y Paraguay.

El 3 de noviembre de 1966, el Comandante Guevara de la Serna llegó a Bolivia bajo la identidad falsa de Adolfo Mena González, y con pasaporte uruguayo, y el 7 de ese mes comienza su Diario de Bolivia, al instalarse en una zona montañosa y selvática, cerca del río Ñancahuazú, donde la cordillera de los Andes se une con la región del Gran Chaco.

La historia heroica del incipiente Ejército de Liberación Nacional de Bolivia (ELN) es mundialmente conocida, integrado por 47 guerrilleros (16 internacionalistas cubanos, 26 bolivianos, tres peruanos y dos argentinos), de los cuales Tania (Tamara Bunke) era la única mujer.

Libró numerosos combates durante los 11 meses en que se extiende la contienda, contra un ejército entrenado y armado por asesores yanquis.

Mundialmente conocida también fue la esforzada tarea de un equipo de científicos cubanos, desde 1995, para cumplir el compromiso contraído con el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, de no dejar nunca abandonado un combatiente, y traer a Cuba los restos mortales del Che y de su destacamento guerrillero.

En dos años encontraron a una parte de los guerrilleros, pero los restos del Che no aparecían.

El 28 de junio de 1997, por revelaciones de un General boliviano retirado, encontraron en Vallegrande, luego de 30 años, siete cuerpos enterrados clandestinamente, en una fosa común, e identificaron, con el apoyo del equipo argentino de Antropología Forense, el de Ernesto Guevara y seis de sus hombres.

El 17 de octubre de 1997, al depositar en Cuba los restos del Guerrillero Heroico en el Mausoleo que lleva su nombre en Santa Clara, Fidel expresó que: «No venimos a despedir al Che y sus heroicos compañeros. Venimos a recibirlos. Veo al Che y a sus hombres como un refuerzo, como un destacamento de combatientes invencibles, que esta vez incluye no solo cubanos, sino también latinoamericanos que llegan a luchar junto a nosotros y a escribir nuevas páginas de historia y de gloria. Veo, además, al Che como un gigante moral que crece cada día, cuya imagen, cuya fuerza, cuya influencia se han multiplicado por toda la tierra».

Fuente: Cuba en Resumen

El Che: Ser coherente y consecuente no era una opción ( + Fotos)

Rafael Hidalgo Fernández

Cubadebate

Si queremos expresar cómo queremos que sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes, nuestros hombres, debemos decir sin vacilación alguna, ¡que sean como el Che…”

(Fidel Castro)

La expresión de Fidel sobre el Che contenida en el exordio, se incorpora a la cultura política del pueblo cubano durante aquél 18 de octubre de 1967, en una Plaza de la Revolución dominada por la emoción y el silencio de quienes, en la época, ya teníamos vivencias directas sobre su grandeza humana y político revolucionaria.

Pero el tiempo pasó y los que nacieron después de esa fecha se acostumbraron a la foto impresionante de Korda; escucharon hablar de un Che que les parecía inalcanzable por sus virtudes; repitieron el “seremos como el Che”, a veces, sin mayores elementos; y algunos nunca supieron cómo termina convertido en el Che, el Ernesto que a los 10 años leyó el Quijote de Cervantes y se impresionó por la generosidad del Caballero Andante, el que a los 15 ya había leído una voluminosa bibliografía de la mejor literatura de la época, el que a los 17 se propuso hacer un diccionario filosófico y el que, entre viajes y no pocas aventuras dignas de ser conocidas, hizo una opción radical por los más humildes del mundo.

Jóvenes con la misma edad que él tenía cuando inicia su primer viaje por el continente, hoy piden detalles sobre cómo fue su evolución política; cómo logró ser un autodidacta y un humanista culto a la vez; cómo combinó la poesía con los más rigurosos análisis de corte sociológico y politológico; y por qué salió a pelear por los pobres de la “Mayúscula América”, dejando atrás lo más querido entre sus seres queridos. Les inquieta el qué hizo, pero buscan más el cómo y el por qué actuó así.

Todo indica que los jóvenes de hoy prefieren acercarse al Che a partir de su historia como ser humano en permanente proceso de cambio, audaz frente a cualquier desafío, capaz de encarar los debates de ideas más agudos, sin temor a las contradicciones que terminan favoreciendo el progreso. Les llama la atención cómo amó a sus hijos y a su “única”, según consta en un poema de despedida a Aleida March. A la vez, les intriga saber de qué manera combinó el amor a su familia con sus deberes revolucionarios, y cómo su hogar fue ejemplo de la austeridad que él defendía como regla de oro del dirigente revolucionario. Esta es, apenas, una breve muestra de interrogantes hoy presentes en este sector etario del país. Así lo confirmó, entre otros, un diálogo aleccionador sostenido con jóvenes de la Universidad del Deporte, Manuel Fajardo, el pasado 13 de junio.

Fidel y el Che en una celda de la cárcel migratoria de Miguel Schultz en Ciudad de México mientras preparaban la expedición del yate Granma, julio de 1957 Foto: Sitio Fidel Soldado de las Ideas

¿Cómo lograr entonces la socialización de la vida y la obra revolucionaria e intelectual del Che que hoy necesitan Cuba y sus jóvenes, de modo veraz y convincente, motivador y abierto al intercambio? Un camino posible es mostrar, en su evolución y contextos, su trayectoria ética. Es lo que pretende lograr, de forma sumaria, este enfoque sobre dos valores asociados: la coherencia y la consecuencia en su actuación humana y revolucionaria.

II

En grados que comprensiblemente cambian entre un grupo social y otro, suele juzgarse a los demás a partir del nivel de “coherencia” que muestran entre lo que “dicen” y “hacen”. El calificativo aplica a toda persona cuya conducta, sobre todo cotidiana, guarda correspondencia lógica con los principios e ideales que proclama y afirma profesar. Y se adjudica el adjetivo “consecuente” a quien, además, es capaz de asumir todos los costos de sus opciones de vida, con sacrificios y pérdidas incluidas, a la hora de decidir cómo actuar en función de las ideas que defiende.

Dos ejemplos entrelazados, basados en ideas y decisiones suyas, ilustran en qué grado el Che logró ser coherente y a la vez consecuente. El primero guarda relación con su vocación y compromiso latinoamericanista, y el segundo con el antiimperialismo radical que desarrolló, desde un profundo conocimiento sobre el desarrollo del capitalismo y sobre los EEUU.

Fidel junto al Che en una celda de la cárcel migratoria de Miguel Schultz en Ciudad de México, julio de 1957. Foto: Sitio Fidel Soldado de las Ideas

En “Notas de Viaje”, crónica vibrante sobre su primer viaje por América Latina (Dic/51-Jul/52), subraya esta afirmación premonitoria: “El personaje que escribió estas notas murió al pisar de nuevo tierra argentina, el que las ordena y pule, “yo”, no soy yo, por lo menos no soy el mismo yo anterior. Ese vagar sin rumbo por nuestra Mayúscula América me ha cambiado más de lo que creí”. El 14 de junio de 1952, en Perú, es agasajado por su 24 cumpleaños. Al agradecer el gesto amigo concluye brindando por Perú y por América Unida, idea de clara inspiración bolivariana en su caso. Luego de este primer periplo por Chile, Perú, Colombia y Venezuela, logra una primera y documentada visión sobre el estado de las relaciones de dominación en el continente, sus desigualdades y dependencias de los que llega a llamar “gringos imbéciles”.

Comienza por Bolivia su segundo viaje latinoamericano, el 6 de julio de 1953. Quiere conocer la llamada Revolución de 1952. La experiencia no le satisface. Al comentar una de las manifestaciones de apoyo al gobierno, la califica de “pintoresca pero no viril”. Siente que al proceso “le faltaban los rostros enérgicos de los mineros”. Ya para esta época conoce bien las enseñanzas de San Carlos, como solía llamar a Marx, y tiene perfectamente claro el papel del proletariado como factor de cambio revolucionario. Le preocupaba, además, la conciliación entre la burguesía aliada al Movimiento Nacionalista Revolucionario y el gobierno de los EEUU. La vida le dio la razón: las aspiraciones del pueblo boliviano esta vez se frustraron

Decide seguir viaje. Vía Perú llega a Ecuador. Aquí conoce de la gesta nacionalista de Jacobo Árbenz en Guatemala. Viaja a Panamá y de ahí se traslada, por los más variados medios de transporte, a Costa Rica. La experiencia le permite conocer más directamente sobre la presencia económica y la influencia política de los EEUU en la región centroamericana. El 24 de diciembre arriba a Guatemala. Esta será su primera gran escuela en su formación revolucionaria. Se dispone a defenderla y la ve caer con apoyo de los EEUU y los gobiernos lacayos al amparo de la OEA. Lo observado le radicaliza más.

Fidel y el Che en la Sierra Maestra en 1957. Foto: Sitio Fidel Soldado de las Ideas

Escribe al respecto a su tía Beatriz, el 10 de diciembre de 1953, desde Costa Rica:

“…tuve la oportunidad de pasar por los dominios de la United Fruit convenciéndome una vez más de lo terrible que son esos pulpos capitalistas. He jurado ante una estampa del viejo y llorado camarada Stalin no descansar hasta ver aniquilados estos pulpos capitalistas. En Guatemala me perfeccionaré y lograré lo que me falta para ser un revolucionario auténtico”. El 5 de enero de 1954 le vuelve escribir a Beatriz, pero ahora desde Guatemala. Luego de decirle que “el dinero para mí no significa nada” agrega esta observación: “Hay cada diario que mantiene la United Fruit que si yo fuera Árbenz lo cerraba en cinco minutos, porque son una vergüenza…y contribuyen a formar el ambiente que quiere Norteamérica…”

El 12 de febrero de 1954 escribe a Beatriz: “Mi posición no es de ninguna manera la de un diletante hablador y nada más; he tomado posición decidida junto al gobierno guatemalteco y, dentro de él, en el grupo del PGT que es comunista”.

A fines de 1954, desde México, relata a su madre las dificultades que tiene con “Don Dinero”; le cuenta que es redactor de la Agencia Latina y ello le da para subsistir; le informa que está escribiendo un “librito” sobre “La función del médico en América Latina” y, en tono jocoso, admite que “si no conozco mucho de medicina, a Latinoamérica la tengo bien junada” (calada). Luego le agrega respecto a decisiones que ha tomado en materia de qué hacer como luchador que ya se siente: “La forma en que los gringos tratan a América (acordáte que gringos son yanquis) me iba provocando una indignación creciente, pero al mismo tiempo estudiaba la teoría del porqué de su acción y la encontraba científica…”.

La estancia en el país de los aztecas será definitoria en su vida. En el plano intelectual somete a una última revisión su Cuaderno Filosófico. Persiste en sus estudios generales y profundiza en el marxismo. En lo político tiene el encuentro que le dará la posibilidad de transformarse en el Che: conoce a Fidel el 8 de julio de 1955 y termina siendo, junto a Raúl, el segundo expedicionario del Granma. Un detalle relevante de este encuentro, es relatado así por Fidel: “…él había planteado en el momento en que se unió a nosotros una sola condición: que una vez finalizada la Revolución, cuando él quisiera regresar a Suramérica, no surgiera ninguna conveniencia de Estado o razón de Estado que interfiriera en ese anhelo…”.

Este compromiso fue honrado, tanto por la parte cubana como por el Che: la gesta boliviana fue el testimonio inequívoco de su decisión inquebrantable de luchar a favor de la segunda y verdadera independencia del continente, en oposición directa al secular intervencionismo imperial de los EEUU. Mostró de forma incontrovertible que hombres como él tienen sólo una opción digna por delante: ser coherentes y consecuentes con lo que han dicho y piensan.

Durante el traslado del Che a la columna 1 en Minas del Frío, para asumir la conducción de la defensa del sector occidental del territorio rebelde ante la anunciada ofensiva enemiga en 1958. Foto: Sitio Fidel Soldado de las Ideas

Primer encuentro de Fidel y Che desde la salida de las columnas invasoras de la Sierra Maestra y luego del triunfo revolucionario en Camagüey, 5 de enero de 1959. Foto: Sitio Fidel Soldado de las Ideas.

Fidel acude a despedir al Che al aeropuerto, donde sostienen una amena conversación antes de la partida de este en un extenso recorrido por naciones africanas y asiáticas, 12 de junio de 1959. Foto: Raúl Corrales / Sitio Fidel Soldado de las Ideas.

Fidel acude a despedir al Che al aeropuerto, donde sostienen una amena conversación antes de la partida de este en un extenso recorrido por naciones africanas y asiáticas, 12 de junio de 1959. Foto: Raúl Corrales / Sitio Fidel Soldado de las Ideas.

Fidel acude a despedir al Che al aeropuerto, donde sostienen una amena conversación antes de la partida de este en un extenso recorrido por naciones africanas y asiáticas, 12 de junio de 1959. Foto: Raúl Corrales / Sitio Fidel Soldado de las Ideas.

Fidel conversa junto al Che durante el primer torneo de pesca de la aguja "Ernest Hemingway" tras el Triunfo de la Revolución. Estas imágenes fueron tomadas en la segunda jornada de la competencia, 14 de mayo de 1960. Foto: Alberto Korda / Sitio Fidel Soldado de las Ideas.

Fidel y el Che en la inauguración de la escuela Oscar Lucero en Holguín, convertida de cuartel en escuela para niños, 1960. Foto: cheguevaralibros.com

Cuba
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