Continuación del artículo 'La dignidad plena de los cubanos (I)

Cuba continuó su camino de apertura y en 1995 la Asamblea Nacional del Poder Popular aprueba la Ley 77 de la inversión extranjera, donde no se excluyen los cubanos radicados en el exterior.


En dicho texto legal, todos tienen derecho, siempre que sus ofertas sean competitivas y beneficiosas para el país. Ese mismo año el Banco Nacional establece un nuevo sistema bancario y se inician cuentas de ahorro y depósitos en moneda libremente convertibles.

Además, se emitió el Decreto Ley 76 de Minas y se establecen los procedimientos para las concesiones mineras.

Con el propósito de continuar limando asperezas, el propio año 1995 se volvió a convocar una nueva reunión con nuestra comunidad, y vinieron cubanos asentados en todas partes, hasta un traidor del ejército rebelde y agente de la CIA, como Eloy Gutiérrez Menoyo. La comunidad no pidió participar en el proceso de apertura económica.

Como resultado de este encuentro se instauró la llamada Vigencia de Viaje, la cual eliminó el permiso de entrada para los emigrados cubanos. Todo el que la solicitaba, si no tenía acciones violentas contra su patria, la obtuvo y así entraban y salían cuando su situación económica, familiar o personal se lo permitiera.

Se reinició un intercambio de delegaciones entre ambos países, Fidel Castro recibió en las puertas del Consejo de Estado a 47 empresarios norteamericanos de las principales compañías de ese país, incluso vestido con elegante traje y corbata, cosa inusual en él.

Nuestro país iba dejando atrás las penurias del llamado período especial, por la pérdida del 85 % del comercio que se tenía con el ex campo socialista, especialmente con la antigua URSS. Cuba no se rendía, buscaba formulas para abrirse al mundo, se modernizaba nuestra economía, había estabilidad interna a pesar del financiamiento aprobado por el gobierno norteamericano para acciones subversivas.

Todo hacía indicar que el presidente Clinton iba en la dirección de un restablecimiento parcial de las relaciones, se incrementaba el intercambio pueblo a pueblo, el número de cubanos residentes allá crecía hasta cifras record.

Al fin el gobierno americano les permitía viajar a su patria, incluso con el pasaporte norteamericano, a pesar de que Cuba es uno de los pocos países prohibidos de visitar por ciudadanos estadounidenses, por lo que pueden ser sancionados legalmente; la Guerra Económica parecía resquebrajarse. La derecha miamense no lo podía permitir, era mucho lo que estaba en juego, su propia existencia. Medio siglo de lucha por recuperar el poder en Cuba se les escapaba entre las manos.

Ante tales amenazas, se organizaron desde Miami nuevas acciones provocativas, había que jugarse el todo por el todo.

La organización Hermanos al Rescate inició vuelos hacia Cuba violando el espacio aéreo, lanzó volantes contrarios al régimen y provocó de forma reiterada a nuestras autoridades. La congresista Ileana Ros-Lehtinen los ayudó en la compra de algunas aeronaves de uso militar para esas provocaciones, con el apoyo de Lincoln Díaz Balart, hijo del Ministro del Interior de Batista.

Cuba envió mensajes a todos los niveles, incluso con una delegación de altos militares norteamericanos jubilados de visita en la Habana, pero las acciones continuaron, se atrevieron a volar sobre zonas altamente pobladas de la capital, sin importarle las consecuencias que esto podría traer.

El propósito era claro, tenían que lograr una fuerte reacción cubana que impidiera que Clinton continuara por el camino del acercamiento.

Habría que ver la reacción de las fuerzas aéreas norteamericanas si tales actos provocativos hubiesen sido en la dirección Habana Miami.

Resultado, dos aeronaves fueron derribadas y el presidente Clinton presionado a firmar lo que deseaba la derecha de Miami, la Ley Helms Burton. Esta Ley de facto le quitó al presidente de los EE.UU. la posibilidad de eliminar las medidas de Bloqueo contra Cuba. Ileana, Lincoln, Bob Menéndez y otros congresistas de origen cubano celebraron con Champaña, lograron parar el flujo de norteamericanos y cubanos hacia la Isla, y el mejoramiento de las relaciones entre ambos países. El peligro del restablecimiento de relaciones y el levantamiento del Bloqueo se esfumaron.

Como subproducto obtuvieron el pretexto para acusar a Cuba en cuanto foro internacional pudieron, condenándola por haber hecho menos de lo que EE.UU. ha llevado a cabo en otros países para “defender los derechos humanos”.

Pero Cuba continuó su trabajo, en 1996 se promulgó el Decreto Ley 165 regulando la creación y organización de zonas francas y parques industriales, aunque como consecuencia de la aprobación de la Ley Helms Burton todos nuestros pasos para la apertura económica se vieron amenazados por el contenido de dicha ley, la cual está encaminada precisamente a torpedear la economía cubana.

La Guerra Económica se reforzó. No fue la Revolución cubana la que cerró su apertura, fue precisamente el accionar de los norteamericanos que desean vernos muertos por hambre y enfermedades como los reconcentrados del capitán general español Valeriano Weyler durante la guerra mambisa de 1895.

A pesar de estos golpes bajos, Cuba continua el trabajo por fortalecer los lazos con su comunidad, no rompió el puente establecido. Fue el gobierno norteamericano quien lo hizo y la derecha atacando a todo el que quisiera volver a su patria.

En el 2004 Cuba anunció la eliminación del permiso de entrada durante otra reunión con los cubanos residentes en el exterior, extinguiéndose la Vigencia de Viaje.

La historia reciente habla por sí sola, cada día son recibidos en nuestro país más cubanos residentes en el exterior, a pesar que las campañas y actos hostiles desde Miami no han cesado.

Por todo lo anterior la Comisión que realizó el estudio “La Diáspora Cubana en el siglo XXI”, debe reclamarle cambios al responsable de los obstáculos, el gobierno norteamericano y su ley Helms Burton, pues esta es la que impide que la comunidad cubana no pueda participar más en nuestro país, incluso se extiende a otros países, tal y como reafirma el inciso A) de la sección 1704 de la Ley para la Democracia Cubana de 1992, la que estipula que el presidente norteamericano debe estimular a otros países a que restrinjan las relaciones comerciales y crediticias con Cuba, de forma consecuente con los propósitos de la Helms Burton.

La Comisión debe insistir para que el gobierno norteamericano se enfoque con un espíritu similar al que inspira el derecho internacional humanitario, en el sentido de que personas inocentes no deben ser el blanco principal de acciones que persiguen provocar daños colaterales al enemigo.

Es falso lo que se afirma en el estudio de que Cuba es un Estado desinteresado y denunciante frente a su diáspora. Los hechos antes expuestos demuestran lo contrario.

Se nos ataca por la Comisión por el hecho de no reconocer la doble ciudadanía; debe tenerse presente que la Constitución del año 1940 aprobó este concepto, lo que ha sido tradición en Cuba.

No obstante, Cuba para facilitar el contacto con su comunidad ha permitido a los cubanos que ostenten la ciudadanía norteamericana y que hubiesen emigrado antes de 1970, que entraran al país con su pasaporte norteamericano y el permiso de entrada correspondiente, antes de eliminarse. Incluso tomó la decisión de no acuñar los pasaporte norteamericanos para evitarle las represalias jurídicas que toma el gobierno norteamericanos con los que viajan a Cuba violando las prohibiciones vigentes.

¿Qué más se le puede pedir a un país que ha sido invadido, atacado y es bloqueado brutalmente?

El estudio hace comparaciones con las emigraciones haitiana colombiana, israelita y otras. Esto a mi juicio es un grave error pues desconocen que ninguna de ellas trabaja por derrocar al gobierno o sistema imperante en sus patrias, como ha sido y es aun en el caso de la cubana.

Recientemente congresistas de origen cubano solicitaron al presidente Barack Obama sanciones como la impuestas a Libia y por tanto una invasión para Cuba. Los terroristas más connotados siguen libres y se codean con gran parte de la Diáspora.

No hay muchas voces que se alcen contra esto, la represión allá es muy fuerte con consecuencias económicas y morales aplastantes.

De igual forma, el gobierno norteamericano acaba de aprobar un nuevo presupuesto de 20 millones de usd para la Guerra Sucia contra Cuba y anuncia igual presupuesto para el 2012. En 53 años se han asignado miles de millones para el trabajo subversivo contra Cuba.

Las campañas mediáticas son sistemáticas, con falacias y tergiversaciones de nuestra realidad. Se mantiene el entrenamiento, financiamiento y abastecimiento material a elementos creados por el gobierno norteamericano y sus Servicios de Inteligencia para tratar de fomentar desordenes callejeros, que no logran sumar al pueblo.

Nuestro país es incorporado en cada listado de acciones negativas que se confeccionan en los EE.UU. incluso sin pruebas y a sabiendas que es pura política para desprestigiarnos, condenarnos y justificar el mantenimiento de la Guerra Económica.

Hace pocos días la Asamblea General de las Naciones Unidas volvió a votar a favor de la eliminación del Bloqueo Económico, Comercial y Financiero de Estados Unidos contra Cuba, 186 a favor con solo dos en contra, pero aun se mantiene intacto.

La Diáspora debe tener esto presente, son hechos y realidades que no cambian con una nueva ley de migración, ni con la remesa, que por demás no es muestra de generosidad como se afirma en el estudio.

Un padre, una madre o un hijo tienen obligaciones con sus seres queridos, la generosidad sería casi como la caridad con alguien desconocido. Alimentar a mis hijos o ayudar a mis padre es para mí una obligación no es generosidad. Desagradecido sería no ayudar a los que me dieron la vida, me educaron y formaron como un hombre de bien, con honor y ética, aunque en la viña del señor hay de todo.

Cuba no ha condicionado sus relaciones con la comunidad y prueba de ello es que hasta miembros de la Brigada invasora de playa Girón, que no desembarcaron reglando flores y juguetes, sino con bombas, napalm y fuego artillero, han sido recibidos en la patria como uno más sin sed de venganza, pues han vuelto en son de paz.

En cada una de las reuniones celebradas con nuestra comunidad ha habido respeto mutuo, confianza en poder resolver los escoyos y escuchado los planteamientos serios y justos.

La Diáspora, especialmente la radicada en EE.UU., debe comprender que no todo se puede resolver de un plumazo, los seres humanos tienen diferentes sentimientos, vivencias, añoranzas y deseos.

La separación de las familias ha sido y es muy profunda. Las diferencias en las formas de ver los problemas son diversas y cada cual la ha sufrido desde la orilla opuesta.

Cuba no ha invadido, bloqueado, introducido plagas y enfermedades, asesinado, ni aporta millones de dólares a la subversión para derrocar al gobierno norteamericano, eso la Diáspora tiene que tenerlo muy presente para cualquier solicitud.

En su estudio, la comunidad cubana en la Florida pide participar, contribuir al desarrollo nacional, y que aprovechemos las ventajas de sus potencialidades, pero subrayan hacerlo de conjunto con sus familiares o amigos en la Isla, dentro del actual proceso de reformas, o sea no con el sector estatal. ¿Por qué no hacerlo con el Estado que el dueño de los medios fundamentales de producción?

¿Algún economista puede argumentar que el desarrollo de un país se alcanza abriendo restaurantes y cafeterías? Algo no cuadra en la propuesta y no es desconfianza o recelo, más bien diría desconocimiento de nuestras realidades.

La Ley Helms Burton impide cualquier participación de los norteamericanos, o los residentes extranjeros allá, en negocios con Cuba, incluso en un idílico gobierno de Transición, pues para eso no pueden estar en el gobierno Fidel ni Raúl Castro, según el Titulo II, sección 205 inciso 7.

Entonces, ¿cómo pedirle a Cuba que cualquier paso con la Diáspora no debe supeditarse al levantamiento del bloqueo de Estados Unidos? Soy de los convencidos que hay que soñar pero con los pies en la tierra.

En este mundo la ingenuidad se paga bien caro y en eso los cubanos tenemos vasta experiencia, en lo que quizás pudiéramos ayudar a la comunidad cubana.

Quizás sea pura coincidencia, pero en el Acta de la Comisión para una Cuba Libre se abordan temas similares para la supuesta reconstrucción cubana, en la deseada Transición, léase derrumbe del socialismo, que por cierto algunos de los autores del trabajo presente también participaron en ese y otros similares en el año 2002. Por tanto, tal y como expresó el Apóstol José Martí, “no se ha de hacer nada de lo que desea que hagamos por nuestro enemigo”

Nuestro pueblo debe evaluar muy bien lo que se pide, aunque sea muy justo, pues mientras la hostilidad se incremente no puede haber soluciones unilaterales, porque la independencia del imperio nos ha costado mucho y por eso José Martí aseguró en su tiempo que “una vez gozada la libertad, no se puede ya vivir sin ella”.

Tenemos todos, el compromiso de cuidarla y mantenerla para las futuras generaciones, para salvaguardar la dignidad plena de los cubanos.

 

FIN

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