Aquel día se constituyó la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), como Fidel quiso que la llamaran. Su presidenta de siempre fue la inolvidable Vilma Espín. Así surgió nuestra organización, para aglutinar el enorme caudal de pasión revolucionaria, de inteligencia y de energía que representaban cientos de miles de mujeres decididas a integrar sus fuerzas a las de todo el pueblo en la edificación de una nueva vida.
Desde su creación, la FMC resume y representa los intereses y el espíritu unitario de las cubanas, que de inmediato se incorporaron al trabajo, a las aulas, a la defensa, dejando atrás trabas sociales y de género, convirtiéndose en una tremenda fuerza social y revolucionaria.
Ayudó en el empeño el constante batallar de Vilma y las bases de justicia y equidad social que abrió el Socialismo en Cuba y que sustentara la Federación en sus objetivos. La disposición de la mujer de salir a trabajar no era comprendida en una sociedad en que los perjuicios y el machismo estaban entronizados, pero ellas buscaron la manera de resolver sus impedimentos y se incorporaron abiertamente a la obra revolucionaria.
Con la madurez de sus 51 años a cuestas y una vanguardia femenina consecuente, la FMC pasa revista a lo hecho y, sobre todo, a lo que se ha dejado de hacer. Momentos decisivos para acometer cuantas acciones se demanden a fin de erradicar los vicios y hacer florecer las virtudes que garanticen la continuidad revolucionaria.
Hoy los retos son otros, el más importante, quizás, vivir este segundo momento de la historia incorporando en las nuevas generaciones de mujeres sus anhelos y búsquedas, atemperándose a la realidad de un mundo cambiante, marcado por un escenario mundial en crisis y el propio bloqueo que nos agobia en nuestra cotidianidad desde hace más de medio siglo.
De cara a una realidad nueva, llamada a solidificar nuestras conquistas y cumplir la parte que nos toca en estos momentos de transformación de nuestro modelo económico, para la organización constituye una premisa, por ejemplo, orientar a las mujeres en el quehacer por cuenta propia, como nueva forma de empleo para muchas de ellas, en correspondencia con su papel creciente en la sociedad
Inmersa en las actividades conmemorativas del nuevo aniversario y con nuevos proyectos u objetivos, entre ellos seguir trabajando por el ejercicio sin fronteras de una verdadera cultura de la igualdad, la Federación de Mujeres Cubanas, con el talento, fortaleza y consagración del movimiento femenino, mantendrá su protagonismo para estar a la altura de esta hora decisiva de Cuba y el mundo.
