Con discursos emancipadores, las escritoras muestran personajes, casi siempre mujeres, desde su erotismo, obsesiones, conflictos... Cada autora está imantada por una poética muy particular, que singulariza su escritura.
Sonia habló de su libro Rosas de abolengo; la protagonista Lázara Alcántara nació de vivencias, sueños, de su manera de transgredir una realidad herida por prejuicios; en su novela están muy presentes el sentimiento, el concepto del amor.
Como en sus anteriores volúmenes, está la prosa audaz, íntima y sugerente, con matices de ironía, que rompe estereotipos.
Dentro de un lenguaje cubano, con expresiones populares, Sonia dibuja el mundo de los personajes, proyecta su psicología, las paradojas, su manera de vivir la sexualidad.
Destacó que, para ella, la tesis de un libro es la libertad humana y el derecho a ser diferente.
Por Las historias prohibidas de Marta Veneranda obtuvo el Premio Extraordinario de Literatura Hispana, en el Concurso Casa de las Américas, en 1997. Sonia armó su obra a partir de las relaciones de sus protagonistas, a veces, lésbicas o bixesuales.
Luego, presentó otro conjunto de fabulaciones: Historias de mujeres grandes y chiquitas, que no es una continuación del anterior, aunque sí se relaciona porque vuelve la presencia de Martirio Fuentes, la escritora ficticia del cuento.Las historias prohibidas de Marta Veneranda e Historias de mujeres grandes y chiquitas, en su momento, encabezaron la lista de las obras más vendidas en la urbe neoyorkina junto a los de García Márquez e Isabel Allende.
Escritora, crítica y profesora de literatura en York College, esta cubana reside desde hace 40 años en Estados Unidos, donde ha promovido la cultura latinoamericana y, en especial, la de Cuba.
Jacqueline
Tras los espejuelos, la mirada inteligente, en su voz el deseo de comunicar sus pensamientos, los sucesos que la han marcado, Jacqueline Herranz Brooks cuenta desde sus experiencias de vida; su literatura autoreferencial resulta interesante y esclarecedora. Ella es el sujeto de sus historias, pero también los personajes pueden ser sus amigos o amigas. Lo cierto es que escribe con sinceridad, sin disfraces, ni tapujos, como desnudando el corazón.Según expuso, intenta en primer término visibilizar los espacios y comportamientos de grupos marginados por la sociedad.
Dice que le impresionan los diarios personales por considerar que son un viaje hacia la subjetividad del ser humano y a lo que lo circunda.
En su exposición de la sexualidad lésbica, varios de sus relatos tienen una buena carga de humor.
Jacqueline, quien ama la fotografía y la arquitectura, viajó a fines de los 90 a Estados Unidos, donde reside actualmente. Profesora universitaria, hace su doctorado sobre literatura latinoamericana. Sus textos han sido incluidos en antologías de varios países.
Ganadora del primer premio de narrativa en la revista Revolución y Cultura en 1997 por Intromisión abrupta de esos dos personajes, ha publicado Liquid days, Argentina, 1997; Escenas para turistas, Estados Unidos, 2003, y Mujeres sin trama, Estados Unidos, 201.
Aunque de generaciones distintas, ambas escritoras tienen un punto en común: el de asumir la libertad de sus personajes, que logran reafirmar su identidad.
