Durante un taller teórico práctico realizado en la capital cubana, los días 18 y 19 de septiembre, las y los asistentes señalaron la necesidad de capacitar en aspectos bioéticos y de humanización al personal a cargo en las unidades de atención a las gestantes y sus familiares, así como sistematizar las acciones de preparación psicofísica para el parto, incluidas las técnicas de psicoprofilaxis y la participación de la pareja en ese proceso.
Convocado por la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y el Ministerio de Salud Pública (MINSAP), con el apoyo del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la cita reunió a personal calificado de diversas entidades relacionadas con el tema y representantes de los medios de comunicación, como parte de su preparación con vistas a la reactivación del programa cubano de maternidad y paternidad responsables.
Desde la pasada década del noventa se inició dicho programa en la isla, impulsado por la FMC, el Ministerio de Salud y el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), y en su concepción abarca desde la etapa preconcepcional y la planificación de la familia, hasta el embarazo, el trabajo de parto y el parto, la atención al puerperio y al recién nacido hasta la edad de cinco años.
Sin embargo, "tenemos muchas brechas, empezando por la propia familia, la falta de preparación de personal de salud en estos temas y la poca información a nivel comunitario", comentó a SEMlac Maritza Rodríguez, funcionaria de la dirección nacional de la FMC.
Con ese taller de trabajo comienza la preparación con vistas a trabajar la experiencia del programa en tres municipios de las provincias La Habana, Cienfuegos y Granma, en el occidente, centro y oriente del país, respectivamente, a los que se sumarán luego localidades de Pinar del Río, en el extremo occidental, y Villa Clara, en la zonas central, con apoyo de UNICEF y la participación de personal de diversos sectores.
La preparación psicofísica para el parto, la atención en el período preconcepcional, las prácticas recomendadas de lactancia materna, los accidentes infantiles en el hogar, el protagonismo de la pareja y las potencialidades del sector de la salud para preparar a las mujeres, a los hombres y a las familias en cada uno de los procesos de la maternidad y paternidad fueron algunos de los temas tratados en el encuentro.
Rodríguez reiteró a SEMlac que una necesidad identificada durante los debates es la creación y funcionamiento a nivel comunitario equipos multidisciplinarios de trabajo, vinculados a la atención primaria de salud.
"Tenemos que estimular desde la atención primaria la participación del hombre", precisó Rodríguez, pues "esa práctica propicia no solo goce y felicidad familiar, sino una paternidad más comprometida", agregó.
En su opinión, otro punto clave es la divulgación y comunicación para que se conozca y acceda a los beneficios del programa y al cuerpo legal que lo sustenta, a la par que se eduque a la familia, pues el ejercicio de la maternidad y paternidad conscientes y responsables demanda también cambios a nivel cultural.
Un ejemplo claro, según García, es que aun establecida legalmente desde 2003 la posibilidad de que los padres puedan sustituir a sus compañeras en el cuidado del bebé mediante la licencia postnal, solamente alrededor de una veintena de ellos ha hecho uso de esa opción.
Entre otras líneas de trabajo, se identificó también la necesidad de actualización en los temas relativos al trabajo de parto, el dolor, el estrés y la tensión de la madre, así como la creación y desarrollo de consejerías a las parejas durante el periodo preconcepcional y sobre la planificación de la familia.
Igualmente señalaron que los cursos de psicoprofilaxis no se realizan sistemáticamente y hay poca preparación de la pareja para su participación protagónica durante el trabajo de parto.
