Proyecto Escaramujo integra educación popular y perspectiva de género. Foto tomada de www.fcom.uh.cu

Zulema Tanquero Herrera. Licenciada en Comunicación Social. Especial para SEMlac.- El arte de la cocina no es tarea fácil, requiere de destrezas, concentración y sobre todo mucho, mucho amor. Cuando alguien elabora uno de esos exquisitos platos debe tener a su lado algunas personas que luego den fe de su obra maestra. Pero, cuán difícil se hace contar a quienes no estuvieron presentes la extraordinaria sensación de lo degustado.


La investigación a la que haremos referencia en las presentes líneas no fue solo un ejercicio de aplicación de técnicas, tabulación y presentación de resultados.

Constituyó, así como el arte de la cocina, una muestra de pasión y entrega constante. El amor y los deseos de hacer fueron pasando una a una las páginas de esta historia de la que intentaremos mostrar su extraordinario sabor.

Y es que un proceso educativo que se proponga sensibilizar a un grupo de jóvenes con la temática de género, en principio desconocida para ellos, no puede ser una receta donde agreguemos todos los ingredientes en un recipiente vacío. Un empeño como este tiene que partir de las experiencias de cada uno de los miembros del grupo y proponer transformaciones en las realidades concretas de las personas implicadas.

Esto fue lo que en alguna medida logró la tesis de licenciatura de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana a la que haremos referencia. La receta inicial fue aparentemente sencilla. Mezclar elementos que rara vez conviven en un mismo espacio: el género, la comunicación y la educación popular.

A partir del interés de la autora por el tema y de sus deseos de contribuir a procesos educativos más dialógicos y participativos, se acudió a la Oficina del Historiador de La Habana, pues la misma tiene el género como eje transversal de todos los procesos que desarrolla.

El destino fue la Escuela Taller Gaspar Melchor de Jovellanos, de la Oficina del Historiador. Específicamente se escogió un grupo de restauración en el cual 12 estudiantes (6 hombres y 6 mujeres), mostraron el ímpetu que se necesita para protagonizar una aventura de tal magnitud.

Con todos los ingredientes no faltaba más que echar a andar la receta para culminar con el plato servido sobre la mesa. Lo anterior queda traducido en el desarrollo de un proceso educativo en torno al tema género, concebido desde la comunicación y basado en la metodología de la educación popular.

Este esfuerzo se concretó en 22 talleres divididos en tres etapas. Partiendo de un diagnóstico, pasando por un gran momento teórico y terminando con continuidades, fue muestra de un verdadero proceso de construcción colectiva y de participación real.

El género es un tema complejo de abordar en cualquier espacio, y este proceso educativo no estuvo exento de ello. Aún y cuando en todo momento se hizo alusión a las vivencias del grupo, las propias características de hombres y mujeres, y lo instaurado en ellos y ellas de la sociedad patriarcal, hizo el proceso más complicado, pero a la vez lo enriqueció desde miradas múltiples.

El tema central de los talleres era desconocido para los miembros del grupo. Lo asociaban a géneros musicales, gramaticales y, en menor medida, a la diversidad. Todo esto propició mayor interés y deseos de aprender por parte de cada una de las personas implicadas.

Dentro del entramado que encierra la categoría género, se decidió hacer hincapié en los roles, pues el grupo se encontraba en una etapa donde su actividad principal era el estudio del oficio de restauración. Contrario a lo previsto, en los momentos en que se abordó este tema el grupo no lo asoció con su oficio, sino con sus experiencias de vida más personales.

Para el caso de restauración no existe un acuerdo social de si se considera para hombres o para mujeres. Según resultados de la investigación, todo depende de la percepción de cada cual. Aunque el grupo no lo manifestaba abiertamente se sentía afectado por esta mirada de la sociedad, que tiende a producir incertidumbre.

La comunicación no dejó de ser una motivación para el grupo. Aunque no era el tema esencial de los talleres, constituyó eje transversal intencionado por quienes los condujimos.

Para los miembros del grupo este no era un tema desconocido; sin embargo, lo asociaban con los medios de difusión masiva. Por eso, el reto fue aún mayor pues se imponía demostrar que comunicación es mucho más.

En el propio devenir de los talleres se percibió el salto cualitativo de los protagonistas en cuanto a la forma de entender la comunicación. Esto estuvo marcado por la intencionalidad orientada a entender la educación desde la comunicación como ese momento donde la comunicación es el concepto de partida. La misma comprende la cultura del diálogo; se emplea para desmontar mensajes discriminatorios y para motivar el propio proceso de aprendizaje.

La mirada comunicativa del proceso demostró, por encima de todo, la importancia de la comunicación basada en el respeto y en la equidad, especialmente en la equidad de género.

La experiencia desarrollada en sí fue expresión de la necesidad de la comunicación consciente e intencionada como herramienta, medio y eje directriz en todo proceso educativo.

Por otra parte, la educación popular dio muestra del saldo positivo dejado por los procesos que transgreden la tradicional educación bancaria para dar cabida a esta metodología liberadora y transformadora.

Las técnicas empleadas, los diseños, las lógicas generales de esta propuesta metodológica, fueron elementos claves que permitieron al grupo vivir un proceso organizado y bien pensado. A pesar de esto no se escapó de la improvisación que, aunque en ocasiones se percibe como enemiga, en procesos de este tipo puede solucionar situaciones inesperadas en el desarrollo grupal.

La educación popular constituyó una propuesta participativa, dialógica y emancipadora, una filosofía de vida que se aviene muy bien con procesos que propongan la emancipación social, el desarrollo local, el aprendizaje colectivo, la equidad de género y cualquiera que abogue por la transformación de la realidad cotidiana de hombres y mujeres.

El proceso demostró la importancia de organizar este tipo de esfuerzos educativos con perspectiva de género, desde el surgimiento de la idea hasta la concreción de la misma. Asimismo, indicó la necesidad de permitir a las personas tomarse un tiempo para entender situaciones que hasta el momento resultaban inexplicables en su realidad.

No dejar experiencias como estas ahí sino expandirlas y comunicarlas es el principal reto de esta propuesta, el cual lleva a sumar personas en este empeño y a hacer realidad el lema de las protagonistas de esta historia: ¡Síguenos: seremos más!

Además, otro de los desafíos urgentes es lograr que los procesos educativos tradicionales sean lo suficientemente completos como para concebir, entre sus esencias, la perspectiva de equidad de género y comunicación; elementos indispensables en toda interacción humana.

El proceso fue extraordinario de inicio a fin. Con sus altas y bajas dejó siempre claro que su valor radica en el disfrute y en los aprendizajes, tanto teóricos como vivenciales, que quedarán para toda la vida.

Numerosos son los platos como este que servimos hoy día, realizados a lo largo y ancho de Cuba.

Lo indudable es que, aunque estemos hablando de una receta, cada plato, en función de los ingredientes con los que se cuenta y de otros tantos elementos del contexto, tiene su sello muy peculiar.

Género
Mesa Redonda.- Como homenaje a Vilma Espín, en el aniversario 90 de su natalicio, Cubadebate enfoca su espacio en la Mesa Redonda de este martes al mostrar la participación en la batalla y los desafíos de la mujer cubana frente a...
Canal Caribe.- Este 7 de abril, cumpliría 90 años la Heroína de la Sierra y el Llano, #VilmaEspín Guillois. El pueblo cubano recuerda su impronta y ejemplo....
 Laura V. Mor (Fotos: Yaimi Ravelo) - Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba.- “Rescatar la memoria histórica femenina” es el objetivo que llevó a la artista y cineasta cubana Marilyn Solaya a encarar el pro...
Lo último
La Columna
La Revista