Red Semlac.- Las voces de mujeres lesbianas y bisexuales ganan espacio en el activismo a favor de los derechos humanos de la población LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgénero) en Cuba.


El debate Mujeres lesbianas y bisexuales: caminos al empoderamiento colectivo reúne a tres activistas que dialogan sobre aspiraciones, carencias y oportunidades para el desarrollo y la vida plena de un colectivo históricamente discriminado. Sarly Soler (integrante del grupo Venus en la oriental provincia de Granma), Helen Martínez (artista y activista afrofeminista) y Teresa de Jesús Fernández (coordinadora nacional de la Red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales que acoge el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex)) ofrecieron a SEMlac su opiniones sobre un tema que interesa, cada vez más, a grupos de mujeres en la isla.

¿Qué significa estar empoderada para una mujer lesbiana/bisexual?

Sarly Soler: Para mí una mujer lesbiana empoderada significa un ser humano común que nadie marca dentro de un tipo de canon. No escucharíamos más frases en tono despectivo como: “Allá va la lesbiana”, sino “allá va una mujer, común y corriente”. Una mujer lesbiana empoderada no será discriminada, podrá ser doctora o policía sin que nadie esté juzgando con quién se acuesta. Podrá defender sus derechos, su Revolución y todo lo que le rodea sin limitación alguna.

Helen Martínez: Soy una mujer lesbiana. El solo hecho de reconocerme así y vivir mi vida como lesbiana, ya me da poder. Pero este es un hecho que hay cuidar, no es suficiente; en cualquier sociedad, ser negra, lesbiana y pobre es un problema, todo a tu alrededor cambia si esas son tus condiciones, prácticamente no tienes ningún poder social.

Por lo tanto, sentir empoderamiento ante la sociedad es como un juego de ajedrez, esta en dependencia todo el tiempo de lo que tienes y traes, desafortunadamente cada día esto se torna más visible ante todos.

Vivimos tiempos intensos, nos toca repensar a diario qué es empoderamiento para nosotras como mujeres y lucharlo, ya sea de manera independiente o colectiva. Todas queremos y necesitamos sentir poder, pero a diario se deterioran mucho más los conceptos reales y vivimos en fantasías que debilitan nuestras fortalezas.

Para mí, poder es saber quién soy, sin importar criterios ajenos; es lograr establecimiento social, basado en mi propia lucha; es dormir cada noche sintiéndome amada, saber que mi hijo sabe quién soy y respeta mis decisiones sin sentir dolor. Poder es saber que disponemos de economía para salir a la calle y vivir. Poder para mí sería estar unidas y sabernos apoyar, que el machismo no sea parte de nuestro entorno. Poder para mí es destruir la heterosexualidad y dar muerte al patriarcado.

Teresa de Jesús Fernández: Cuando una mujer demuestra que no tiene miedo a vivir de una manera libre, espontánea y responsable su propia sexualidad. Cuando una mujer no teme mostrarse tal cual es, cuando una mujer sabe que tiene derechos, que son los derechos que la asisten como ser humano y dentro de ellos están sus derechos sexuales. Una mujer lesbiana empoderada es una mujer que sabe que tiene derechos como ciudadana de cualquier país, debe saber que ella es ciudadana de primera categoría.

Cuando una mujer se da cuenta de todo eso y reclama que se garantice que ella pueda tener una sexualidad libre, espontánea y responsable, que pueda casarse con la persona que ella elija, formar una familia, que en su centro de trabajo o de estudio no se le discrimine por su orientación sexual. Cuando una mujer conoce y lucha por esto, es cuando tiene el poder, una plenitud de vida.

Desgraciadamente, esa plenitud de vida no la tienen, ni tan siquiera, las mujeres heterosexuales. Vivimos en una sociedad patriarcal, por tanto, el número uno lo ocupan los hombres y el segundo lugar, las mujeres (aunque sean heterosexuales) porque no hay equidad. La sociedad no se ha concebido en función de que todas las personas tengan los mismos derechos. Todas las personas tienen que tener las mismas posibilidades y las mismas garantías. Mientras sea un mundo donde la equidad no prime, nunca habrá hombres totalmente empoderados ni mujeres totalmente empoderadas y muchos menos gays, lesbianas, transexuales, bisexuales o intersexuales.

El requisito esencial para que una mujer se sienta que tiene control sobre su ser es que sepa quién es, sepa lo que quiere, y sobre todo que tiene derechos de los que no se le puede privar.

¿Qué limita el empoderamiento de las mujeres lesbianas en el contexto cubano?

Sarly Soler: Hoy nos limitan, entre otras cosas, muchas instituciones como el Ministerio del Interior ( MININT) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias ( FAR). No entendemos por qué una mujer lesbiana no puede ser militar y seguir teniendo su pareja, esas explicaciones no se las dan a nadie. Son muchos los prejuicios que conforman nuestra sociedad, a veces nosotras mismas con el autoprejuicio contribuimos a la discriminación, por el desconocimiento y la ignorancia.

Helen Martínez: Esta respuesta la podría resumir mencionando algunos temas que ocurren en la Cuba de hoy, donde cada una de nosotras tenemos nuestras propias necesidades y nuestras propias alianzas.

- Las mujeres lesbianas en Cuba no tienen derechos que protejan sus ideales.

- Las mujeres lesbianas en Cuba no pueden lanzarse a la calle, crear protestas, ni gritar sus derechos.

- Muy pocas mujeres negras lesbianas en Cuba tienen un puesto de trabajo excelente que sustente sus vidas; esos trabajos quedan para las mujeres blancas.

- Las mujeres lesbianas en Cuba pasan por un proceso muy difícil, algunas sin alcanzarlo, para poder tener el privilegio de tener sus propias viviendas de manera independiente.

- Una mujer negra y lesbiana en Cuba es machacada por la cultura machista y eso siempre nos lleva a una posición de desventaja.

Teresa de Jesús Fernández: Mucho, es que prácticamente en todas partes se ven las brechas que existen. Creo que ninguna institución, ni organización de masa se escapa de esas brechas, al punto que pueda decir: “nosotros no hemos cometido ningún tipo de discriminación, no hemos violentado los derechos de ninguna persona”. Esto es un discurso mundial, no es solo de nuestro país; lo que pasa es que vivimos en una sociedad que aspiramos sea mucho más justa, que ponga en práctica los principios por los que tantas personas han luchado.

¿Cuáles acciones o estrategias existen para superar estas barreras?

Sarly Soler: En este momento, principalmente desde el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), algunas instancias de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y los Comité sde Defensa de la Revolución (CDR), varias instituciones, pero no son muchas.

Helen Martínez: Considero que los espacios de discusiones grupales, sobre nuestros temas de interés, son de gran ayuda, pero no es suficiente. Mi experiencia dentro y fuera de Cuba me ha llevado a la conclusión de que hay que llevar los discursos a las acciones, realizar nuevas estrategias sociales como activistas --desde las artes, por ejemplo--, considerando que el arte es un lenguaje universal, sin duda se podría utilizar como herramienta poderosa. Ideas como estas nos llevan a la unidad, el trabajo en equipo, a conocer nuestras debilidades y las de otras mujeres. Creo que, antes de salir a las calles y luchar, debemos encontrarnos a nosotras mismas como una fuerza única.

Teresa de Jesús Fernández: La red de mujeres lesbianas que existe en el país y tiene el apoyo del Cenesex. Esa red organiza anualmente un taller nacional al que asisten mujeres de todas las provincias donde existe la red, en estos momentos 11 provincias.

Nos da mucha satisfacción porque, inclusive, Granma ha incluido a muchos de sus municipios, por lo que en la red hay 16 grupos de mujeres. También se ha logrado a través de otras redes: la red HxD, por ejemplo, que aboga por la diversidad y que la componen también mujeres lesbianas.

Creo que hasta ahí llega el espacio. Queda mucho por trabajar, creo que la Federación de Mujeres Cubanas (DMC) tiene una deuda con las mujeres lesbianas actualmente porque, si bien es verdad que el Cenesex se debe a la voluntad e inspiración de Vilma Espín y tiene en su trayectoria personas que estuvieron siempre al lado de la Federación, también es verdad que las mujeres lesbianas todavía se lamentan de que no en todos los municipios, provincias, delegaciones de la FMC se es receptivo con su realidad ni la de las mujeres transexuales.

Hay casos maravillosos, como el de Las Tunas, donde hay una mujer transexual en Puerto Padre que, hasta hace poco (no sé si todavía), era la delegada de la FMC de su cuadra. Pero no es lo que prima, muchas veces las mujeres lesbianas acuden a la Federación para implicarse, para que se conozcan sus realidades y no encuentran las respuestas o el apoyo que están buscando, aun cuando esta organización debe ser para todas las mujeres de este país, porque todas las mujeres cubanas, a partir de los 14 años, pertenecen a la FMC y, por ende, las mujeres esperan que la Federación se preocupe por ser inclusiva y con un concepto de justicia social que ponga apuntes sobre esas vulneraciones de derechos que se cometen continuamente. Aquí hay mujeres que han contado experiencias tremendas. Hay una que acaba de contar la historia de su pareja, ella y sus hijos. La Federación y el CDR fueron prácticamente a acusarla porque vivía en su casa con sus hijos y su pareja.

¿Qué otras acciones crees pueden apoyar a las mujeres lesbianas para su participación, inserción social y como activistas por los derechos de la comunidad LGBT en el país?

Sarly Soler: Trabajar, tocar muchas puertas, así tendríamos muchos más espacios. El Cenesex se encarga de promover proyectos como la Red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales, que en el país agrupa a varios colectivos. Pero si contáramos con el apoyo de muchas más instituciones, el Cenesex fuera el puente para conectarnos. Si pudiéremos tocar más puertas y esas puestas se abrieran, las mujeres lesbianas que estamos defendiendo nuestros derechos pudiéramos avanzar más.

Teresa de Jesús Fernández: Creo que el Programa Nacional de Educación Sexual que ha sido concebido desde el Cenesex, pero con el apoyo de muchas instituciones de cultura, de salud pública, yo espero que ese programa empiece a ser aplicado como debe ser, espero que todos los profesionales que tienen que ver no solo con la educación, sino con la salud y con impartir la justicia de este país sean conocedores del Programa de Educación Sexual, que se capaciten por medio de él y se sensibilicen más.

Creo que es importante que los medios de comunicación masiva empiecen a manejar todas estas realidades, pero con conocimiento de causa; que empiecen a reflejar estas temáticas, pero con toda la dignidad y respeto que merecen ser reflejadas. Algo que está sobre todo en las instituciones, pero que está también en el proyecto de cómo educar a nuestra sociedad, empezar a introducir los valores que apuesten por una igualdad real y, sobre todo, una justicia social real. La participación de la comunidad y las instituciones estudiantiles puede apoyar también esta causa.

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