El informe México Feminicida, publicado por el Instituto Nacional de las Mujeres, reveló que “en 2017 se cometieron 12 mil 811 casos de muertes de mujeres con presunción de homicidio, lo que convirtió a este año que está por terminar en uno de los más violentos en contra de las mujeres”.
Según Onu Mujeres “catorce de los 25 países del mundo con las tasas más elevadas de femicidio / feminicidio están en América Latina y Caribe y se estima que al 1 de cada 3 mujeres mayores de 15 años ha sufrido violencia sexual, lo que alcanza la categoría de epidemia de acuerdo con la OMS”.
La académica y feminista mexicana Marcela Lagarde concibió el término feminicidio para definir el asesinato de una mujer por el solo hecho de serlo. El término posee un profundo significado político que visibiliza la responsabilidad estatal de investigar, sancionar y reparar este delito.
A pesar de los avances en la región con la existencia de marcos legislativos que tipifican el feminicidio en 18 países, observatorios de género y mecanismos estatales para el avance de las mujeres; la impunidad es una realidad repetida que perpetúa el crimen y la injusticia.
En Guatemala la integrante del Sector de Mujeres, Marta Godínez dijo a CIMAC que “durante la última década se han registrado más de 10 mil muertes violentas de mujeres en el país, con un promedio de dos casos diarios, lo cual evidencia que estos crímenes continúan en aumento; aunado a ello, la tasa de impunidad en los casos de violencia contra la mujer asciende a 99 por ciento”.
Sustentada en un orden patriarcal, la violencia machista encuentra sus raíces en la subordinación de las mujeres y lo “femenino”. Analizarla de manera integral y como un problema global y estructural complejo, nos lleva a cruzar esta epidemia con la pobreza, el crimen organizado y los conflictos armados.
Por eso la necesidad de estudiarla y conocerla para sensibilizar y comprometer a la ciudadanía y los estados.
En su comunicado por los 16 días de activismo para erradicar la violencia contra mujeres y niñas a nivel global Onu Mujeres afirma “Hacen falta datos de calidad, recursos presupuestarios para la implementación de políticas públicas, continuidad y coordinación en las políticas y planes nacionales, acceso a la justicia con visión de cero impunidad, y un cambio en los patrones culturales patriarcales que naturalizan la violencia contra las mujeres de la región”.
En Cuba vamos dando pasos para conocer y visibilizar el alcance de la violencia machista. Especialistas reconocen el avance en los últimos años en el reconocimiento social de esta problemática que entra en contradicción con los espacios de participación e igualdad ganados por las cubanas. Sin embargo, aún no contamos con datos públicos nacionales sobre feminicidios y otras expresiones de la violencia por motivos de género.
Investigaciones cualitativas y locales han aportado importantes elementos de análisis. Para 2018 contaremos con los resultados definitivos de la "Encuesta sobre igualdad de género", realizada por el Centro de Estudios de la Mujer (CEM) de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) en 2016.
Según datos preliminares de esta encuesta “10 mujeres de cada 30 declararon haber recibido algún tipo de violencia física, psicológica, sexual o económica durante 12 meses”.
La investigación corrobora los resultados de otros estudios que muestran la violencia psicológica como la forma de maltrato más vivenciada por las cubanas seguido por la agresión física y sexual, además de la económica.
Una vida importa. Una mujer privada de la vida, de sus derechos y de vivir a plenitud es suficiente para luchar. La violencia de género es una pandemia global que cobra la vida de miles y miles de mujeres. Que cada una de ellas nos movilice a conquistar toda la justicia. En 2018 ¡Ni una menos!
