El psicodrama, una herramienta sanadora que busca trabajar no solo el presente, sino también el pasado y el futuro, es el núcleo de este espacio, refirió a SEMlac Matilde Molina

Lisandra Fariñas - Red Semlac /Foto: SEMlac Cuba.- Un círculo de mujeres se abraza en silencio. Los ojos cerrados, las respiraciones profundas, la energía que emana de cada una, de sus historias individuales, de las ancestras que las antecedieron, se mezcla en un torrente de emociones. No hay palabras, solo la conexión de la experiencia compartida.


Este es el corazón del VII Encuentro de Psicodrama Feminista. Cuba, 2024, un espacio donde durante tres días, —del 28 al 30 de marzo— psicodramatistas, psicólogas, activistas, estudiantes, mujeres de diversas edades y procedencias se reunieron en La Habana, para dialogar sobre el tema, sus fortalezas y desafíos en América Latina y el Caribe, conocer experiencias en la región, pero también para fortalecerse juntas y tejer redes de sororidad.

Con la participación de representantes de países como Honduras, México, Guatemala, Alemania, Suiza, Chile, Argentina, El Salvador, Costa Rica, Uruguay y Cuba, el encuentro se destacó por su enfoque en talleres vivenciales y su dedicación especial al pueblo de Palestina, especialmente a su infancia y a sus mujeres, víctimas del genocidio israelí sobre la Franja de Gaza.

El encuentro se destacó por su enfoque en talleres vivenciales y su dedicación especial al pueblo de Palestina, especialmente a su infancia y a sus mujeres. Foto: Sociedad Cubana de Psicología

El psicodrama, una herramienta sanadora que busca trabajar no solo el presente, sino también el pasado y el futuro, es el núcleo de este espacio, refirió a SEMlac Matilde Molina, presidenta de la sección de Grupos y Psicodrama, de la Sociedad Cubana de Psicología.

Molina, también subdirectora del Centro de Estudios Demográficos (Cedem), de la Universidad de La Habana, destacó la importancia de explorar la historia familiar y ancestral para comprender la rebeldía, la resistencia y la búsqueda de independencia de las mujeres.

El psicodrama contribuye a desligarse de las culpas y a superar prejuicios y temores, permitiendo una catarsis emocional y promoviendo la autoconciencia y la identidad personal, dijo.

La psicóloga y demógrafa destacó la participación activa de mujeres cubanas, incluyendo jóvenes profesionales de diversas áreas, como reafirmación del compromiso de la isla caribeña para utilizar el psicodrama como una herramienta de cambio y transformación social.

Durante los talleres se abordaron diversas problemáticas específicas que las mujeres enfrentan, buscando resolver, aliviar y sanar heridas comunes asociadas a la dominación patriarcal y otras formas de opresión.

Temas como la violencia de género y los traumas relacionados con conflictos y guerras fueron discutidos en un ambiente seguro y de apoyo mutuo. “Hemos compartido temáticas de la cotidianidad de las mujeres en cualquiera de los países que hoy estamos reunidos aquí”, refirió Molina.

Una herramienta de reconstrucción de vidas

De acuerdo con Ursula Hauser, psicóloga e investigadora suiza con amplia experiencia sobre el tratamiento de la violencia de género mediante el psicodrama feminista, este, con su enfoque histórico y su intención de fortalecer a las mujeres, ha demostrado ser un recurso esencial para el cambio individual y colectivo.

Hauser destacó cómo el psicodrama ha sido utilizado con éxito para brindar apoyo a poblaciones que han experimentado opresión y traumas. Resaltó la importancia de contar historias y cómo esto contribuye a la memoria colectiva e histórica, fortaleciendo la conciencia sobre la importancia de las mujeres en la lucha por un mundo más justo y mejor.

El psicodrama de izquierda y feminista es una herramienta fundamental para las poblaciones oprimidas, destacó la psicóloga e investigadora suiza Ursula Hauser. Foto: SEMlac Cuba

“El psicodrama de izquierda y feminista es una herramienta fundamental para las poblaciones oprimidas que no tienen acceso a la psicoterapia individual o que optan por no buscarla debido a que los problemas psicosociales son comunitarios”, dijo Hauser.

La experta refirió que este método grupal, basado en el teatro y la psicología, ha sido utilizado en Palestina durante más de 20 años, en una población que ha experimentado una ocupación opresiva, humillación e injusticia desde 1948.

El testimonio de Joya Esperanza, participante del encuentro, reflejó cómo el psicodrama ha sido protagonista en la reconstrucción personal y en la transformación social, también en El Salvador.

Después de la guerra civil, un grupo de mujeres excombatientes lo utilizó como una herramienta para sanar y superar los efectos de la guerra y, posteriormente, compartieron sus conocimientos y experiencias para apoyar a otras mujeres en su proceso de transformación.

Durante los últimos 27 años, Las Mélidas han abordado en el Salvador secuelas emocionales causadas por la guerra en las mujeres sobrevivientes, comentó Joya Esperanza. Foto: SEMlac Cuba

La Asociación Movimiento de Mujeres Mélida Anaya Montes (Las Mélidas) ha estado comprometida durante 31 años en la defensa de los derechos humanos y en la búsqueda de una vida libre de violencia para las mujeres, dijo Esperanza.

Durante los últimos 27 años, Las Mélidas han abordado secuelas emocionales causadas por la guerra en las mujeres sobrevivientes, como la pérdida de seres queridos, la separación familiar, el miedo y otros traumas como discapacidades, estrés, desempleo, pobreza, enfermedades crónicas y la incertidumbre derivada de la situación social, económica, política, de inseguridad y violación de los derechos humanos, explicó Esperanza.

A propósito de su experiencia, integrantes de este colectivo presentaron en el encuentro el libro Se hace camino al andar. 27 años de Psicodrama de Las Mélidas, que narra casi tres décadas de compromiso político feminista desarrollado por este colectivo en El Salvador, a través del método del psicodrama, comentó Esperanza.

Durante tres jornadas, mujeres de diversas profesiones, edades y procedencias se reunieron en La Habana, para dialogar sobre el psicodrama, sus fortalezas y desafíos en América Latina y el Caribe. Foto: SEMlac Cuba

Para la psicóloga cubana Claudia Cancio, el concepto de sororidad es clave en el trabajo realizado desde esta técnica. “Implica la sensibilidad y la posibilidad de trabajar juntas como mujeres para enfrentar los daños causados por los sistemas patriarcales”.

“Y esa fuerza, que surge de la unión entre mujeres que se apoyan y se acompañan en el camino, es imparable”, sostuvo.

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