Por Octavio Fraga Guerra* - Cinereverso - Cubainformación.- El pasado 10 de diciembre el Tribunal Superior de Justicia de Londres autorizó la extradición del australiano Julian Assange, periodista y editor de WikiLeaks. Por la relevancia e impacto que esta noticia tiene para el ejercicio del periodismo, la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) convocó esta conversación con Juan Pasarelli, periodista y cineasta guatemalteco, quien ha seguido todo el proceso jurídico que se lleva a cabo contra el líder de esta organización internacional. Reproducimos a continuación la transcripción de este diálogo.


Octavio Fraga: Buenos días. Diez de la mañana, hora de Cuba, cuatro de la tarde, hora de Londres. Tenemos hoy, como invitado, a  Juan Passarelli, que el 8 de enero del año en curso abrió nuestro espacio “Diálogos en reverso”. Él es el director del documental La guerra contra el periodismo. El caso de Julian Assange. Le damos la bienvenida a Juan y las gracias por aceptar este encuentro.

Juan Passarelli: Gracias, Octavio, es realmente un privilegio que me inviten desde la Upec, yo tengo mucho cariño por Cuba, tengo familia en Cuba, familia del lado de mi mamá que viene de Cuba, los llevo cerca en mi corazón.

Octavio Fraga: Bienvenido. Quiero empezar con la pregunta de rigor sobre el tema de Julian Assange. Como sabes, el 10 de diciembre el Tribunal Superior de Justicia de Londres autorizó su extradición a los Estados Unidos, este ha sido reclamado por Washington ¿Cuál es tu interpretación primaria sobre esta decisión? ¿Qué apuntes compartirías al respecto?

Juan Passarelli: Mira, creo que ahorita lo que se ha visto es realmente una tragedia en términos de derechos humanos. El punto más importante que tenía que evaluar la Corte es si lo mandaba al país que planeó su asesinato o si protegía sus derechos humanos. La corte no lo mencionó una sola vez. A pesar de que sabía que la CIA planeó el asesinato de Julian Assange y su secuestro, y que llegaron hasta la Casa Blanca con esta información, se enfocó en unas supuestas garantías, que no son tales. Los jueces decidieron decir que sí, que no tienen ninguna razón por la cual dudar de estas garantías, y decidieron cambiar la decisión que tomó la primera corte, que era la de no extradición por términos de salud. También nos acabamos de enterar antes de ayer que Julian sufrió un derrame cerebral durante la audiencia de esta corte en octubre. Estamos comenzando a ver que físicamente él ya no puede más, porque lo han estado torturando durante once años.

Octavio Fraga: El caso Assange todavía tiene espacio para recurso, para seguir litigando su no extradición, ¿te aventurarías a pronosticar lo que va a pasar en los próximos meses? Sabemos que será un proceso dilatado.

Juan Passarelli: Sus abogados dijeron que iban a apelar a la Corte Suprema, esta es una apelación que esta instancia puede decidir tomar o no, y también dieron indicaciones que harán una segunda apelación a la Alta Corte para algunos temas que no se tocaron en la apelación estadounidense, que son la libertad de prensa, la obvia naturaleza política de los cargos y del caso en sí. Cabe señalar que en el tratado de extradición firmado entre los Estados Unidos y Reino Unido se prohíbe una extradición por causas políticas, y algunos otros temas de ese tipo. Entonces habrán dos cursos que creo se estarán tomando simultáneamente. En la Corte Suprema no se argumenta el caso, sino si hubo ilegalidades o no, y eso será interesante de ver.

Después hay un último recurso cuando se exhaustan los recursos nacionales, que es la Corte Europea de los derechos humanos. Es seguro que Julian seguirá sufriendo en la cárcel por cargos políticos por algún tiempo innecesario más.

Octavio Fraga: ¿Esta amenaza de Washington contra el periodismo de investigación, cómo lo interpretas? ¿Cómo dibujarías el futuro del periodismo que tú desarrollas como profesional de los medios?

Juan Passarelli: Este es el caso más importante que tenemos de libertad de expresión en la historia moderna, que el país más poderoso del mundo decida por primera vez en su historia darle cargos de espionaje a un periodista por lo mismo que hizo The New York Times, el The Guardian, El País, Le Monde, es algo inaudito. Sienta un precedente de que no nos podremos escapar. Los abogados de cada uno de estos periódicos estarán entonces mucho más atentos a los posibles reportajes de un nuevo Chelsea Manning, un nuevo Edward Snowden. Y esos abogados pondrán presión para que no se libere más información. Entonces veremos una autocensura como primer nivel, y si hay otra de estas grandes filtraciones, puede que también se persiga a los periodistas de estos medios.

Octavio Fraga: Y además, el que quiera aportar un testimonio revelador, necesario, de bien público, se lo pensará. Te pregunto.

Juan Passarelli: Eso es evidente. Hemos visto que desde la época de Obama se incrementó drásticamente el uso de la Ley de Espionaje contra periodistas, contra esta gente que decide liberar en bien común y en bien de la población, información que es de carácter criminal respecto al comportamiento de gobiernos e instituciones. Obama puso a más gente detrás de barras por liberar información a través de esta Acta de Espionaje, a más gente que todos los presidentes anteriores juntos. Lo hemos seguido viendo con Trump, y ahora otra vez con Biden.

Hablan mucho de la protección a los periodistas, y lo estamos viendo constantemente, incluso en esta Cumbre que hubo recientemente. No están realmente haciendo lo que están diciendo, son palabras vacías, y lo que estamos viendo es que a los propios disidentes que ellos tienen los están tratando con normas que son realmente abusivas y que llegan a ser consideradas como tortura, como en el caso de Julian. Esto no lo digo yo, lo dice el Relator Internacional de la Tortura de las Naciones Unidas, Nils Melzer.

Octavio Fraga: Discúlpame que me vaya un poco del tema. Si nos ubicamos en la invasión a Irak perpetrada por los Estados Unidos, el operador de cámara español José Couso fue asesinado por tres oficiales de las fuerzas armadas de este país, y nunca han sido juzgados en tribunal alguno, y fue un asesinato en toda regla.

Juan Passarelli: De hecho, ninguno de los tantos crímenes que se revelaron en las filtraciones de Wikileaks en 2010 y 2011 con respecto a la guerra de Irak, la guerra de Afganistán, o la base naval de Guantánamo, han sido procesados. El caso de la inaudita tortura de Jalid El-Masri, un ciudadano alemán que fue confundido con un supuesto terrorista, y miles de otros casos de tortura, ejecuciones extrajudiciales, etcétera. Todos estos criminales de guerra no han sido juzgados, no hay ni siquiera un proceso abierto en contra de ellos. Pero la persona que reveló estos crímenes, está amenazada de pasar ciento setenta y cinco años detrás de las barras.

Octavio Fraga: Al principio tocaste un tema que se impone abordar. Me refiero a la revelación de que la CIA pretendía secuestrar y asesinar a Assange en la embajada de Ecuador en Londres ¿Cuál es tu interpretación sobre eso? ¿Es ira, venganza, miedo a que se conozca la verdad? ¿Qué es?

Juan Passarelli: Bueno, sabemos que la CIA fue humillada fuertemente al levantarse las revelaciones sobre Vault 7, donde se mostró su armamento digital. Algunas de las armas que poseían tenían la posibilidad de prender y apagar cámaras, prender y apagar micrófonos de móviles y de ordenadores, también una herramienta que a mí me pareció muy interesante y que fue poco reportada: podían hackear automóviles modernos e incluso presionar el acelerador o los frenos, y uno se puede imaginar para qué quisieran hacer eso ¿verdad?, sabiendo que la CIA tiene un gran historial de asesinatos extrajudiciales. De esa forma, también planearon el secuestro de Julian y el asesinato dentro de la embajada ecuatoriana; tenemos suficiente evidencia para saber que esto es real, incluyendo testimonios de treinta ex-funcionarios de la CIA. Un caso que se está llevando a cabo ahorita en España, en donde los contratistas de seguridad que cuidaban la embajada estaban, según trabajadores de la empresa, trabajando para la CIA, mandando videos, mandando audio de micrófonos ocultos directamente a la CIA por años. Desde al menos el 2016, sabemos que hubo trato con ellos y se tenía guardada información. De 2014 es la información más vieja que he visto. Entonces casi todo el tiempo que estuvo Julian ahí estuvo espiado, y el espionaje subió de una manera increíble hasta el 2018, cuando realmente era inaguantable, así como también las condiciones que se le comenzaron a imponer dentro de la embajada. Él no podía casi salir de su cuarto, tenía a un embajador y a unos guardias de seguridad que le imponían reglas arbitrarias. Le quitaron el internet, y cualquier pequeña cosa que él pudiera hacer podía ser tomada en su contra como excusa para sacarlo, que fue lo que eventualmente hicieron. Invitaron a un tercer país a arrestarlo para extraditarlo al país del cual ellos lo estaban protegiendo. Es realmente una desgracia el gobierno de Lenin Moreno para Ecuador, un país que ha sido aliado con un pueblo realmente admirable, que tomaron la decisión de protegerlo. Sus élites fueron vendidas, así como la cabeza de Julian, por tres millones de dólares del Fondo Monetario Internacional.

OCTAVIO FRAGA: En el 2012 el cineasta estadounidense Oliver Stone afirmó en el Festival de Cine de San Sebastián que el ex presidente del gobierno José María Aznar debía ser juzgado por el Tribunal de la Haya por su complicidad con George W. Bush en la invasión de Irak. Yo agregaría al ex Primer Ministro del Reino Unido Tony Blair. ¿Cuál es la paradoja de esta legítima demanda aun no cumplida puesta en el contexto del caso Assange?

Juan Passarelli: Lo que es muy importante ver es el papel que juegan los medios en la forma, en la desinformación, y en contribuir con lo que es claramente una guerra psicológica que originan departamentos de inteligencia del Pentágono, del MI-6, entre otras agencias. Hubo un ataque en 2010 cuando Wikileaks comenzó a lanzar los papeles de Afganistán, y luego los de Irak, y luego otra vez con los cablegate, con los cables diplomáticos, que decía: “Wikileaks podría tener sangre en sus manos”, los medios quitaron el podría y dijeron: “Wikileaks tiene sangre en sus manos”.

Lo que Wikileaks reveló fueron quince mil muertes nuevas de civiles en esa guerra, la gente que estaba causando esas muertes: el presidente George Bush, Tony Blair, y todos esos operadores de guerra, quienes fueron realmente lastimados por estas filtraciones y citados con nombres y apellidos. Por eso es que es una gran amenaza para los Estados Unidos y otros países que siguen promoviendo la guerra como un método para incrementar sus capacidades económicas y seguir robando los recursos naturales de otros países soberanos. Esto es algo muy importante, el papel de los medios en desinformar a la población sobre quiénes son realmente los que cometen los homicidios en estas guerras.

Alguien que liberó información sobre crímenes, sobre tortura, sobre cómo a una niña de seis años la torturaron hasta la muerte con un taladro en la cabeza, sobre cómo ejecutaron a sangre fría a una familia iraquí, en donde había dos abuelos, una abuela y dos o tres personas adultas, incluyendo dos mujeres y cinco niños, uno de ellos de seis meses, que fueron literalmente ejecutados después de haber sido esposados. Y luego, los Estados Unidos mandó a tirar una bomba en la casa para eliminar la evidencia. Esa es la información que Wikileaks liberó. Wikileaks nunca puso a nadie en peligro, fueron los estados los que estaban asesinando a millones de gente durante los últimos veinte años de la supuesta guerra contra el terrorismo, son millones de muertos, el ochenta por ciento civiles, y decenas de millones de personas migrantes que han sido afectadas por estos conflictos.

Los medios realmente han mordido el anzuelo que le han puesto los gobiernos y no los han cuestionado, por lo cual, como dice Julian, son complicitos en estas guerras, porque su trabajo es enseñarle a la población lo que está haciendo realmente el estado por el cual ellos votaron, y lo que hemos visto en general es que estos medios son complicitos en desinformar a la población para promover guerras.

OCTAVIO FRAGA: El Tribunal Superior de Justicia de Londres anunciaba la autorización para extraditar a Assange hacia los EE.UU. el mismo día que el gobierno de Biden hacia pública la iniciativa de destinar 30 millones de dólares para: “fomentar la independencia, el desarrollo y la sostenibilidad de los medios independientes”. ¿Tienes idea de a cuales medios se refiere esta iniciativa? ¿No te parece un chiste de mal gusto este anuncio?

Juan Passarelli: Pues me parece un chiste que los medios decidieron reportar eso sin darle ningún contrapeso a lo que estaban diciendo. En parte, el trabajo del gobierno es hacer pensar, un gobierno partidista, hacer pensar a la población lo que ellos quieren transmitir. El trabajo de la prensa es desmentir cuando ellos están hablando barrabasadas como esas ¿Treinta millones para apoyar a periodistas de dónde? Periodistas disidentes de regímenes contra los que ellos están en contra; periodistas probablemente de Rusia, de China, de Venezuela, y otros enemigos de los Estados Unidos. Pero los disidentes del occidente, los disidentes de los Estados Unidos, los disidentes en Inglaterra y en Europa, a ellos los persiguen, y los persiguen con las mismas técnicas crueles de los peores dictadores de la historia. Entonces es realmente risible ese tipo de propaganda, pero es más risible, es más espeluznante, que los medios no le den ese contrapeso necesario para que la población entienda esto.

Octavio Fraga: Desde tu perspectiva esa noticia no ha tenido un enfoque crítico de los medios ¿Esa es la mirada que tú le das a esa noticia?

Juan Passarelli: Ni esa ni la mayor cantidad de decisiones más importantes que han tomado los gobiernos del occidente en los últimos sesenta años.

Hay algo que te quería comentar y lo he tenido en mente desde que comenzamos a conversar. Wikileaks ha hecho las revelaciones más importantes de la era moderna,  con excepción tal vez de las de Snowden y algunas como los Panamá Papers, que realmente no han tenido el impacto que deberían. Porque se han liberado alrededor del tres al cinco por ciento de todos los documentos que tienen, y esto es porque los periodistas que trabajan en eso tienen en esos papeles, tienen esta filosofía que a mí me parece detestable, de que ellos saben lo que la población debe de saber, en vez de dar el material al público y entender que realmente ellos tienen una comprensión muy limitada de cómo funciona el mundo, y de que la población en general debería poder educarse con este tipo de material.

Cuando comenzó la guerra de Irak los grandes medios como CNN, NCBC, BBC y otros que estuvieron reportando estos acontecimientos, tenían como deber reportar que no había armas de destrucción masiva. Lo que hicieron fue, simplemente, ser portavoces de estos gobernantes que pretendían iniciar una guerra pensada para responder a sus propios intereses. Esto se ve en la guerra muy claramente, pero se ve en todas las decisiones que son reportadas, la COVID, cualquier tema. Si ves las noticias del día a día, realmente lo que tienes que pensar —especialmente en televisión— es qué de todo lo que te están diciendo es verdad, no al revés.

Octavio Fraga: Juan, me lo comentaste al principio, pero quiero señalarlo. Me refiero a que Assange, en plena audiencia, tuvo un derrame cerebral, lo cual es una evidencia de su deterioro físico como persona recluida ¿De qué prisma están hechos los jueces del Reino Unido? ¿Qué mirada tienen ellos para aún así justificar la extradición hacia Estados Unidos? Tenemos el ejemplo de la Base Naval de Guantánamo, asentada en nuestro país contra de la voluntad del pueblo cubano, donde sabemos que se torturó, se humilló a muchas personas, y aun así aprueban su extradición.

Juan Passarelli: Mira, la primera juez tuvo la moral de decidir, al menos, no extraditarlo por salud. El caso es cien por ciento político, hasta un niño lo puede ver. Nils Melzer, el Relator de la Tortura de la ONU, no sólo ha hecho declaraciones diciendo que Julian está siendo torturado en la prisión británica en donde está, que por cierto, le dicen el British Guantánamo, sino que también ha declarado que no hay forma de que en el Reino Unido ni en los Estados Unidos Julian reciba un juicio justo, por alguna razón este caso está fuera de control del aparato judicial. Pareciera como que las carreras de esta gente están tan apegadas a cómo funciona el sistema político estadounidense y británico que no hay voluntad para ser independientes, por eso estamos dependiendo —casi de manera exclusiva— del público y de una presión política de la población y de los periódicos.

The Guardian, un periódico que ha sido crítico de Assange, también un periódico al cual Julian le dio las más grandes revelaciones de la historia, tanto diplomáticas como militarmente, publicó por segunda vez un editorial que dice que no, que están extremadamente en contra, unilateralmente en contra de una extradición, que lo que se está cometiendo es un abuso de los derechos humanos y la libertad de prensa sin precedentes, y que debe ser liberado inmediatamente.

Vuelvo y te repito: ¿cómo un juez, en este caso dos, deciden enviar a una persona al país que planificó su homicidio? Esto es ridículo, hay una excepción para cada norma, y se llama Assange. En este caso hemos visto el caso amañado en cada parte de los once años que lleva luchando por su libertad, algo de corrupción; en cada pedacito ha habido movidas políticas para tratar de alargar el caso y de dejarlo en prisión el mayor tiempo posible, tanto que muchos expertos lo llaman: punishment by process. Es una forma de lastimarlo con el proceso antes de que sea procesado injustamente.

Octavio Fraga: Cierro este dialogo con una pregunta sobre alguien que conoces muy bien, que es muy cercano a ti. Se trata de John Pilger, el cineasta y periodista australiano radicado en el Reino Unido, que fue parte de los testimoniantes de tu documental, y además, activo defensor de la causa por la liberación de Assange. Te pregunto, ¿cuál es la implicación del gremio de cineastas del Reino Unido con el caso Assange, y en qué medida crees que pueda tener un peso el gremio de los artistas, de los periodistas, de los intelectuales, en torno a la liberación de Assange?

Juan Passarelli: Pues tenemos mucha gente detrás. Creo que del lado de los cineastas, y cuando hablo de cineastas me refiero más a los documentalistas que a los de ficción. Porque pareciera que la ficción está viviendo también una ficción en la vida diaria, donde las películas que salen de Hollywood y de otros lados, apoyan a la guerra y a los departamentos de inteligencia.

Vemos un gran apoyo para Julian en muchísimos gremios, en gremios de derechos humanos, en gremios de leyes, hasta hay un grupo que se llama Doctores por Assange, y los cineastas no son excepción, gente como John Pilger han sido luchadores durante una década por la libertad de Julian. Él hizo una película que se llama La guerra que usted no ve, en la cual enseña a Wikileaks como una de las soluciones para el siglo xxi ya que hay una complicidad, como te hablé antes, entre los medios y los estados del occidente para difundir al público información que no es verdadera.

Octavio Fraga: Bueno, muchas gracias a Juan por tus palabras. Por sus testimonios y valoraciones, y bueno, que tengas un estupendo día.

Juan Passarelli: Hasta la victoria siempre, mis amigos cubanos.

Octavio Fraga: Gracias, un abrazo para ti en nombre de la Unión de Periodistas de Cuba.

Juan Passarelli: Un abrazo.
 

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