Gerardo Moyá Noguera*.- El año 2023 será para Cuba un buen año, en primer lugar porque la intensidad política de los países que apoyan y dan soporte a Cuba es cada vez mayor y segundo porque el gobierno cubano con el ciudadano Díaz-Canel al frente, seguirá transformando todo lo que debe ser transformado con la ayuda del pueblo y por supuesto reforzando, aún más, el socialismo y la Revolución cubana.
Tampoco es menos cierto que las necesidades habidas en la isla en estos preciosos momentos a causa, no solo del criminal bloqueo, sino también debido a otros factores climatológicos, como por ejemplo, el huracán Ian, son consecuencia inevitable de los países expuestos a esta clase de climatología. El cubano seguirá en esta senda, la senda de la resistencia por y para conseguir un mundo mejor y más habitable. Precisamente hoy mismo he recibido la noticia del nuevo cónsul de Cuba en Barcelona, lo que manifiesta, una vez más, que los cargos institucionales no son para toda la vida, como aquí en Europa. La permanencia en los cargos hace que nuestros políticos se instalen permanentemente en sus sillones y se conviertan en casta, ligados todos por la necesidad de mantenerse en una ocupación privilegiada y no como en Cuba. Los privilegios los tiene el pueblo cubano y no el gobierno.