La conocida como “cucaracha rubia”, efectivamente de color amarillo, (Blattella germánica), es un carroñero, solo se da en lugares que se encuentran desechos biológicos y basura, transportan microorganismos dañinos en sus patas y cuerpos, y pueden causar alergias y lesiones cutáneas.


El habitante de las “tinieblas del infierno”, -lugar físico del mal y en el que no cabe la moral, según religiones y civilizaciones- conocido por el sobrenombre de “Estado profundo”, nos enseña sus labios naranja y una garra articulada saliendo de la ciénaga, con cinco uñas largas y curvas que chorrean descompuestos malolientes, la uña de las armas, la del dinero, la de la propaganda, la de la extorsión política y la de los derechos.

Con las uñas romas del pulgar y del índice cogió una cucaracha amarilla que se le subía por la barba larga escurrida de baba verde y caqui, una cucaracha rubia criada en su Estado Basura, y separando los labios un tanto y llevándolos hacia atrás delicadamente, se vieron los colmillos abundados de eso que llena el lugar que habita, y se metió al carroñero tras ellos.

La boca del monstruo entreabierta dejaba salir una llama que alumbró a la cucaracha pareciendo haberse encendido para dejar ver sus patas de serrucho y sus antenas.

Se vio como la lengua fuegueada le dio la vuelta y la colocó en dirección de salida. Se cerraron las compuertas labiales. Se inflaron los carrillos más y más, y mofletudo disparó su escupitajo bala haciendo un ruido de golpe ¡trump!, ... la cucarrubia.

De esa cucaracha rubia hay un resultado, con el escupitajo que ha tirado la boca del infierno el repugnante bicho se ha pegado contra el suelo, se ha sacudido como para colocarse, y ha levantado su trasero para soltar un gusano martillo, martillo, sí, martillo que es como se traduce Hammer, hijo de tanta podredumbre como de la que sale la cucaracha amarilla.

Ese gusano morirá, como esta sentenciado por la ciencia, en el fuego de ese lugar físico del mal y en el que no cabe la moral, según religiones y civilizaciones, como la cucaracha rubia que se mete en la boca el monstruo de la garra de las cinco uñas largas y curvas, chorreantes de descompuestos malolientes que atufan y ensucian al mundo, y el mundo debe limpiar.

 

Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Presidente de AMANE. Miembro de la Asociación Europea de Apoyo a los Detenidos Palestinos. Miembro de la Red de Artistas, Intelectuales y Comunicadores Solidarios con Nicaragua y el FSLN. Colaborador del canal Antiimperialistas.com, de la Red en Defensa de la Humanidad.

 

 

 

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