

Quedaron heridos, pero vivos, tras un bombardeo del ejército sionista. Dos criaturas salvajemente maltratadas por el genocida Estado de Israel. Aterradas por la dura experiencia vivida, que lamentablemente aún continuará haciéndoles sufrir, demuestran ser portadores de la humanidad que nunca han tenido ni tendrán sus verdugos.

Fue en el Congreso de la Liga de los Comunistas, celebrado en Londres, en noviembre de 1847, cuando se encomendó a Karl Marx y a Friedrich Engels la elaboración de un programa del Partido. A la tarea se pusieron ambos filósofos alemanes exiliados, y lo hicieron como con todo lo que hacían: con gran devoción, además de eficacia.

El 11 de febrero de 1990, hace 35 años, Nelson Mandela (Madiba) fue puesto en libertad de la prisión de Víctor Verster, donde estaba preso.

El 7 de diciembre es una fecha que nunca pasará desapercibida para el pueblo de Cuba. Ese mismo día, pero de 1896, cayó combatiendo en San Pedro, Punta Brava, el Lugarteniente General del Ejército Libertador Antonio Maceo Grajales y su ayudante, el capitán Panchito Gómez Toro, hijo del General mambí Máximo Gómez. Treinta y ocho años después y en la misma ciudad que el Titán de Bronce —Santiago de Cuba— nacía Frank Isaac País García, destacado luchador clandestino contra la tiranía batistiana. Y el 7 de diciembre de 1989, hace ya 30 años y 123 después del primer hecho aludido en este escrito, culminó en toda Cuba la Operación Tributo.

A Cuba siempre se le ha señalado la existencia de partido único, como si este fuera un hecho antidemocrático. Quienes esto piensan, están equivocados o, simplemente, son enemigos de la Revolución socialista. Cabe subrayar que, en Cuba, antes del primero de enero de 1959 había 14 partidos; como sabrán, de democracia nada de nada.

Resulta llamativo, aunque no sorprendente, cómo las elecciones para elegir al próximo jefe del imperialismo mundial o, dicho de otra manera, inquilino/a de la Casa Blanca provoca tanto seguimiento mediático en todo el mundo.

No es nada nuevo. Cuba revolucionaria no ha tenido ni un solo segundo de tregua por parte de los diferentes (aunque iguales) inquilinos de la Casa Blanca. El motivo de sus furibundos ataques (fundamentalmente en forma de bloqueo o guerra económica) siempre ha sido el mismo: borrar el ejemplo que, sin pretenderlo, Cuba representa para los pueblos sojuzgados del mundo.