Abel Padrón Padilla, Deny Extremera San Martín (Foto: Abel Padrón Padilla) - Cubadebate.- Alberto Navarro, embajador de la UE en Cuba: “Son las Naciones Unidas las que tienen que liderar ahora a nivel global el intercambio de experiencias e información. Esta es una pandemia de la que vamos a salir, como de otras que ha sufrido la humanidad, pero tenemos que enfrentarla juntos, que es como podremos vencerla”.


El Día de Europa, que se celebra cada 9 de mayo desde 1985, transcurre este año bajo el signo de la COVID–19 y su impacto no solo en los sistemas sanitarios, sino en economías, sociedades y las vidas de millones de personas en todo el planeta.

Sobre la celebración, Cubadebate conversó con el embajador de la Unión Europea en La Habana, Alberto Navarro, diplomático de larga experiencia en el servicio exterior de España y en mecanismos de la UE, en un diálogo que se extendió a los retos que encara el bloque, sus relaciones con Cuba y la política estadounidense de sanciones en una época en que es más clara que nunca la necesidad de la cooperación en el planeta, entre otros temas.

Para Navarro, la celebración de este año es muy especial, “por la pandemia, y porque estamos cumpliendo 70 años de la Declaración de Schuman, el ministro de Asuntos Exteriores francés, que en 1950 fue el punto de inicio del proyecto de integración europeo, uno de los más avanzados que hay en la historia de la humanidad. No se puede encontrar nada comparable con este proyecto.

“Europa es un continente con una historia de guerras; de hecho, las guerras mundiales son guerras europeas que luego las exportamos al resto del mundo y acabamos llamándolas mundiales. A partir de la Declaración Schuman, por primera vez, los países europeos, básicamente Francia y Alemania, estaban impulsando la construcción de la paz y de un proyecto de integración política, económica, social, que se ha hecho a base de crisis”, comenta el diplomático al inicio de la conversación.

Embajador, la web oficial de la Unión Europea señala que en este Día de Europa sus instituciones “quieren rendir homenaje, a través de numerosas actividades online, a los muchos europeos que desde un espíritu de solidaridad contribuyen a que se supere la crisis del coronavirus”. Es una celebración en medio de las medidas de distanciamiento social y las restricciones por el enfrentamiento a la pandemia. Hay también una voluntad de emplear la fecha para “hablar del futuro luego de la COVID–19”, lo cual implica una reflexión sobre las experiencias que va dejando esta crisis.

–Con la COVID–19, en un primer momento reaccionan los Estados. La salud pública no es competencia de la Unión Europea y las primeras respuestas son a nivel nacional; sin embargo, ya estamos viendo cómo regresa Europa y cómo el pasado 4 de mayo la Conferencia Mundial de Donantes para la Respuesta a la COVID-19 ha sido convocada por la UE.

“Se han recaudado 7 400 millones de euros, muy cerca del objetivo de los 7 500 millones, un poco más de 8 000 millones de dólares al tipo de cambio actual, y la UE va a contribuir con 1 000 millones de euros a la Organización Mundial de la Salud.

“Son las Naciones Unidas las que tienen que liderar ahora a nivel global el intercambio de experiencias e información. Esta es una pandemia de la que vamos a salir, como de otras que ha sufrido la humanidad, pero tenemos que enfrentarla juntos, que es como podremos vencerla. Habrá que trabajar juntos para encontrar medicamentos y una vacuna que sea de alcance universal, que nos permita dejar atrás esta etapa que tristemente estamos viviendo.

“Estamos aprendiendo todos, y todos los días. Estamos compartiendo información, manejando todo de forma virtual, a través de las nuevas aplicaciones. En La Habana, por ejemplo, nos reuníamos todos los representantes de los países miembros periódicamente en la sede de la Delegación de la UE: los embajadores, los segundos, los consejeros económicos y comerciales, los de cooperación, los culturales, los cónsules… Ahora lo hacemos todo virtual, todos los que están acreditados aquí pero también los que están acreditados desde otros países, que por primera vez están participando en esas reuniones. Yo sostengo intercambios virtuales con todos mis colegas de las Américas para revisar, por ejemplo, las cifras de turistas varados, que ha sido la primera prioridad: coordinar la salida de esos viajeros que estaban en varios países cuando se cerraron los aeropuertos y espacios aéreos.

“Estamos aprendiendo todos los días, con más comunicación virtual, tratando de ver las formas de enfrentar esta pandemia, pues no hay nadie que tenga una solución mágica. Estamos compartiendo recursos para investigar y avanzar en el logro de medicamentos y una vacuna”.

Pasaron siete décadas de la Declaración Schuman, que dio paso a la primera comunidad europea, la del Carbón y el Acero, y al inicio del proyecto de integración europeo, que desembocó en la creación de la UE en 1993. ¿Cuáles han sido los principales logros de la Unión Europea desde entonces?

–Para mí, el primer logro es, sin dudas, la paz. Por primera vez en este espacio europeo hemos vivido 70 años de paz. Luego, lo que viene con la estabilidad política, que es la estabilidad económica, y los derechos que disfrutamos como europeos, que muchas veces no valoramos suficientemente.

“Yo, como español, tengo derechos que me otorga la Constitución española, pero tengo otros como europeo que no me los da España, entre ellos el de circular libremente por el espacio europeo, vivir y trabajar legalmente en otro país… El espacio Schengen es un espacio de libertad. Está el euro, la moneda que comparten 21 Estados miembros y 400 millones de europeos, que es hoy una moneda referencial en el mundo y cada día se utiliza más mientras otras van bajando porcentualmente en su utilización, o el programa Erasmus, al que se dedican más de 14 000 millones de euros cada año, y que tiene un componente exterior, el Erasmus+, que en el caso de Cuba permite que estudiantes, profesores y universidades del país participen en proyectos de investigación o viajen a Europa para completar su formación académica.

“Muy pocos españoles saben que más del 70% del AVE (Alta Velocidad Española) se ha financiado con fondos europeos, y España es posiblemente el país del mundo, luego de China, con más kilómetros de alta velocidad, el único en que circulan las tres altas velocidades: la alemana, con Siemens; la francesa, con Alstom, y la hispano–canadiense, con Talgo y Bombardier. Tenemos ya la mitad de las capitales españolas conectadas por alta velocidad. Sin los fondos europeos, no hubiera sido posible.

“No hay institución multilateral más acabada, más desarrollada en el mundo, que la Unión Europea. Otros proyectos que avanzan de alguna manera, se han inspirado en el proyecto europeo”.

“España, en definitiva, es un ejemplo de solidaridad. Hemos recibido casi el 1% de nuestro PIB anual en fondos europeos; ahora nos toca compartirlos con los nuevos miembros de Europa central y oriental, pero al final ganamos todos, porque no son solo fondos para los españoles, es un gran mercado que genera prosperidad. Al final, el europeo es un ejercicio donde los aspectos positivos son muchísimo mayores que los negativos. El Brexit, que estamos viviendo ahora y está dividiendo a la sociedad británica, es lo contrario: por primera vez sale un país del proyecto europeo (en 1985 se dio la salida de Groenlandia, con unos 60 000 habitantes, pero eso no es significativo).

“El Brexit es un ejercicio en el que todos pierden; va a perder mucho más el Reino Unido, pues la mitad de su comercio es con los 27 Estados miembros y como país representa el 10% del comercio exterior del bloque. Pero perdemos todos. Yo, como europeo, lo lamento; hay que respetar la decisión de los británicos, pero creo que es negativa para todos. Algunos critican y dicen ‘se pierde soberanía’, pero no, se gana, porque se comparte la soberanía. ¿Qué soberanía pierde España? Al contrario, al estar en el espacio europeo puede ofrecer a países en América Latina y otros de su vecindad perspectivas y posibilidades que no podría ofrecer si estuviera por su cuenta.

“Creo que debemos conseguir el mejor acuerdo posible para la salida del Reino Unido, ya que no ha escogido el pueblo británico seguir en esta aventura de la integración europea. Yo soy de los que piensa que el Reino Unido volverá. Es un gran país, y lo queremos y lo necesitamos en Europa. Las negociaciones siguen adelante de manera virtual. El negociador europeo, Michel Barnier, ha estado de baja por dar positivo al coronavirus. Necesitamos que se limiten al máximo los aspectos negativos del Brexit, y que no se escuden los negociadores en la actual crisis por la pandemia para no alcanzar ese acuerdo necesario.

“Por el momento, hasta el 31 de diciembre, al Reino Unido sigue aplicándosele el derecho comunitario, la jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia, y no hay ningún cambio táctico para los ciudadanos. Esperamos que concluyan las negociaciones antes del 30 de junio. Si no, el Gobierno británico tiene la posibilidad de que se prorrogue durante uno o dos años más, hasta diciembre de 2022, la situación actual, en la que ese país –aunque no participa en las instituciones– sigue, a todos los efectos, como si fuera un Estado miembro en términos de mercado interior y jurisdicción”.

“Realmente, Europa se ha construido con las crisis. Tuvimos la ‘crisis de la silla vacía’ (1965), cuando Francia decidió abandonar el Consejo por un tema de precios agrícolas. Más recientemente está la salida del Reino Unido, con el Brexit... Las crisis, como pasa también a nivel humano, familiar, personal, fortalecen, porque se aprenden lecciones, se sale de ellas más fuerte, y creo que Europa va a salir más reforzada de esta crisis”.

Con el diálogo Cuba-UE hemos construido confianza

“Hasta ahora, apreciamos que Cuba está gestionando razonablemente bien la situación. Ha sido positivo el ejercicio de transparencia que está habiendo con la COVID–19”, dijo el embajador de la UE. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

En 2020 se cumplen, además, 63 años de los Tratados de Roma (establecieron la Comunidad Europea de la Energía Atómica y la Comunidad Económica Europea), que mucho más tarde, junto a la Comunidad Europea del Carbón y el Acero, darían lugar a la Unión Europea desde el Tratado de Maastricht (1993).

Pero, además –recuerda Navarro–, “cumplimos cinco años de la visita del canciller Bruno Rodríguez a Bruselas (2015), su encuentro con Federica Mogherini, entonces alta representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridady de la decisión de poner en marcha un diálogo sobre derechos humanos y paralelamente negociar un acuerdo de diálogo político y cooperación entre la UE y Cuba”.

La visita del canciller cubano a Bruselas permitió que el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación fuera firmado en diciembre de 2016 y “se pusiera fin a la posición común que lamentablemente había tenido congeladas durante 20 años las relaciones entre Cuba y la Unión Europea y sus Estados miembros.

“Desde entonces hemos mantenido un diálogo político y una cooperación que han ido reforzándose y creciendo sobre la base del respeto mutuo y la confianza. Creo que lo más importante que hemos logrado en estos años es la creación de confianza; podemos ir hablando, cada vez con más confianza, y de esa manera podemos hablar de todo”, afirma el embajador de la UE en la Isla.

En septiembre de 2019 sesionó en La Habana el segundo Consejo Conjunto entre Cuba y la Unión Europea, y luego han sesionado rondas de diálogo sobre derechos humanosmedidas coercitivas unilaterales y cooperación energética. ¿Cómo marcha el proceso de diálogo entre las dos partes?

–Hoy en día mantenemos cinco diálogos políticos (en derechos humanos, desarrollo sostenible, armas de destrucción masiva, tráfico de armas ligeras y medidas coercitivas unilaterales) y tres diálogos sectoriales: energía, agricultura y cambio climático. Esto nos ha permitido ir creando esa relación de confianza y celebrar dos consejos de ministros (uno en Bruselas, hace dos años, y otro en La Habana en septiembre de 2019, ambos presididos por Federica Mogherini y Bruno Rodríguez).

“Espero que en los próximos meses tengamos el tercer consejo de ministros, con el nuevo alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, que conoce bien Cuba, que ha estado en la Isla en varias visitas como ministro de Asuntos Exteriores de España y en otras funciones, y podamos seguir construyendo y reforzando la cooperación entre Cuba y Europa.

¿Ha influido esa nueva etapa en la cooperación bilateral?

–Además de esos diálogos, hemos triplicado la cooperación. Hace 20 años, yo era director de la Oficina Humanitaria de la Comunidad Europea (ECHO). Recuerdo una visita que hice a Cuba en pleno Periodo especial, una etapa de muchas carencias. Entonces la Oficina Humanitaria impulsó un programa de ayuda de 20 millones de euros y en 2003 se decidió abrir una oficina pequeña, el embrión de lo que es hoy la Delegación de la UE.

“Desde entonces teníamos ayuda humanitaria y comenzó alguna cooperación en 2008, tras la visita del comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel, que siguió a una visita del ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quien empezó a promover alguna cooperación aun en el marco de aquella posición común tan desafortunada. Pero es con esta nueva fase que se abrió hace cinco años, cuando hemos empezado a cooperar con mayor fuerza en el sector de la agricultura sostenible –el sector número uno para nosotros en Cuba– y el de las energías sostenibles, y en el acompañamiento de la modernización económica con un programa de intercambio de expertos.

“Hace unos meses hemos iniciado un proyecto en el ámbito cultural, la rehabilitación del Convento de Santa Clara, en La Habana Vieja, donde se creará un centro de formación para jóvenes de todo el Caribe, y también apoyamos a la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños y a la Universidad de las Artes (ISA).

“En estos momentos, a raíz de la pandemia, estamos reprogramando parte de la ayuda, que se ha más que triplicado –se puede evaluar en unos 120 millones de euros, hace 30 años estaba en torno a los 30 millones–, y espero que en breve podamos anunciar importantes ayudas, incluida una subvención de cinco millones de euros que se está estudiando para acompañar un préstamo de la Agencia Francesa para el Desarrollo que iría al Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí para la compra de ventiladores mecánicos, equipos de protección individual, retrovirales y refuerzo de los laboratorios. Está también en estudio, a través de la OPS, la donación de una importante cantidad de medicamentos, tanto dedicados a tratar a pacientes de COVID–19 como de otro tipo para las farmacias cubanas.

“Hemos multiplicado la cooperación, hemos multiplicado el diálogo, y espero que en los próximos meses y años sigamos por la senda de crear más confianza, más cooperación, y hacer cosas juntos. Hoy en día la cooperación se hace aprovechando las fortalezas del otro, y Cuba tiene grandes fortalezas. La Unión Europea tiene una fortaleza, la financiera, económica; Cuba tiene una fortaleza que son sus recursos humanos, aún puede aprovechar mucho más el potencial de creatividad que tiene.

“Hay grandes recursos humanos en el área de la salud. Ahí están las más de 20 brigadas que en estos momentos tiene Cuba combatiendo la COVID–19 en otros tantos países, que se suman a las 52 que ya existen. Esa es una fortaleza cubana. Cuando pasen unos años y se hable de la COVID–19, habrá una pequeña nota donde se mencionará ese esfuerzo de solidaridad de una isla de poco más de 10 millones de habitantes que es capaz de enviar médicos y enfermeros a tantas naciones. Eso es algo que no tiene parangón”.

Espero que salgamos fortalecidos de esta pandemia, con una nueva normalidad en la cual podamos hallar juntos maneras de cooperar en el ámbito digital, en la lucha contra el cambio climático, las dos grandes prioridades de Europa en el mundo, y que son las dos nuevas prioridades que queremos añadir en nuestra cooperación con Cuba, que estamos reprogramando.

Las sanciones a Cuba son ilegales, e inmorales en el contexto actual

“En el caso de Cuba, siempre hemos denunciado la imposición de sanciones que consideramos contrarias al derecho internacional”. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

Para eso tengo dos palabras: gratitud y admiración”, dice Alberto Navarro cuando le pido su apreciación, como embajador de la UE, sobre la presencia de dos brigadas médicas cubanas en Italia para asistir en el enfrentamiento a la COVID–19.

“En Andorra, aunque no es miembro de la UE pero utiliza el euro, hay otra brigada. Y en el caso de Francia, en los Territorios de Ultramar, que son parte de la UE (Martinica, Guadalupe y la Guayana Francesa), se está gestionando en estos momentos el envío de brigadas médicas cubanas. No sé si en el caso de San Martín y Curazao se va a concretar también, pero sé que se está hablando también con el Reino de los Países Bajos”.

Es difícil la situación mundial, hay zozobra y problemas económicos y sociales concretos y complejos, en un escenario de incertidumbre. Se llama a la cooperación, al cese de guerras y sanciones, pero se mantiene la hostilidad contra Cuba, que en contraste colabora con otros países.

–Se han mantenido las sanciones y sigue habiendo demandas. La última ha sido el 17 de abril, contra Teck Resources, la tercera empresa canadiense contra la que hay una demanda con base en el Título III de la Helms–Burton, luego de su activación en mayo de 2019. Desde entonces tenemos 25 casos activos, de los cuales siete afectan a seis empresas europeas: una es Trivago, en Alemania, filial de Expedia; otra es Booking.com Holanda, filial para Europa de Booking.com; la tercera es Pernord Ricard, que comercializa el ron Havana Club; la cuarta es el banco francés Société Générale; la quinta es BBVA, banco español, y la sexta es la cadena de hoteles Iberostar. Hubo contra Meliá, pero han desistido y no está activa la demanda.

“En medio de la pandemia, ha habido un llamamiento mundial, empezando por el secretario general de la ONU, António Guterres, siguiendo por la alta comisionada de Derechos Humanos, Michelle Bachelet, los ministros de Exteriores y Josep Borrell en Bruselas, de que se supriman las sanciones o que al menos haya una suavización de estas en el contexto actual.

“Lamentablemente, Estados Unidos no se ha hecho eco de ese llamamiento. En el mundo hay países bajo sanciones como Venezuela, Rusia, Irán, Libia, Siria, pero Cuba es el más antiguo en ese acápite y posiblemente donde las sanciones tienen un impacto más global.

“En el caso de Cuba, siempre hemos denunciado la imposición de sanciones que consideramos contrarias al derecho internacional, porque se las quiere aplicar fuera de las fronteras de Estados Unidos, como se hace con la Ley Helms–Burton, que aleja a inversores de la Isla.

“Eso nos parece ilegal, pero es que en el contexto de la pandemia es, además, inmoral. No hay justificación moral alguna para mantener sanciones. Ya veremos qué pasa el 3 de noviembre en Estados Unidos. Es una fecha importante para Cuba y para todos”.

Espero que sigamos reforzando la confianza, desde la base del respeto mutuo, para de esa manera poder hablar con franqueza sobre cómo encontrar juntos un futuro mejor para nuestros hijos y nietos, que los ciudadanos cubanos y europeos se conozcan más y puedan trabajar juntos por un futuro más sostenible y próspero.

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