Periódico

Cubainformación en papel

Tema central: "Código de las Familias: diversidad, derechos y democracia en Cuba"

Código de las Familias: victoria del pueblo cubano

Cuba: no hay "vientre de alquiler"

Cuba dijo Código Sí

Código de las Familias: inclusivo, democrático y de avanzada

Una bala al patriarcado

 

Entrevistas

Daniel Jadue, alcalde de la comuna de Recoleta (Santiago de Chile)
“En Recoleta cooperamos con la ciencia y tecnología de Cuba”

Sergio Gregori y Álvaro Toca, autores del documental "Unblock Cuba"
“En Cuba nada es imposible y el bloqueo sí tiene fecha de caducidad”

Orlis Pineda, trovador cubano residente en Vallecas (Madrid)
“Injerencia ninguna. Vamos a ponerle corazón a nuestra Cuba”

 

Objetivo: Falsimedia

“Spanish Pijas” in Cuba

Biotecnología y vacunas cubanas: ¿trabajo heroico o modelo de gestión?

Mujer y dignidad con bandera cubana

 

Lecciones de manipulación

La nueva maniobra contra el turismo a Cuba y la indignidad europea

¿Quién es responsable del aumento de la emigración cubana?

México y sus barcos piratas con respiradores para Cuba

Reportajes de viajes y el laberinto de una Cuba indescifrable

Béisbol cubano en Miami: suflé mediático y rodillo totalitario

Cuba: ¿crisis eléctrica o los efectos de una guerra?

 

Opinión

3700 cubanas y cubanos… vivos

Sin amnesia

Que no gane el silencio

Seis décadas de bloqueo sobre Cuba y sin embargo…

Cuba y Colombia: la guerra, la paz y la lista

Esperanza de vida en EEUU y Cuba

 

Código de las Familias: victoria del pueblo cubano

Cubainformación

Desde CUBAINFORMACIÓN, herramienta del Movimiento de Solidaridad con Cuba, llevamos 15 años en la batalla comunicacional en defensa de la Revolución cubana. No es fácil combatir, en desigualdad absoluta de fuerzas, frente al bombardeo diario de mentiras, verdades instaladas, fetiches, clichés y varas dobles de medir que distorsionan, hasta lo grotesco, la realidad de la Isla. El poder corporativo, la burguesía propietaria de los grandes medios, martillea así a la opinión pública internacional, para posicionar, como marca de agua, una matriz de partida: que Cuba es una dictadura y su modelo socio-económico genera pobreza y atraso. Es lo que se llama, habitualmente, “guerra mediática”, inserta a su vez en la estrategia de guerra psicológica que lleva a cabo contra la Isla, desde hace décadas, la Comunidad de Inteligencia de EEUU.

Esta guerra mediática contra Cuba, hasta hace bien poco, golpeaba las mentes y los corazones de la opinión pública internacional. Pero mucho menos la opinión pública interna de Cuba. En los últimos años, sin embargo, se ha producido en la Isla un rápido desarrollo de Internet y de las redes sociales digitales, proceso ralentizado –por cierto- no por una decisión institucional de La Habana, sino por el propio bloqueo tecnológico impuesto por Washington. Este desarrollo y apertura ha facilitado que la estructura ya existente de medios digitales contrarrevolucionarios, creados y mantenidos, de manera artificial, por las subvenciones USAID y NED del Gobierno de EEUU, haya comenzado a impactar, de manera creciente, en ciertos segmentos de la población cubana.

¿Y qué ha ocurrido en los dos últimos años? Que la asfixia brutal de la economía cubana, mediante más de doscientas nuevas sanciones impuestas por Donald Trump, más la volatilización de ingresos por turismo y exportaciones, debido a la pandemia, han llevado al límite la situación de penurias materiales y desabastecimiento de la población en la Isla, en forma de apagones eléctricos, colas y falta de medicinas y alimentos. En este escenario de oportunidad política, la Comunidad de Inteligencia del Gobierno de EEUU no ha dudado. En el verano de 2021, lanzó un gigantesco bombardeo comunicacional, aprovechando la estructura de medios digitales citados. Así se produjo el 11 J. Hoy, en medio de una aguda crisis eléctrica, esta estrategia se mantiene. Los mensajes de ataque son muchos, pero todos pueden reducirse a uno: el culpable de las carencias es el sistema y gobierno socialistas.

Es por todo esto que el referéndum sobre el Código de las Familias, celebrado el 25 de septiembre de 2022, se hizo en el peor escenario posible para una consulta de este tipo. A la crisis eléctrica y de desabastecimiento se unió un bombardeo específico de mentiras y difusión del miedo en las redes sociales, que colocó en sintonía a sectores religiosos conservadores y a la contrarrevolución dura de Miami. Ambos apostaron al fracaso de la consulta y a una enorme abstención, basada en la apatía y desmotivación ciudadana.

Sin embargo, el pueblo cubano votó de manera masiva, y el Sí ganó con el doble de votos que el No. En las condiciones económicas citadas, que el 74 % de la población de un país participe en un proceso electoral acerca de un tema que muchas personas no consideran “central” en sus vidas, es algo excepcional. Señalar como baja esta cifra de participación comparándola con la de otros procesos anteriores, como el de aprobación de la Constitución, sencillamente es manipular la realidad. Hablar de un “voto de protesta” porque un tercio de votos fue para el No y rechazó la propuesta que apoyaba el Gobierno, también: el voto no fue de apoyo o rechazo mecánico a la Revolución porque, por ejemplo, un sector de población que, en otros procesos, se adhiere a la orientación revolucionaria -socialmente conservador o unido a diferentes religiones- votó en contra.

En todo caso, resulta curioso que una “dictadura” realice una amplísima consulta popular previa a un referéndum (79 mil asambleas públicas, 336 mil intervenciones y 434 mil propuestas en ellas), que llegó a modificar la mitad de los artículos de la propuesta de Código presentada.

Curioso que esta "dictadura" apueste por legislar por nuevas garantías y derechos en materia de igualdad de género y respeto a la diversidad sexual y de género, mientras los "luchadores por la libertad" tratan de impedirlo. Y mucho más curioso que quienes durante décadas acusaron a la Revolución de ser homófoba, cuando esta apuesta por legalizar asuntos como el matrimonio igualitario, se oponen a ello.

En todo caso, hoy, el pueblo de Cuba se ha colocado, ejerciendo la democracia participativa, a la vanguardia mundial en materia de legislación familiar, respeto a la diversidad e igualdad de género. Y eso ya no podrá ser manipulado ni destruido.

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