La pupila asombrada.- El héroe antiterrorista cubano Gerardo Hernández Nordelo comenta sus experiencias en Miami con énfasis en la libertad de expresión.
La «pandilla» de Gerardo
Teresa Melo
Granma
No habla de temas desconocidos o escogidos por moda. Cada palabra se sostiene por su experiencia personal incuestionable. La conversación, al fondo la imagen abierta del mar y la ciudad, y una persona entera que escucha a un vecino, un padrino, un pelotero, una joven estudiante, un niño ilusionado..., o sea, a la gente. Así mismo parecía escuchar y hablar un más allá de su interlocutora en el programa La pupila asombrada, para entrar con calidez y verdades afiladas en hogares y sensibilidades. Fue el sentimiento que percibí como generalidad inmediatamente después de terminada la emisión televisiva.
Y es que este cubano no cree en burbujas de confort y está dispuesto a saltarlas y asaltarlas. No es un diletante de teclado. Habla con la conciencia del peso exacto de la vida que ha vivido. ¿Libertad de expresión en Miami? Dictadura de la matriz contra Cuba, para la cual se invierten millones, datos que son públicos; provechoso negocio de la maquinaria brutal cómplice; secuestro de nuestros términos, identidad, historia. Acepte ese guion o perezca su independencia de criterio...
Así es como mido a los héroes: sabiendo que la Patria no se mira ni mide desde altura alguna que no sea la del trabajo y la creación. Y la coherencia y claridad sostenidas. Hace poco alguien usó una foto especial para mí, al lado de José Martí en su lugar sagrado, para decir que tenía «algo de cacería». Por eso, de entre las miles de imágenes de este patriota que admiro, elijo las de una Feria del Libro en el mismo lugar, donde se realizó el programa, en La Cabaña, para decirle personalmente a Gerardo Hernández Nordelo: Yo soy de tu pandilla. Las cacerías las hacen los que nos quieren callados. Nosotros construimos y creamos y tenemos palabra.
Por Cuba siempre: gracias Pupila, para ver mejor... Gracias, Gerardo...