Fidel Castro denuncia que "del bloqueo no dijo una sola palabra"

Público/Agencias.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha actuado con celeridad a la hora de derribar de forma parcial el muro que separa desde hace décadas al país del norte con Cuba al ordenar que se levante las restricciones a los viajes de familiares y envíos de remesas a la isla.

Pese a la petición lanzada por la mayor parte de los países lationoamericanos, el embargo económico seguirá pesando sobre la isla.

La decisión no solo anula las restricciones impuestas en junio de 2004 por Bush, sino que va más allá al eliminar las limitaciones en cuanto a tiempo y frecuencia a las visita de cubanos residente en EEUU a Cuba.

Las órdenes de Obama -cuya figura dividió a la sociedad cubana cuando llegó al poder- se han transmitido al Departamento de Estado, del Tesoro y de Comercio con una condición concreta: que se ponga en marcha lo antes posible, incluidas las medidas que contribuyan a facilitar las comunicaciones con la isla.

Los hechos

A partir de ahora, las personas que lo deseen podrán enviar remesas y paquetes de ayuda humanitaria a la isla, y se levanta la prohibición de enviar mercancías como semillas para las siembras o material para la pesca.

Los envíos podrán dirigirse a cualquier ciudadano de la isla, con la excepción de funcionarios del régimen, que no podrán beneficiarse de estas medidas. Las visitas carecerán de límite temporal o de frecuencia, explicó el alto funcionario.

Un tercer aspecto de la iniciativa prevé aumentar las comunicaciones con la isla, así como las negociaciones para buscar y poner en marcha servicios de esta índole en Cuba.

Así, por ejemplo, las personas que lo deseen podrán pagar desde el exterior los teléfonos móviles de residentes cubanos.

Por su parte, el ex presidente Fidel Castro aseguró hoy que "Cuba ha resistido y resistirá", y que "no extenderá jamás sus manos pidiendo limosna", horas después de que el mandatario estadounidense, Barack Obama, anunciara medidas para eliminar las restricciones para viajar y enviar remesas a la isla.

Cuba "seguirá adelante con la frente en alto, cooperando con los pueblos hermanos de América Latina y el Caribe, haya o no Cumbres de las Américas, presida o no Obama los Estados Unidos, un hombre o una mujer, un ciudadano blanco o un ciudadano negro", dice Castro en un artículo divulgado hoy por medios oficiales.

El líder cubano de 82 años, aún primer secretario del gobernante Partido Comunista, dice también que "ahora solo falta que Obama persuada allí (en la cumbre del próximo fin de semana en Trinidad y Tobago) a todos los presidentes latinoamericanos (de) que el bloqueo es inofensivo".

Fidel Castro asegura en su columna de "Reflexiones", titulada "Del bloqueo no se dijo una palabra", que "Cuba no aplaude las mal llamadas Cumbres de las Américas, donde nuestros países no discuten en igualdad de condiciones".

"Si de algo sirvieran -agrega-, sería para hacer análisis críticos de políticas que dividen nuestros pueblos, saquean nuestros recursos y obstaculizan nuestro desarrollo".

El artículo registra el anuncio que hizo hoy el Gobierno de Obama, citando lo que dijo en Washington en una rueda de prensa el asesor presidencial para América Latina, Dan Restrepo, y detalla que este, al terminar, "confesó con franqueza: 'Todo se hace por la libertad de Cuba'".

También revela que antes, en la tarde del lunes, "el jefe de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington, Jorge Bolaños, fue citado por el subsecretario de Estado, Tomas Shannon", pero que no le dijo nada nuevo respecto a la política norteamericana.

Cita antes Castro que "el Gobierno de Estados Unidos anunció" que esta semana Obama aliviaría "algunas odiosas restricciones impuestas por (el anterior presidente, George W.) Bush a los cubanos residentes en Estados Unidos para visitar a sus familiares en Cuba".

"Cuando se indagó si tales prerrogativas reconocían a otros ciudadanos norteamericanos, la respuesta fue que no estaban autorizados", añade el artículo.

"Del bloqueo, que es la más cruel de las medidas, no se dijo una palabra. Así se le llama piadosamente a lo que constituye una medida genocida", recalca Castro, y recuerda que el daño de esa política "no se mide solo por sus efectos económicos. Constantemente cuesta vidas humanas y ocasiona sufrimientos dolorosos".

No culpa a Obama

No obstante, como en anteriores escritos, el líder cubano no culpa personalmente a Obama, sino que lo cree incapaz de cambiar el rumbo de Estados Unidos.

"Nuestro país, que ha resistido y está dispuesto a resistir lo que sea necesario, no culpa a Obama de las atrocidades cometidas por otros gobiernos de Estados Unidos. No cuestiona tampoco su sinceridad y sus deseos de cambiar la política y la imagen de Estados Unidos", dice Fidel Castro.

"Partiendo de esa realidad -agrega-, el presidente del Consejo de Estado de Cuba (el general Raúl Castro) expresó su disposición a dialogar con Obama y, sobre la base del más estricto respeto a la soberanía, normalizar las relaciones con Estados Unidos".


El plan de Bush, papel mojado

En junio de 2004, en precampaña electoral para su reelección en noviembre del mismo año, Bush impuso las restricciones alegando que servirían para acelerar la transición de Cuba hacia la democraca.

Lo que hizo el republicano Bush fue imponer restricciones a las medidas adoptadas por su predecesor, el demócrata Bill Clinton, quien acabó con la prohibición total de viajes a Cuba, aunque los limitó a un viaje por año para cada familia.

Esas restricciones impuestas por Bush, que han estado vigentes hasta ahora, limitaban las visitas a miembros de la familia directa a una vez cada tres años y a una estancia máxima en la isla de 14 días.

Los gastos máximos por día de los visitantes se limitaron a 50 dólares, comparados con los 164 dólares autorizados anteriormete.

Antes de esas restricciones, en 2003 unos 117.000 cubano-estadonidenses y más de 60.000 residentes visitaron Cuba.

Con anterioridad a las restricciones impuestas por Bush, los cubano-americanos enviaban al año aproximadamente unos mil millones de dólares en remesas a sus familias.

En 2004, Estados Unidos además restringió el envío mensual de paquetes y prohibió el envío de ropa y artículos de higiene personal, pero mantuvo en pie la posibilidad de que se mandaran medicamentos y alimentos.

Como parte del plan de Bush hacia Cuba, el Gobierno de EEUU aumentó su apoyo financiero y político para la disidencia interna, y la transmisión de las señales de Radio y TV Martí desde aviones estadounidenses en aguas internacionales.
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