Arturo del Villar - Cubainformación.- En Radio 1 de Radio Nacional de España, autodenominada La Pública, porque hasta ahora la subvencionamos todos los españoles con nuestros impuestos, se permiten coaccionar a la opinión pública, presentando unas opiniones tan privadas como discutibles. En la mañana del domingo 17 de mayo, el programa titulado “Futuro abierto”, que se emite de seis a siete, estuvo dedicado a ofrecer el diálogo entre sí de tres contrarrevolucionarios cubanos, de esos a los que se conoce con la denominación de gusanos, por su rastrera forma de actuar.

No era un coloquio entre diversos opinantes de ideologías diferentes, sino un programa completo dedicado en exclusiva a presentar los juicios de esos tres disidentes sobre el pasado, el presente y el futuro de la Revolución cubana, tal como los entienden ellos. No hubo ni una sola confrontación con otros pareceres, sino que los tres actuaron como historiadores y futurólogos infalibles e indiscutibles.

Coincidieron plenamente en denigrar a los revolucionarios que libraron a Cuba de la dictadura batistiana y del colonialismo gringo. También estuvieron conformes en reclamar que el Gobierno español intervenga en los asuntos privados de la isla, para lo que se permitieron darle unas instrucciones concretas. Coincidieron entre ellos, pero lo más significativo es que coinciden con los postulados de la CIA, en su afán revanchista por vengar su derrota en Playa Girón.

Los tres se proclamaron demócratas, frente a los revolucionarios. Sin duda lo son, por estar al servicio del Partido Demócrata liderado por el emperador Obama I, el que anunció que vaciaría el campo de exterminio de Guantánamo, pero ha cambiado de criterio; el que aseguró que se darían a conocer las torturas llevadas a cabo por los militares gringos contra los presos en Guantánamo, pero se ha vuelto atrás; el que nunca ha pensado devolver la soberanía de esa colonia penitenciaria a Cuba, como lo exige el Derecho Internacional.

Sabemos que la Radio Nacional de España es portavoz del Gobierno en el poder, ya que la controla absolutamente. Debiera ser neutral en sus informaciones, y desde luego no inmiscuirse en asuntos internos de un país extranjero. Podría aceptarse que organizara un coloquio para discutir sobre un tema internacional entre diversos opinantes. Lo intolerable es que dedique un programa completo a presentar una opinión única de tres personas, sin otro mérito personal que el de ser opositores fanáticos a la Revolución cubana.

El presidente del Gobierno español, señor Rodríguez, primer secretario del partido antes llamado Socialista, trata desesperadamente de hacer méritos ante el emperador Obama I, como ya ha demostrado a lo largo de este año. La emisora oficial del reino de España colabora en la campaña, y lo hace permitiendo que tres sujetos sin más diplomas que su odio visceral ocupen una hora de su programación para acumular insultos y descalificaciones contra la Revolución que terminó con el colonialismo gringo en la isla, y está animando a otros países a seguir su ejemplo.

La Pública demuestra serlo en el mismo sentido con el que se señala a la mujer que convierte su cuerpo en mercancía. Y no habrá ningún parlamentario que le pida cuentas.