Felipa Suárez Ramos - Trabajadores.cu.- “Hoy les hablo del jefe más querido, del que tanto aprendimos, quien nos sigue dando fuerza y nos guía ahora y siempre con su modo sabio, suave y firme de dirigir”, expresó Ricardo Alarcón de Quesada, Presidente del Parlamento cubano y miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, en ocasión de conmemorarse el aniversario 50 del asesinato del revolucionario Gerardo Abreu Fontán, el 6 de febrero de 1958.

Alarcón señaló que la memoria de los mártires no puede ser un culto reservado a quienes los conocieron y lucharon junto a ellos, sino que es necesario que perdure en quienes no lo conocieron, y se convierta en patrimonio de los jóvenes de hoy y del mañana.

Explicó que con paciencia y  afrontando los peligros, Fontán  recorrió las calles de La Habana, habló con todos y paso a paso organizó las Brigadas Juveniles del 26 de Julio, las cuales “crecieron y se afirmaron a pesar de nuestra inexperiencia, como surgidas de la nada en un ambiente hostil, sin recursos de ningún tipo, en medio de la corrupción, el desánimo y la más feroz represión”.

El Presidente de los parlamentarios cubanos rememoró la enseñanza de  Fontán de que las armas sólo eran instrumentos inevitables y que la violencia revolucionaria no era un fin en sí misma, sino la única vía que tenían para conquistar la libertad y la justicia.

Recordó que les enseñó a respetar las reglas de la clandestinidad, una de las cuales indicaba no permanecer en un lugar conocido por un compañero que hubiera sido apresado: “No se puede confiar en que nadie resista la tortura, nos dijo con naturalidad y todos, como siempre, lo obedecimos”.

“Solo una vez le faltamos. Hace hoy exactamente cincuenta años. Nadie buscó refugio o protección. Nadie dudó un instante y no cumplimos tu consejo. Confiábamos en ti, sabíamos que eras un gigante, un mito hecho realidad.
“Estabas completamente solo, en la mayor soledad, frente al horror. Lo sabías todo pero nada dijiste. Te torturaron con indecible crueldad pero de tus labios no brotó un solo nombre, ni un dato. Despedazaron tu cuerpo pero tu respuesta fue el silencio hasta el final”.

Se encontraban presentes José R. Fernández, Vicepresidente del Consejo de Estado y el general de brigada Moisés Sio Wong, jefe de la Reserva Estatal, así como familiares y compañeros de lucha de Fontán.