“Los trabajadores sociales trabajamos casa a casa, barrio a barrio”

Cubainformación.- Mabel Díaz Vázquez, jefa del programa de Trabajadores Sociales en Ciudad La Habana, e Ismael de la Cruz Ávila, jefe de dicho programa en el muncipio de Guantánamo, estuvieron en diversas localidades catalanas de la mano de la plataforma de solidaridad Defensem Cuba, para hablar sobre su trabajo y sobre lo que se ha denominado la “Batalla de las Ideas” en la Isla.

Texto publicado en Cubainformación en papel nº 7 - Otoño 2008

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- Empecemos por ahí, explicando qué es la “Batalla de Ideas” y cómo surge.

- Mabel: Batalla de Ideas es un concepto nuevo que aparece en nuestro país en la clausura del VII Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, cuando el Comandante en Jefe hace la reflexión de que había que llevar a cabo una serie de transformaciones sociales sobre situaciones acumuladas en la realidad cubana producto del “período especial”.

Estas transformaciones solo podían ser llevadas a cabo de manera efectiva a través de nuevos conceptos, de nuevas ideas revolucionarias que el pueblo debía poner en práctica.

Estos nuevos conceptos parten de que ningún problema puede quedar sin solución, que tenemos que tener alternativas, métodos novedosos de trabajo, diálogo, no tener miedo a la discrepancia, siempre que se haga de la mejor manera, en el momento oportuno.

Estas transformaciones se dan en toda la sociedad cubana, en todos los ámbitos de la vida social y económica, pero lo más destacado son los más de 160 programas de la Batalla de Ideas encaminados al desarrollo y el bienestar de la sociedad cubana.
Los trabajadores sociales trabajamos en todo lo relacionado con las transformaciones en la educación, en la salud, en la cultura, en el ámbito social, pero todo aparejado a la consulta e información al pueblo, siempre contando con el pueblo para hacer llegar a cada uno de nuestros hogares todas estas transformaciones que el Jefe de la Revolución nos había encomendado.

Eran transformaciones necesarias producto de problemas socio-económicos acumulados a raíz del Periodo Especial, que comenzó en Cuba en el año 1989 con el derrumbe del campo socialista, cuando nos vimos doblemente bloqueados, por el bloqueo de Estados Unidos y por un déficit de relaciones con el mundo exterior, y por supuesto la economía cubana se vio afectada, con la consiguente repercusión en el ámbito social.

Nos dimos a la tarea de hacer transformaciones en la enseñanza, porque había un déficit de maestros, y había que formar un contingente nuevo de “maestros emergentes” que hoy están presentes en cada una de nuestras aulas, impartiendo un nuevo modelo pedagógico que requiere de un esfuerzo y de una transformación de cada uno de estos jóvenes.
Así nos pasaba con otra de las conquistas de la Revolución que no estábamos dispuestos a perder, como el tema de la salud. Hubo un déficit del personal profesional de la salud y también nos vimos abocados a la formación de tecnólogos y enfermeros emergentes para salvar ese déficit.

También nos dimos a la tarea de transformar la cultura. La cultura nuestra no se podía ir convirtiendo en una cultura elitista que solo llegara a algunas comunidades u hogares. Nos dimos a la tarea de llevar la cultura al barrio, y ahí surgieron los instructores de arte, que como dice Fidel no solo iban a impartir la cultura en las instituciones culturales y los centros educacionales, iban a impartir la cultura en el barrio, en la comunidad, en las escuelas especiales, en los centros penitenciarios. Hoy contamos con más de 13.000 instructores de arte y 14.000 en formación, donde en cooperación con los trabajadores sociales están haciendo una labor comunitaria en cada uno de los 169 municipios del país. No por último el menos importante es el trabajo social en los centros penitenciarios.

Hoy se nos llama “el ejército de médicos del alma”, no porque seamos un ejercito militar, sino porque somos una fuerza organizada y consciente, una fuerza que está incondicionalmente dispuesta a cumplir cualquier tarea de la máxima dirección de la Revolución. Así es como empieza a funcionar este programa el 10 de septiembre de 2000, con 556 jóvenes en formación en la capital de Cuba. Hoy contamos con un ejército de más de 42.000 trabajadores sociales en todas la regiones del país y más de 2.000 en formación.

- ¿Que hace exactamente un trabajador o trabajadora social en todos estos programas?
- M: En Cuba, igual que en cualquier otra parte del mundo, siempre existieron los trabajadores sociales, pero con un concepto asistencialista, de ir a solucionar un problema material determinado.
Como parte de la Batalla de Ideas, tenemos que llevar a cabo las citadas transformaciones con métodos nuevos, porque las problemáticas son totalmente diferentes a las que nos estábamos enfrentando antes. Nosotros no trabajamos con estadísticas frías ni esperamos que nos vengan a buscar. Trabajamos casa a casa, barrio a barrio y conocemos la situación económica, socio–política, socio–cultural, psicológica, biológica de cada una de las personas que reside en nuestro país y que necesita de nuestra ayuda. No nos dedicamos solo a resolver problemas materiales, porque hemos visto que no se resuelven los problemas entregando una ayuda material, tenemos que ir a la transformación del medio hostil en el que viven esas personas, tenemos que irles creando nuevos valores, y esa es una labor de 24 horas. Siempre se nos dice que nos levantamos siendo trabajadores sociales y nos acostamos siendo trabajadores sociales.

Son difíciles las tareas que afrontamos hoy en el programa, por ejemplo estamos en la primera trinchera del combate de la llamada “Revolución energética” en el país.

Hoy, Cuba cuenta con un proceso de formación ininterrumpida de trabajadores sociales según las características y las necesidades de cada localidad, de cada barrio, de cada municipio, de cada región, con nuevos métodos pedagógicos.
Uno de los méritos más grandes que tiene el programa es que a la vez que los trabajadores sociales van transformando a la sociedad cubana se van trasformando a ellos mismos. Se van convirtiendo en mejores seres humanos y en mejores profesionales, porque una vez graduados de trabajo social tienen la posibilidad inmediata de ingresar en el nivel superior de la enseñanza en las diferentes especialidades de humanidades. Pueden optar por una licenciatura en derecho, psicología, pedagogía, comunicación social, en estudio socio–cultural, contabilidad... Esto nos da la posibilidad de que el trabajador social vaya transformando la sociedad cubana y se vaya transformando a sí mismo.

- Ismael: Como Mabel ha expresado, el trabajo social en nuestra sociedad ha dejado de ser un poco asistencialista y se ha convertido en un trabajo social transformador, hoy por ejemplo tenemos trabajadores sociales en todas las prisiones del país. Son brigadas, pero yo pienso que lo más importante es el trabajo que se viene desempeñando en cada uno de los barrios donde viven esos reclusos, no hacemos nada con transformar al joven en la prisión cuando no transformamos el medio en que vive, si la familia tiene un problema hay que resolverlo. Además es una idea del compañero Fidel convertir las cárceles en escuelas, hoy tenemos mas de 89 sedes universitarias en todas las prisiones del país, tenemos más de 1.400 reclusos estudiando una carrera universitaria. Y es una prioridad del trabajador social acompañar a cada una de las familias, hoy el trabajador social tiene la responsabilidad de asistir a cada uno de esos centros donde se va a ubicar ese joven una vez termine de cumplir sus sanción penitenciaria, y se nos han dado casos de familias del recluso que no lo visitaban en la prisión y trabajadores sociales que han logrado rehacer ese vínculo entre la familia y el recluso.

Por otro lado, tenemos en nuestro país un estudio integral de la población infantil. Tenemos caracterizados todos los niños y niñas del país en una base de datos, con nombre, dirección, patologías, la situación psicosocial, situación económica de cada familia, detalle a detalle de cada niño cubano.

Son disímiles las tareas que hoy enfrentamos, yo diría que el trabajo social en nuestro país es muy importante en estos momentos, porque va a las debilidades, a los problemas sociales que presenta la sociedad. Además, hoy tenemos caracterizadas cada una de las familias cubanas, cómo viven, qué situación tienen, por dónde debemos trabajar, que línea debemos seguir.

- Esos 160 programas sociales ¿qué dificultades presentan a la hora de extenderlos a toda la Isla?

- M: Lo que ocurre es que esos 160 programas de la Batalla de Ideas no responden solo al Programa de Trabajadores Sociales, nosotros somos uno de esos 160 programas. Las transformaciones en la educación, en la salud, en la cultura, nuestras misiones de ayuda en el exterior... todo ello va conformando cada uno de esos 160 programas a los que nos referimos. Y para nosotros no es difícil ponerlos en práctica por una simple razón, porque hay una voluntad estatal clara.

- I: Yo pienso que lo importante de todos estos programas de la Revolución es que trabajan muy unidos al barrio, transformando la comunidad y, por supuesto, todo esto se puede lograr sólo si hay voluntad del Estado. Si no existiera esta voluntad, no se podría lograr nada de esto. Por poner un ejemplo, el joven en muchos lugares del mundo tiene que pagar para estudiar, en nuestro país no es así, incluso hay una nueva forma de empleo que es el estudio, donde la dirección del país le paga a ese joven para que estudie. Es el llamado “Curso de Superación Integral para Jóvenes”, donde a los jóvenes que no pudieron seguir estudiando por un problema u otro, se le da la oportunidad de ingresar a este curso para lograr el nivel de bachiller y se le paga. Además, una vez que hace el bachiller, tiene derecho a escoger una carrera universitaria, y hoy tenemos más de 400.000 jóvenes que han pasado por ese curso de superación integral como una nueva forma de empleo y que están estudiando una carrera universitaria.

-¿Ya se ven resultados de todo esto, aunque haya pasado poco tiempo?

- M: Existen resultados concretos, sobre todo en las transformaciones sociales. Una de las cosas más importantes es que todos esos programas responden a los conceptos revolucionarios que nos decía el Jefe de la Revolución a la altura del año 1998. Alguien se puede preguntar cómo puede Cuba llevar a cabo todos estos procesos con las necesidades económicas que tiene. Un primera respuesta es que no estamos creando infraestructuras nuevas para poner en práctica estos programas, sino que lo que llevamos a cabo es la utilización racional de cada uno de los recursos con que contamos.

Por ejemplo, el nuevo modelo de universidad que estamos llevando a los barrios. Históricamente en Cuba han existido las universidades centrales en cada una de las provincias del país. Hoy cada uno de los 169 municipios de la Isla tiene más de una sede universitaria, donde se forman los profesionales del país.

- Mabel, tú trabajas en La Habana. Ismael, tú trabajas en Guantánamo. ¿Cuáles son las peculiaridades de cada zona, independientemente de que los objetivos sean los mismos?

- M: Como cualquier capital del mundo, La Habana tiene las características de una ciudad cosmopolita. Incluso los 15 municipios con que cuenta la capital tienen peculiaridades propias. Precisamente lo novedoso y exitoso que tiene este programa es que podemos adaptar esos objetivos de trabajo a cada una de nuestras estructuras municipales. Y además, queremos que cada trabajador social trabaje donde nació, donde se crío y donde vive, porque podemos aprovechar el conocimiento que tiene de su realidad social, de cómo enfrentarla, ya que la gente en el barrio lo conoce y queremos que lo admire y lo siga.

- I: No hay un esquema previo en el trabajo social, yo pienso que es lo fundamental, está en dependencia de cada problema social en cada territorio. Cada barrio, cada territorio tiene sus problemas sociales, e independiente de esos problemas sociales, el programa nos permite trazar estrategias propias de resolución de cada problema.

- Y en esta Batalla de Ideas, ¿cómo veis el futuro? ¿Hasta cuando batallar con las ideas?

- M: Mientras que tengamos vida y problemas que solucionar vamos a seguir batallando con las ideas, porque el futuro es grandioso, para nosotros y para la juventud cubana. Hoy somos un ejército de 42.000 trabajadores sociales, mañana seremos 50.000, o 100.000. Tenemos ya 15.000 instructores de arte, 15.000 maestros emergentes y 15.000 tecnólogos de salud. Y todos vamos por el mismo camino, apoyando a la máxima dirección del país y salvando la Revolución, ese es el único camino nuestro.

- I: Es lo que ha dicho el líder de la Revolución: una idea nueva genera otra, tú tratas de solucionar este problema, pero al final te das cuenta de que tienes que ir más allá. Y todo lo que se hace es por el bienestar del pueblo. Uno no puede decir cuándo terminará esta Batalla de Ideas, yo pienso que esto llegó para quedarse.

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