Teresa de Jesús Torres Espinosa - Dirección de Patrimonio Cultural.- “Esta no es una obra personal, es una obra de una nación; ha sido la obra del rescate y de la búsqueda de la memoria de nuestra identidad. No se puede ir al futuro sin el pasado; este principio es esencial”, afirmó el Dr. Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana, al ser condecorado con la medalla de oro Gloria Artis por el Sr. Bogdan Zdrojewski, ministro de Cultura y Patrimonio Nacional de Polonia, en ceremonia efectuada en el Museo de la Ciudad, que comenzó con la interpretación de los himnos de Cuba y Polonia, a cargo de la agrupación coral Schola Cantorum Coralina, dirigida por la maestra Alina Orraca.
Ante la presencia de la embajadora de ese país en Cuba, Excelentísima Señora Marzena Adamczyk, directivos de instituciones patrimoniales, destacados intelectuales y otras personalidades cubanas y polacas, Leal manifestó su gratitud y alegría por recibir “el águila benéfica con los símbolos de una patria inmortal” y subrayó que, “desechando toda tentación banal y apresuramiento para hacer de la ciudad antigua o de nuestro patrimonio un carnaval de imágenes sin sentido social, abrazamos resueltamente la doctrina de que la restauración de La Habana era también un proyecto de desarrollo, un proyecto humano que enaltecía el sentimiento de la nación”.
Rememoró el Historiador que hace más de cuatro décadas llegó a Varsovia en un cruel invierno y conoció al Dr. Stanislaw Lorentz (1899-1991), empeñado en lo que se creía un sueño imposible: la reedificación del Palacio Real de Varsovia con todas sus consecuencias para la ciudad que comenzaba a reedificarse, donde eran tan inmediatas, dolorosas y evidentes las heridas, como en otros sitios de esa nación europea. “No solo se apreciaban los daños de la guerra, sino los gloriosos testimonios de la defensa del pueblo polaco, de su concepto de civilización y cultura, y se hacía aún más fuerte como discurso de la memoria, en la medida en que esa batalla librada por Polonia había sido casi en solitario”, enfatizó.
Al evocar el levantamiento glorioso del gueto de Varsovia, que “marcó una inflexión en la historia moral y ética de la civilización occidental y cristiana”, Leal indicó que fue un combate colosal de la ciudad, condenada por ese acto a una destrucción ordenada; quedaron solamente escombros y memoria, dijo.
Retomando la labor del profesor Lorentz, comentó que muchos hombres como él no fueron muy bien entendidos en su momento. Su verdadera dimensión como hombre de la cultura se comprendió después, expresó, y recordó que cuando acompañó a los polacos en dos o tres jornadas de trabajo en el foso del castillo real, le dieron como recompensa un ladrillo de arcilla quemada sacada de sus cimientos, entonces lo trajo a Cuba y lo colocó en el hoy Museo de la Ciudad, como un aliento para la obra restauradora iniciada en La Habana. “Si ellos pudieron hacerlo, nosotros lo haríamos”, afirmó.
A su vez, destacó el aporte modesto de Leandro Romero, especialista de la Oficina del Historiador, en excavaciones realizadas por polacos en Egipto, y reconoció que “ellos nos ayudaron a perfilar nuestra concepción, que necesariamente tenía que ser tropical”.
El Sr. Bogdan Zdrojewski se mostró complacido por entregar al Dr. Eusebio Leal Spengler la Medalla de Oro Gloria Artis, máxima condecoración de su país para reconocer los aportes a la cultura polaca y mundial, encomió su quehacer a favor del patrimonio cultural cubano y calificó de excepcional, difícil y a la vez bella la labor de restauración que se desarrolla en el Centro Histórico de La Habana.
