Dagoberto Rodríguez, director del Instituto de Suelos del Ministerio de la Agricultura, explicó a la AIN que la representación de ese organismo internacional en La Habana es la auspiciadora de la iniciativa, la cual completa el Programa Nacional de Lucha contra la Desertificación y la Sequía.

El proyecto se denomina Medidas de conservación de suelos y agua para mitigar el riesgo de vulnerabilidad alimentaria en la cuenca hidrográfica Guantánamo - Guaso y se inscribe en el marco de la denominada Agricultura de Conservación (AC).

Esta modalidad se aplica en más de una treintena de países, se basa en la cubierta permanente del suelo, la rotación de cultivos y la ausencia de laboreo mecánico y ha demostrado ser de gran utilidad en el manejo sostenible de tierras.

La FAO ha propuesto ampliarla primeramente a las provincias orientales y luego al resto del país, aseguró Rodríguez.

Añadió que el interés que ha suscitado la AC se justifica, porque ha demostrado sus ventajas para el suelo, al protegerlo del primer elemento desencadenante de la erosión: el impacto de la gota de lluvia.

Antes se creía que el principal factor erosivo era la escorrentía o lámina de agua que circula en una cuenca de drenaje, pero hace pocos años ese factor fue "absuelto" como culpable de la erosión a nivel mundial.

Investigadores de la Academia de Ciencias Geográficas de la Universidad Estatal de Arizona, corroboraron que las gotas que golpean al suelo descubierto, igualan su efecto al que produciría un martillo neumático sobre ese cuerpo natural.

Una cubierta completa y permanente del suelo, lo protege, facilita la infiltración del agua y reduce la evaporación de la humedad, en beneficio del cultivo.