Yandro Miralles - La Jiribilla .-   El Museo-Biblioteca Servando Cabrera Moreno abrió sus puertas al público de manera sistemática el 26 de enero de 2007. Surgió con el propósito de exhibir y promover parte del legado de este artista, cuya relevante presencia dentro del panorama cultural cubano como creador, coleccionista y promotor cultural ha propiciado el surgimiento de esta institución.

 

Servando fue y sigue siendo una figura cimera dentro del arte cubano, un pintor comprometido con su época y con su país, que logró ejercer una influencia significativa en las generaciones de artistas que le sucedieron. Por eso se le dedica este espacio, en homenaje a él y a la Plástica cubana en general.

Servando deseaba que su hogar fuera un museo. Poco después de su inesperada muerte, sus padres y Patrimonio Cultural —dirigido entonces a nivel nacional por Marta Arjona— iniciaron, bajo la atención especial de Alfredo Guevara, conversaciones con vistas al proyecto del museo. A partir de ese momento y hasta 1984, con el acuerdo de los familiares y por orientación de Patrimonio, expertos en la materia emprendieron la tarea de inventariar y fotografiar las vastas colecciones y otras pertenencias del artista. Cuando falleció Margot Cabrera Moreno, hermana del artista —que tampoco dejó descendencia— su esposo heredó la propiedad. De pleno acuerdo con él, se adquirieron los bienes patrimoniales que atesora nuestro museo, no así el inmueble.

Ni Servando ni ningún miembro de su familia tuvieron relación alguna con la casa que hoy acoge este museo. Sin embargo, el valor patrimonial intrínseco de la edificación la hizo merecedora de contener sus colecciones. Villa Lita dejó de ser vivienda para convertirse en museo, y se sometió a un proceso de transformaciones y acondicionamiento necesarios para cumplir esta función, que incluyó la transformación del patio para la construcción del almacén de obras.

Ubicada en el antiguo reparto El Carmelo, la casa fue construida alrededor de 1912. Es una residencia de dos pisos con cochera y vivienda para sirvientes, insertada dentro del novedoso movimiento arquitectónico que se desarrolló a principios del siglo XX a partir de las transformaciones que propició una fuerte influencia de EE.UU. en el modo de vida burgués cubano. Los tradicionales espacios de la vivienda típica de la centuria anterior pasaron de moda y las nuevas construcciones se acomodaron a las exigencias y gustos de la opulenta vida social. Desde el punto de vista urbano, El Vedado se convirtió en lugar de asentamiento preferido de la elite y la calle Paseo en uno de los ejes fundamentales de esta zona. Estilísticamente, el inmueble se considera una residencia ecléctica, en la cual se combinan elementos clásicos, del art nouveau y de la arquitectura colonial cubana.

En virtud de la nueva función que cumple el inmueble, cada habitación pasó a ser un espacio expositivo con un concepto museográfico diferente.

La sala Ambiente Familiar recrea en cierta medida el ambiente hogareño donde Servando creció y se desarrolló. No se reproduce ningún espacio de su casa en particular, más bien se han imbricado muchos de ellos en uno solo para ofrecer una visión más general de su desandar íntimo y creador. Se exponen variados muebles y objetos personales y familiares que nos recuerdan su modo de vida. 

Dentro de la sala es importante resaltar el diploma y la medalla que recibió Servando en 1969 y que lo acreditan como ganador de la Primera Mención en el VIII Concurso Internacional de Dibujo Joan Miró, en Barcelona, España. Asimismo, se ha otorgado un espacio importante a sus familiares y amigos más cercanos, como muestran las obras y fotografías de su familia: su madre Margarita Moreno Alcázar, su hermana Margot Cabrera Moreno, y su tía y madrina Isabel Moreno Alcázar, con quien Servando tuvo una relación emocional muy fuerte, de mucho cariño y amistad.

Se destacan también las fotografías que le dedicaran importantes personalidades de la cultura cubana con los que tuvo una estrecha amistad, como la cantante Esther Borja, los primeros bailarines Josefina Méndez y Orlando Salgado, la actriz Daysi Granados y la pintora Antonia Eiriz.

El conjunto de piezas de arte popular y artes decorativas que Cabrera Moreno atesoró durante la mayor parte de su vida se exhibe en la sala Servando coleccionista. El propósito de la muestra es adentrarnos en su profundo conocimiento de esta materia, aspecto que se constata al observar la heterogeneidad temática y geográfica que distingue la colección. Comienza con una amplia selección de vidrios, la mayor parte de los cuales fueron hechos mediante la técnica del soplado. Estas piezas no solo responden a las categorías de arte popular y de artes decorativas, sino que varias de ellas documentan usos y costumbres de épocas pasadas. También se puede apreciar un amplio conjunto de objetos procedentes de España, México y Europa del Este.

La planta alta se divide en cinco salas dedicadas íntegramente a exponer la obra de Cabrera Moreno tanto en dibujo, como en pintura. Como apuntara Graziella Pogolotti, Servando es un verdadero “paseante solitario” dentro de la Plástica cubana, difícil de clasificar o de enmarcar en generaciones o escuelas, aspecto que se define por el diverso diapasón temático que acometió en el transcurso de su corta pero muy intensa trayectoria.

El primero de estos espacios hace énfasis en destacar el excepcional talento del artista como dibujante. En la segunda sala se presenta un recorrido cronológico-temático por toda la producción pictórica de Cabrera Moreno, en la cual se pretende ilustrar cuánta riqueza y diversidad caracterizan cada uno de los muchos momentos por los que transita su pintura. Creador inquieto e inconforme, se inició magistralmente dentro de la academia, transitó las corrientes europeas de la abstracción y el expresionismo, atravesó triunfal la épica revolucionaria  y alcanzó el punto máximo de expresión en el arte erótico, etapa de clímax que ocupó más de una década del trabajo del artista, y a la que se dedican las tres restantes salas. El ciclo erótico constituye la etapa más significativa, personal y emotiva de la producción de Servando, una pintura vehemente y apasionada, inclusiva, donde se abrazan la representación y la abstracción, la academia y el modernismo.  Este ciclo define una poética inalterable que contribuye a ubicarlo entre las grandes figuras del arte contemporáneo latinoamericano.

Además de estas exhibiciones permanentes, la instalación posee dos salas que se utilizan para muestras transitorias y que permiten asumir amplias exposiciones, siempre relacionadas con el arte, las colecciones o la persona de Servando, que posibilitan difundir mejor el alcance de su legado. Así lo atestiguan las exposiciones que conformaron las celebraciones por el aniversario 85 de su natalicio.  

Al fondo de la casa, en las antiguas cochera y vivienda de servicio, se ubica la Biblioteca de la Institución. Tras su readecuación, cada uno de los espacios ha pasado a cumplir una función diferente, a partir de las distintas secciones en que se han dividido y organizado los fondos bibliográficos. De especial relevancia resultan las colecciones personales de Servando y de Amelia Peláez, atesoradas en el recinto, que cuentan con ejemplares muy valiosos utilizados por ambos creadores en distintas etapas de sus vidas. Como digno homenaje a su importancia y trascendencia en la historia cultural y artística cubanas, la sala principal de consultas bibliográficas sobre arte ha adoptado recientemente el nombre sala Antonia Eiriz, mención que se avala además por los profundos lazos de amistad y admiración que la unieron a Cabrera Moreno.

También en el exterior se haya el Jardín de las esculturas, un proyecto encargado a uno de nuestros mejores arquitectos, José Antonio Choy. Su propuesta incluyó la participación de escultores contemporáneos cubanos: Caridad Ramos, José Villa, René Negrín, Tomás Lara, Ramón Casas, Alberto Lescay, Rafael Consuegra y Eliseo Valdés. Además, Choy pensó hacer dos homenajes especiales: un mural a partir de un diseño de Marta Arjona, ceramista y extraordinaria protectora del patrimonio cubano; y la reproducción de una obra de Rita Longa, maestra y promotora de la escultura en Cuba. El espacio fue concebido para exponer piezas escultóricas contemporáneas con carácter transitorio, pero ha quedado hasta ahora como permanente.

Como lo soñara Servando, sus colecciones hoy son exhibidas en una institución que se dedica a estudiar y divulgar las obras que atesora como patrimonio de la nación, en exposiciones permanentes y transitorias. Es notoria la manera en que logra proyectar la programación de extensión cultural y educacional a la comunidad, para así profundizar en los valores artísticos, culturales y estéticos del público; y desarrolla proyectos expositivos que ayudan a dinamizar y enriquecer sus colecciones. Un digno homenaje a quien fuera figura cimera dentro del panorama artístico cubano en su vocación de maestro y singular coleccionista.

Este dossier se realizó con la colaboración del Museo-Biblioteca Servando Cabrera Moreno.

Cuba
La Habana, 26 abr (Prensa Latina) El Festival Un puente hacia La Habana comienza hoy su edición XII y estará dedicado a los más de cinco siglos de fundada esta capital. Catalogada como Ciudad Creativa de la Música, ya est...
Acto por el 65 aniversario de la fundación de Casa de las Américas. Foto: Juvenal Balán....
Cubavisión Internacional.- En esta edición de la Revista 75 Grados Oeste conversamos en exclusiva con Susel Gómez La China....
Lo último
La Columna
La Revista