Declaración del Rodrigo Malmierca, Ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera de Cuba, en la Reunión Ministerial del G-20 de la OMC

Señor Presidente:

Agradezco a Brasil la convocatoria de organizar esta reunión y sus esfuerzos por mantener al G-20 como un actor importante de las negociaciones, resaltando su papel para conservar la cohesión y unidad de nuestro grupo.

Pasando a la esencia, Cuba quisiera reiterar su preocupación por algunas presiones a lo largo de todo el proceso negociador quien buscan concluir la Ronda cuando todavía quedan varias cuestiones pendientes, entre éstas las relacionadas con la dimensión del desarrollo, siendo las más preciadas para los países en desarrollo.

Los mismos argumentos continúan siendo esgrimidos: la credibilidad del sistema, el de que las mayores ganancias se lograrán con un acuerdo, tan relevante en este contexto de la actual crisis financiera y económica, etc. En nuestra opinión, la razón verdadera que impulsa a algunos para promover la culminación de estas negociaciones es el interés de alcanzar mayores concesiones de los países en desarrollo, especialmente en materia de acceso a los mercados, dando a cambio sólo algunas concesiones marginales, y que no garantizan una eliminación de las actuales distorsiones que subsisten en el comercio agrícola.

En la declaración del G-20, mi delegación considerará el texto sugerido por usted con la adición propuesta por Sudáfrica.

Como señalado por numerosos líderes durante la más reciente Cumbre de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) las políticas agrícolas basadas en la liberalización descontrolada de la agricultura, han convertido a países en desarrollo de exportadores en importadores de alimentos. Los grandes volúmenes de subsidios a los agricultores y a las exportaciones aplicados fundamentalmente por Estados Unidos y la Unión Europea han contribuido a la ruina, pobreza y hambre de millones de pequeños campesinos en los países subdesarrollados.

En este sentido, habría que destacar que el número de personas hambrientas en el mundo supera los mil millones. En los dos últimos años se han retrocedido diez en la lucha contra el flagelo del hambre, la desnutrición y la muerte.

Por estas razones ineludibles las naciones ricas deben eliminar las ayudas que distorsionan el comercio. No se debe avanzar en la negociación mientras no existan garantías de que éstas serán reducidas significativamente. Contrario a los compromisos que han asumido los EUA, la última Ley Agrícola, lejos de recortar las ayudas a los productores, las incrementa. Esto ha generado gran incertidumbre y desconfianza y evidencia la falta de voluntad real por reducir y mucho menos eliminar las distorsiones presentes en el comercio internacional agrícola.

Debemos continuar batallando por hacer que el comercio agrícola sea más  transparente y justo, que se aborde con verdadero realismo sus iniquidades estructurales, desterrando definitivamente los subsidios y las medidas proteccionistas.

Nada justifica que los países en desarrollo hagan las mayores concesiones en esta Ronda y sacrifiquen la Agenda de Doha a favor de un resultado desequilibrado que no tenga en cuenta las necesidades y objetivos de desarrollo económico y que perpetúe las iniquidades heredadas de la Ronda Uruguay.

En la situación actual de crisis financiera y económica es de especial prioridad para nuestra delegación, subrayar que las disciplinas en materia de créditos a las exportaciones no deberán limitar los plazos de reembolso de los créditos a los países en desarrollo menos adelantados e importadores netos de alimentos con dificultades excepcionales para financiar sus importaciones, o para acceder a préstamos de instituciones financieras internacionales.

Finalmente, Cuba quisiera alentar a que el G-20 continúe estando en la vanguardia del fortalecimiento y consolidación de la unidad de todos los países en desarrollo. Respetar las posiciones y preocupaciones de sus integrantes y resaltar los puntos en común es un reto, pero al mismo tiempo nuestra principal fortaleza.

Muchas gracias, Señor Presidente.