"Será una fiesta inolvidable", dijo a la prensa la cantante española que además se encuentra "encantadísima de poder volver a La Habana y ahora recibir el premio Cubadisco y compartir la poesía y la música con ese maravilloso genio que es José María Vitier".
Se ha querido que el estreno en vivo suceda dentro del evento. "La presentación del álbum sucederá con el concierto. El concierto es el disco", explicó el insigne músico refiriéndose al contenido musical del espectáculo. "Sé lo que podemos hacer el sábado". "Necesitamos que haya oído para la poesía. Los que nos vamos a subir al escenario estamos a todo riesgo, en la búsqueda de la belleza. Me exige mucho, porque sé la materia con la que estoy tratando".
La voz plural que emplea para transmitirnos sus expectativas tiene toda la carga de la complicidad que ha resultado de su trabajo con Martirio, con quien ya ha trabajado anteriormente cuando la invitó a participar en el 2002 en su proyecto Canciones del buen amor.
Ahora el sueño ha sido más ambicioso. "Tuve la intuición en aquel entonces de que podíamos ir a más, e ir de la mano de la poesía era el mejor camino". Así describe Vitier el germen de un proyecto en el que confluyen con su piano la excelente voz de Martirio y artistas del mayor nivel técnico e interpretativo como el chelista Alejandro Rodríguez; la flautista Niurka González; Gastón Joya en el contrabajo, Michael Olivera García en el drum; Adel González en las tumbadoras, cajón, bongó y maleta, y Bárbaro Rodríguez en las claves y maracas. A ellos se suma el guitarrista, tresero y percusionista Raúl Rodríguez, hijo de Martirio.
Estas combinaciones aportarán la envoltura musical a los textos poéticos de Federico García Lorca, Julio Herrera y Reisig, San Juan de la Cruz, Gabriela Mistral, Ernesto Cardenal, Calderón de la Barca, Rubén Darío, Fina García Marruz, Salvador Díaz Mirón, Vicente Núñez y el propio Vitier. Poemas como Vergüenza, Canción de otoño, Llama de amor viva, Epigrama, Deseos, Oración por Cuba y Besos, entre otros, se escucharán, convertidos en canciones que, al decir de Martirio, "son letras afinadoras del alma, privilegiada herencia de amados poetas iberoamericanos, palabras llenas de vida vivida, de mentes lucidísimas y corazones valientes y pudientes en el sentir".
