Entrevista con Yolena Alonso, directora de la compañía Yoldance

Pedro de la Hoz - Fotos: Ismael Batista - La Jiribilla.- Yolena Alonso pertenece a una familia que ha aportado esencias a la música cubana. Su abuelo Pacho Alonso fue una de las grandes voces del bolero y el son hacia la medianía del siglo pasado. Su padre Pachito dirige una de las orquestas de mayor convocatoria en la escena de la música popular cubana, en la que cantan dos de sus hermanos, Cristian y Rey.

Formada como bailarina y coreógrafa, Yolena dirige la compañía de espectáculos Yoldance, que acaba de estrenar este verano en el teatro Mella, de La Habana, la comedia musical Bésame mucho, un buen pretexto para sostener el siguiente diálogo.

¿Por qué te decidiste por el teatro musical?

En la memoria de la generación que me precede, el Teatro Musical de La Habana era un mito. No sé si las puestas en escena eran buenas o malas, pero sí sé que contaban con un público numeroso. Desde que debuté profesionalmente me entregué, como se dice, en cuerpo y alma, al mundo de los espectáculos. Como vivo por razones familiares parte del tiempo en Europa, he visto cómo la escena musical abarca diversos géneros, que van del espectáculo de variedades a la comedia musical propiamente dicha, y claro está, la ópera, la opereta, y hasta espacios para representaciones más íntimas como los cafés-concert.

Alemania cuenta con una tradición muy larga. De cara a esa tradición, indagué si existía una semejante en Cuba. El problema es que mi generación no llegó a ver el teatro Martí, ni las compañías de Arquímides Pous o Enrique Arredondo. Los bufos solo constituían información académica. Hubo un hecho que me emocionó: la película La bella del Alhambra. Me dije: algún día habrá que hacer una historia de amor como esa, pero en nuestra época. También vi el filme Patakín. Era una comedia con posibilidades, pero nuestro contexto ha cambiado radicalmente. Así fui madurando la idea de probarme a mí misma que una comedia musical, con tema contemporáneo, era posible. Y en eso comenzamos a elaborar la idea de Bésame mucho.

¿Piensas que en Cuba existen condiciones favorables para el género?

Si un país en el Caribe puede desarrollar y aportar un teatro musical sólido, ese es Cuba. Contamos con una riqueza incalculable, probada internacionalmente, en la música y la danza. Existe un sistema de formación académica realmente envidiable. Las instalaciones de las artes escénicas, pese a las dificultades materiales, funcionan y nos pertenecen. El respaldo institucional no falta. Pero tendríamos que expresar todo ello como una voluntad política cultural por parte de todos los factores. Desde la formación del comediante musical, que debe ser integral y no segmentada, hasta la especialización de compañías y espacios de representación, todo eso debe formar parte de un todo.

¿Cómo se conecta esta experiencia tuya con la escena internacional?

Yoldance ha ganado reputación internacional con espectáculos como Viva Cuba, Mambo Club, La Habanera y Sugar Island, en los que hemos destacado los valores de la cultura cubana. Pero en esos espectáculos, el centro estaba en la danza, aunque había un hilo dramático. Personas muy conocedoras en Europa esperaban que transitáramos hacia la comedia musical.

¿Necesariamente el musical debe ser frívolo?

Depende del que lo realice. No hay que confundir lo frívolo o lo banal con la dinámica de los espectáculos musicales. Una atmósfera alegre y festiva no tiene que estar reñida con lo mejor del espíritu humano. Mira al mundo de la ópera: tan respetable es un drama como Otelo, de Verdi; como El barbero de Sevilla, de Rossini.

¿Qué lecciones sacas de la puesta en escena que acabas de realizar?

Este es un primer paso. No quiere decir que Yoldance va a abandonar la revista de variedades que hasta ahora hemos cultivado; ni los espectáculos en los que predomine la danza —nuestra razón de ser. Pero es muy posible que nos abramos a una nueva experiencia. Depende del tiempo disponible, de las condiciones y de que haya gente dispuesta a involucrarse con nosotros, como lo han hecho actores jóvenes muy queridos en Cuba por el público. Bésame mucho me confirmó que una de las claves de nuestra comunicación, además del rigor técnico y profesional de la compañía, es la cubanía. Soy una artista cubana, amo profundamente a mi país y mis obras llevan siempre altas dosis de cubanía.