Su apertura vino acompañada de una gran fiesta: el festival Habana Rumble, que convocó a tres días de competencias de deportes electrónicos que incluyeron torneos de FIFA 23, Street Fighter, Mortal Kombat, Super Smash Bros Ultimate, Pokémon TCG… juegos de captura de movimiento y de realidad virtual, desfile de cosplayers con disfraces emblemáticos de personajes de videojuegos, rifas y expoventa de piezas coleccionables de temáticas afines.

Se reunieron en este lugar integrantes de las comunidades gamers y otaku de Cuba que, por tradición, siempre han estado imbricadas entre sí.

El proyecto funciona como una plataforma de despegue para el desarrollo de los e-sports en Cuba, de forma tal que han logrado propiciar alianzas gubernamentales a través de la Unión de Informáticos de Cuba, el estatal Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación y el Comité Olímpico Cubano.

Los visitantes, que fueron muchos desde las primeras horas de convocatoria, y de varios rangos etarios, recibieron con beneplácito el surgimiento de un lugar que pueda congregar de forma presencial a una comunidad que suele compartir sus aficiones en el ciberespacio.

“Gracias a cada uno de ustedes, este festival se convirtió en un espacio de encuentro, diversión y competencia donde la pasión por los videojuegos y los deportes electrónicos brilló con fuerza. Esperamos seguir creciendo juntos y construyendo más proyectos que fortalezcan nuestra comunidad gamer”, publicaron los organizadores del proyecto en su perfil de Instagram, al cierre del festival.

Los comandos del juego

Decenas de cables se encuentran desperdigados por doquier, los pixeles brillan en todo momento y, si bien los simuladores de auto deslumbran al público por su opulencia, lo hacen con el mismo fervor las viejas consolas, quizás por la nostalgia.

La llamada sala retro aspira a convertirse en museo. Ya están en fila las distintas generaciones de Nintendo, conectadas y funcionales. El mural de fondo entiende de épocas y marcas, con pinturas de Mario Bros, Sonic y otros personajes y elementos según el juego que corresponda: cambia el contorno mientras avanza la línea del tiempo, dejando ver la mano de una curaduría intencionada.

“Vamos a estar representando toda la historia del videojuego y sus tecnologías, desde sus inicios. Tenemos un dispositivo que es del año 1972 y una gama de equipos históricos ubicados en orden cronológico. Está previsto hacerlo museístico, pero vamos a dar oportunidad a que las personas puedan probarlos”, declaró Yamir Almeida, uno de los líderes de la iniciativa, a la revista Juventud Técnica.

En ese segundo piso de la sede, convive otra sala de apariencia más liviana pues está equipada con tecnologías contemporáneas, de materiales menos contundentes: televisores LED, equipos de simulación y de realidad virtual. En computadores, se ofrece a los usuarios una base de datos con diversidad de videojuegos.

Además de sus funciones como salón de videojuegos y su atractivo casi patrimonial (al menos para los gamers), Mundo Virtual pretende tener una proyección comunitaria, pues propusieron una colaboración con el hospital Julio Díaz para ayudar en el tratamiento para crear reflejos motores a pacientes con discapacidad, auxiliándose de los dispositivos de realidad virtual.

También esperan generar un impacto positivo en las escuelas cercanas. Por supuesto, la diversión nunca faltará durante esas labores sociales.

Un gimnasio virtual

Mundo Virtual tiene una colaboración estrecha con la Agrupación de Deportes Electrónicos de Cuba (ADEC), cuyo presidente, Javier Vidal, agradece que el proyecto proporcione apoyo con su infraestructura a los atletas digitales, sobre todo en áreas deprimidas como la de simulación de carreras, la cual demanda de costosos equipos.

Desde antes de la inauguración del proyecto de desarrollo local, él lo promocionó como una iniciativa “con un universo social muy amplio, que abarca videojuegos con enfoque social y educativo”, y también el sitio donde radicará la preselección nacional de Cuba para el primer Campeonato Panamericano de Deportes Electrónicos, previsto para el próximo octubre en Santiago de Chile.

Ahora mismo, dentro de las paredes de El Castillito, tal vez con el mismo rigor que sus colegas analógicos, están entrenando unos jóvenes atletas aspirantes al medallero. (2023)